La iniciativa de reforma en materia electoral, enviada a la Cámara de Diputados apenas la semana pasada, ha causado mucha confusión. Como ya ha mencionado Jorge Alcocer, especialista en temas electorales y quien participó en las diversas reformas electorales de los años ochenta y noventa, esta vez no se ha tratado de consensuar nada con la oposición, como había sido tradición en el caso de reformas pasadas a la ley electoral. Más aún, a los partidos de oposición se les acaba de acusar de “traidores a la patria”, en bloque, y Morena instaló un “paredón pacífico” en la Alameda para que los ciudadanos “los fusilen por traidores” con pluma y lápiz. Así es como buscan consensos.

Desgraciadamente, cuando un partido se considera poseedor de la verdad absoluta y cualquiera que disiente es un traidor a la patria, es obvio que cualquier reforma a la ley electoral será considerada con extrema suspicacia. Más aún si consideramos que se realiza con miras a las elecciones presidenciales de 2024.

No me parece que la propuesta sea seria. Se pretende desaparecer al INE como lo conocemos, sustituyendo a sus consejeros por personas electas por voto directo de los ciudadanos, en lugar de especialistas. Es obvio que los nuevos consejeros serían políticos nominados por sus partidos, en cuyo caso el nuevo INE podría estar dominado por representantes de los mismos partidos que en algún momento hayan tenido una mayoría de votos. Sería regresar a la época en la que el PRI-gobierno controlaba elecciones de estado, como cuando “se cayó el sistema”, por cortesía del Sr. Bartlett.

En cuanto a la reducción del número de diputados en Cámara, de 500 a 300, ha habido mucha confusión. Fue sembrada por el mismo gobierno, que anunció la desaparición de los 200 diputados plurinominales, con lo que implícitamente pareciera que sólo quedarían los 300 diputados electos por mayoría de votos en cada distrito. El texto de la iniciativa de ley, sin embargo, propone que en cada entidad se elija a los diputados en forma proporcional al número de votos obtenidos por cada partido. Es decir, si en un estado un partido recibe la mitad de los votos, por ejemplo, le tocaría la mitad de las diputaciones de ese estado. Partidos que obtuvieran menos del 3% de la votación en la entidad no tendrían derecho a recibir diputados. Para el cálculo se divide la votación de un partido por el total de votos de partidos con votación arriba del 3% y se multiplica ese resultado por el número de diputaciones asignadas a la entidad. El entero resultante es el número de diputados para ese partido. Si quedan diputados por repartir, se asignan en el orden del “mayor resto” fraccionario. Es el método que se utiliza hoy para calcular los diputados plurinominales.

Aplicando la reforma a la ley electoral que se propone ahora para la Cámara de Diputados y utilizando los votos obtenidos por cada partido en las elecciones intermedias de 2021, se obtiene la tabla adjunta. La última línea muestra cuántos diputados tendría cada partido.

Diputados asignados a cada partido por representación proporcional en cada entidad, de acuerdo con los votos obtenidos en las elecciones intermedias de 2021

Con la representación proporcional a aliados de Morena no les saldrán las cuentas
Con la representación proporcional a aliados de Morena no les saldrán las cuentas

La tabla muestra que el PAN y el PRI recibirían 127 diputaciones juntos y Morena, como partido más grande, recibiría 118. El Partido del Trabajo tendría sólo seis diputaciones, en lugar de las 37 de ahora, y el PVEM tendría 13 en lugar de 43. El bloque gobernante obtendría solo 137 de las 300 diputaciones, o sea que se quedarían sin mayoría. En realidad, en cuanto al número de votos, no obtuvieron mayoría en 2021 y es sólo a través de trucos y del mecanismo de sobrerrepresentación que hoy dominan la cámara de 500 diputados. A pesar de toda su belicosa fraseología contra la oposición, como traidores a la patria, los partidos gobernantes son minoría, en cuanto a los votos emitidos en las elecciones intermedias.

De acuerdo con la tabla, el PAN, PRI y PRD tendrían juntos 135 diputados. Con la posible adición de Movimiento Ciudadano, la oposición tendría mayoría en la Cámara de Diputados. En todo caso, las mayorías serían fluidas y se tendrían que negociar todas las leyes entre los diversos partidos, como es precisamente el propósito de tener una representación proporcional.

Yo estoy totalmente a favor de tener representación proporcional en la Cámara de Diputados, pero totalmente en contra de tocar al INE o a los tribunales electorales. Sin embargo, me queda claro que esta ley no va a pasar, porque los primeros que la van a bloquear son los aliados de Morena. Y Morena también, una vez que se den cuenta de las implicaciones de la representación proporcional. Van a seguir con la campaña de destrucción del INE y la representación proporcional la desaparecerán abajo de la alfombra.

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