El PRI perdió el poder por la corrupción. Por su culpa el PAN también lo perdió y, de seguir como va, Morena por ella lo perderá. Así hasta siempre si no extirpamos ese cáncer que no distingue colores partidistas ni ideologías, que no discierne si se trata de políticos, empresarios o delincuentes.
“Pues sí que aclare, que aclare el senador”, respondió la presidenta Sheinbaum el viernes en la mañana con un dejo de fastidio que nada gustó al respetable cuando se le pidió una opinión sobre los señalamientos avalados por documentación oficial de que Adán Augusto López no había incluido en su declaración patrimonial ingresos por 78 millones de pesos, algunos de ellos transferidos por una empresa que en algún momento estuvo considerada “fantasma” por la UIF y que son producto de una herencia.
La aclaración la hizo ese mismo viernes el líder de la mayoría de Morena en el Senado, ya con la carga en los hombros de las acusaciones que le atribuyen complicidad con Hernán Bermúdez Requena, presunto líder del cártel “La Barredora”, cuando era al mismo tiempo secretario de Seguridad Pública de Tabasco, designado por Adán Augusto cuando era gobernador.
Por supuesto que como lo considera la ley con cualquier ciudadano -al menos en la letra de la norma- el también líder de la Junta de Coordinación Política del Senado es inocente hasta que se demuestre lo contrario, pero los indicios de presunta corrupción y complicidad con el crimen organizado, además del reconocimiento que él mismo hizo de ingresos millonarios que se contraponen al principio morenista de que no tiene cabida un “gobierno rico con un pueblo pobre”, impiden aceptar la verosimilitud de sus desmentidos y deslindes, y abonan a su desprestigio.
Las razones sociopolíticas y su contexto económico por las que el Partido Revolucionario Institucional perdió votos, militancia y obviamente el poder, están claramente explicadas en la recomendable y muy bien realizada serie de N+ DOCS “PRI: Crónica del fin”, escrita y dirigida por Denise Maerker y transmitida por la plataforma ViX.
Pero si a esas razones hubiera que ponerles nombres propios, tendríamos también una lista interminable.
Del viejo PRI, el del mismísimo José López Portillo y su ostentosa “Colina del Perro” en Cuajimalpa, CDMX, que se mandó construir en medio de la debacle de los precios del petróleo y la crisis devaluatoria y los de sus amigos, el jefe de la policía capitalina Arturo Durazo y su famoso Partenón o Jorge Díaz Serrano, el director de Pemex que dio como regalo de bodas a una hija del expresidente un buque repleto de barriles de hidrocarburos para ser vendidos en el mercado spot.
Del PRI pretendidamente reformado, el que tomaron los tecnócratas, está a la cabeza el de Carlos Salinas, el de Raúl, su “hermano incómodo” el uso de fondos de la millonaria partida secreta de la presidencia o los acuerdos en casi cualquier giro que le valieron el apelativo de “Mister Ten per Cent” (señor diez por ciento) y los de los relevos sindicales de líderes obreros corruptos como los petroleros Joaquín Hernández Galicia “La Quina” y Salvador Barragán, o el magisterial Carlos Jongitud Barrios, sustituidos por los no menos corruptos Carlos Romero Deschamps y Elba Esther Gordillo.
Del PRI odiado por Ernesto Zedillo, pero que, no obstante, encubrió los latrocinios de banqueros y empresarios, están los nombres de Carlos Cabal Peniche, Jorge Lankenau o Ángel Isidoro Rodríguez “El Divino”, beneficiarios del rescate bancario que convirtió sus deudas privadas en deuda pública que seguimos pagando los mexicanos y que, se asegura, pactó con Estados Unidos -según Francisco Labastida- la entrega del poder al PAN.
De ese PAN al que, a decir de Vicente Fox, el ejercicio del poder lo desgastó en doce años, cuando al PRI le tomó ochenta hacerlo, se escucha el nombre de la “pareja presidencial” Martita Sahagún y sus hijos en la realización de muy buenos negocios con el gobierno, pero sobre todo con el que encabezó Calderón, quien encubrió al hoy convicto en Estados Unidos, Genaro García Luna.
De la parodia de un nuevo PRI, el de Enrique Peña Nieto y sus sonados escándalos como el de la “casa blanca” y millonarios latrocinios como los de los aún convictos exgobernadores de Veracruz, Javier Duarte; de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo; o de Chihuahua, César Duarte.
Y de Morena, ya en el poder, con la videograbada entrega de sobres de dinero a dos hermanos de AMLO, las acusaciones a sus hijos de tráfico de influencias, el multimillonario desvío de recursos de Seguridad Alimentaria Mexicanas (Segalmex), los denunciados vínculos para lavar dinero sucio de Alfonso Romo, quien fuera jefe del gabinete de López Obrador; las evidencias que incriminan con el crimen organizado al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y el hasta ahora irremontable escándalo de Adán Augusto López.
No hacemos el juego a quienes pretenden a toda costa, una fractura en la cúpula de Morena. Pero el sentido común dice que, si un dedo está irremediablemente infectado, hay que amputarlo para evitar que toda la mano se gangrene y se pierda.
Instantáneas:
1. UNA DE CAL. Muchas paladas de arena nos han caído a propósito de la relación con Trump, pero ayer cayó una de cal. Desde Sinaloa, la presidenta Sheinbaum dio a conocer que se alcanzó un acuerdo con Estados Unidos, en el marco de las negociaciones sobre seguridad binacional, mediante el cual Washington reforzará operativos en su territorio para combatir y reducir el tráfico ilegal de armas a México.
2. CLARITO. Por si le interesa a quien ha pedido sentarse a negociar el multimillonario monto de los impuestos que no ha pagado en años, aquí le dejo el artículo 28 de la Constitución: “En los Estados Unidos Mexicanos quedan prohibidas… las condonaciones de impuestos y las exenciones de impuestos…”.
3. INFORME REGIO. Más allá de dar cifras de seguridad y de obra pública, el primer informe del presidente municipal de Monterrey, Adrián de la Garza, será un documento que se leerá en clave política. La presencia del gobernador de Nuevo León, Samuel García, y de representantes de distintos partidos confirma que el alcalde busca tender puentes. Pero la señal más relevante está en su esfuerzo por enmarcar los avances municipales dentro de una lógica nacional de coordinación con Claudia Sheinbaum: menos confrontación y más colaboración. Ese mensaje lo refrendará el próximo 30 de septiembre, en la sesión solemne programada para su informe en el Pabellón M.
@RaulRodriguezC
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