De acuerdo con la más reciente encuesta de Consulta Mitofsky y a treinta y tres días de que se lleven a cabo las votaciones para integrar el nuevo Poder Judicial, casi nueve de cada diez de los encuestados (86.4%) no conoce el proceso y casi tres de cada cinco (59%) están poco o nada interesados en conocerlo.
Las campañas para elegir a las nueve personas que serán ministras y ministros de la Suprema Corte, a las cinco que integrarán el Tribunal de Disciplina Judicial, a las dos que cubrirán las magistraturas vacantes de la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y los quince lugares de sus salas regionales, a las 464 magistraturas de circuito y a las 386 juzgadoras del distrito, acaso logren aumentar el interés en este trascendental y polémico cambio, pero los datos referidos permiten vislumbrar una baja participación de los 99.7 millones de personas que forman parte de la lista nominal de electores.
Otro dato revelado por la encuestadora que dirige Roy Campos es que solo 27 de cada cien de los entrevistados están totalmente seguros de salir a votar el próximo primero de junio. Claro que podrían sumarse otros que con mayor o menor certeza podrían decidirse a participar, pero por lo pronto, extrapolando el porcentaje de los totalmente seguros, estarían sufragando 27.5 millones de ciudadanas y ciudadanos.
Estos, de acuerdo con la encuesta, votarían así la nueva Corte:
De las 33 candidatas mujeres, las cinco que ordena la reforma judicial por mayoría de votos serían: Yasmín Esquivel Mossa (21.2), Lenia Batres Guadarrama (19.8), Marisela Morales Ibáñez (19), Ana María Olguín (15.9) y Loretta Ortiz Ahlf (15.8).
De los 31 candidatos hombres, los cuatro a que obliga la ley por mayoría de votos serían: Hugo Aguilar Ortiz (19.3), César Mario Gutiérrez Priego (19), Carlos Enrique Odriozola Mariscal y Sergio Javier Molina Martínez.
De entre estas nueve personas aspirantes a ministras, tres de ellas (Esquivel, Batres y Ortiz Ahlf) son ministras en funciones que decidieron participar en el proceso.
Esquivel Mossa es la que obtuvo la mayor preferencia en la encuesta de marras y en ese hipotético escenario sería quien presidiera la nueva Corte al obtener el mayor número de votos. Identificada con los grupos moderados de Morena y cercana a AMLO por la amistad con el expresidente de esposo José María Riobóo, uno de los contratistas favoritos de la 4T, enfrentó ya como ministra el escándalo del presunto plagio de su tesis como abogada. Para bien o para mal, acaso esa sea la razón del conocimiento que de ella quienes piensan votar.
Muy de cerca la sigue Lenia Batres, respaldada por los grupos radicales de Morena, con el respaldo de estructuras partidistas que eventualmente le garantizarían y en el quinto sitio Loretta Ortiz Ahlf, ubicada entre los moderados y viuda del recientemente fallecido José Agustín Ortiz Pinchetti, amigo y compañero de lucha de López Obrador.
Antes que ella, en el tercer lugar, se ubicó Marisela Morales Ibáñez, exsubprocuradora contra la Delincuencia Organizada y después Procuradora General de la República en el gobierno del panista Vicente Fox, postulada por el Poder Judicial.
Llama la atención (porque no ha tenido la exposición mediática de las cuatro anteriores como ministras, en funciones tres y como exprocuradora una) que la magistrada Ana María Ibarra Olguín se coloque en el tercer sitio de las preferencias para ministras. A esta joven doctora en derecho postulada por los poderes Judicial y Ejecutivo, se le reconocen excelentes desempeños como magistrada de circuito en el décimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, como directora del Centro de Estudios Constitucionales de la Corte y como secretaria de estudio y cuenta en la ponencia del ministro en retiro Arturo Zaldívar.
En cuanto a los hombres, la encuesta de Mitofsky marca como el que cuenta con mayores preferencias a Hugo Aguilar Ortiz un mixteco de Oaxaca con maestría en derecho postulado por el Poder Ejecutivo y dedicado a la defensa de los derechos humanos de los pueblos originarios del país.
Le sigue César Mario Gutiérrez Priego, doctor en derecho constitucional postulado por el Poder Legislativo y especialista en derecho militar, lo que lo llevó a defender a su fallecido padre, el general de división Jesús Gutiérrez Rebollo, zar antidrogas durante el gobierno del priista Ernesto Zedillo, acusado y condenado a 40 años de prisión por dar protección al capo Amado Carrillo Fuentes alias “El Señor de los Cielos”. En opinión del hoy candidato a ministro de la Corte, su padre era inocente y los responsables de proteger al capo del cártel de Ciudad Juárez fueron el presidente Ernesto Zedillo y su secretario de la Defensa, Enrique Cervantes Aguirre.
El tercero de las preferencias entre los candidatos hombres es el maestro en derecho Carlos Enrique Odriozola Mariscal, siempre litigante dentro de su carrera y sin haber ocupado cargos dentro del Poder Judicial que, no obstante, fue el que lo postuló.
Y el cuarto es el magistrado Sergio Javier Molina Martínez, doctor en derecho y consejero en funciones de la Judicatura Federal, postulado por el Poder Judicial.
Instantáneas:
1. TRÁFICO DE INFLUENCIAS. El pasado 21 de marzo primero y el 11 de abril después le informé aquí de la construcción de un mega casino en Naucalpan no obstante el compromiso de la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez de no otorgar permisos a casas de apuestas en gobiernos de la 4T. Desde entonces no ha habido respuesta a tal señalamiento ni del principal despacho de Bucareli ni de su dirección general de Juegos y Sorteos, cuyo titular Manuel Marcué Díaz en la administración del hoy senador Adán Augusto López, no ha dudado en recurrir al tráfico de influencias para continuar la construcción del casino Jubilé en Boulevard Ávila Camacho 758. Parece que a los dueños de lo que será anunciado como el casino más grande del país con marquesinas y espectaculares tipo Las Vegas (la empresa regiomontana “Atracciones y Emociones Vallarta” a través de “Jeyv de Nuevo Léon” no les importa dejar en falta al gobierno federal. Hay protestas vecinales y una enuncia penal contra la exalcaldesa panista de Naucalpan, Angélica Moya, por autorizar la operación de Jubilé sin contar con las atribuciones legales para hacerlo. Es el mismo modus operandi de lo ocurrido con Birmex en la compra consolidada de medicamentos: empleados de la anterior administración seguían operando hasta que llegó la orden directa de la presidenta Sheinbaum de cesarlos.
2. LOS TENIS DE CLARA LUZ. ¡A la caramba yo me los pongo! debe haber dicho la titular de la Unidad de Asuntos Religiosos, Prevención y Reconstrucción del Tejido Social de la SEGOB, Clara Luz Flores Carrales al llegar ayer de tenis (eso sí negros), al funeral del papa Francisco. Una foto junto con la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, y el embajador de México en el Vaticano, Alberto Barranco, tomada en la Puerta de la Plegaria de la Basílica de San Pedro la evidenció. No sé si no tuvo empacho en usar los tenis para comodidad (¡total está de moda!) o si se los cambió por zapatos de vestir al pasar frente al féretro. Parece, por otras fotos, que así fue. Pero las críticas de las que fue objeto por eso palidecen frente a las que surgieron en redes al recordar que Clara Luz Flores fue bajada de la candidatura de Morena al gobierno de Nuevo León, luego de que negara primero su participación en la secta NXIVM de Keith Raniere, y después tuviera que aceptar que mintió al publicarse un video en el que conversaba con él.
3. ABUCHEO. Quien constantemente habla bien de sí mismo cae a menudo en la injuria y además consigue que los demás lo aborrezcan. Algo parecido ocurre cuando el ego lleva a decir públicamente cuáles son o no los merecimientos de uno. “No lo merezco”, dijo ayer el presidente de la mesa directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña, al ser abucheado en el Congreso Nacional del PT, el que fuera por años su partido hasta que decidió afiliarse a Morena. Tal fue la razón del abucheo lo que lo llevó a calificar la silbatina de profundamente injusta. Fernández Noroña anunció que tomará distancia del PT lo que tendrá dos efectos inmediatos: uno para la 4T al profundizar la división y otro para el propio Fernández Noroña que perderá votos en sus aspiraciones presidenciales para 2030.
@RaulRodriguezC
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