La creciente demanda de tequila en el planeta se vive a flor de piel entre los principales productores, quienes ven la necesidad de aumentar sus capacidades. Un ejemplo palpable de lo que priva en esta industria es la creciente demanda de barricas de roble blanco que se emplean para almacenar y dar cuerpo a nuestra bebida ancestral en distintas variedades.
Platicando con el empresario e importador de barricas, Luis Valencia, me confirma que sus clientes tequileros han duplicado e incluso triplicado sus pedidos de barricas, sobre todo aquellas usadas de roble blanco americano de Bourbon y de roble húngaro, en ambos casos de 200 litros de capacidad. Por cierto, el precio de una barrica de estas características ronda entre 100 y 120 dólares.
Para darse una idea del boom de nuestra bebida en el mundo, tan sólo el año pasado Vistrade México, la firma que encabeza Valencia, colocó más de 20 mil barricas, mientras que para este año estima llegar a entre 40 mil o incluso 50 mil, de las cuales 90% son estadounidenses y nuevas, y 20% francesas, usadas para almacenar vino.
De hecho, Valencia asegura que es tanta la demanda, que los precios se pueden duplicar en el mediano plazo. A decir del empresario, el boom de los tequilas premium, añejos, extra añejos y cristalinos disparó la oferta de barricas, además de que llegaron marcas de famosos e influencers que inundaron el mercado, así como pedidos en línea de la bebida.
Valencia es un viejo lobo de mar en el tema de las barricas, pues antes de arrancar su importadora, trabajó para diversas fabricas tequileras y para uno de los principales diseñadores y comercializadores de envases de cristal, Pavisa. Tuvo tiempo suficiente para detectar las necesidades de este peculiar insumo y percibió que había varias destilerías que poseían barricas viejas, en su mayoría compradas ya usadas, de roble de Bourbon, y sus dueños no sabían que debían renovarlas.
La Norma Oficial Mexicana que rige al tequila establece que para el proceso de elaboración se deben emplear barricas de roble blanco americanas o europeas. Por tradición, los proveedores son tonelerías francesas, pero en Chile su elaboración encontró un creciente potencial.
Destacan las barricas de pinot noir, variante que brinda deliciosas propiedades al tequila, y cuya demanda se ha disparado en el mercado premium.
Valencia menciona que lo ideal es contar con cavas subterráneas con temperatura controlada, ya que generan el clima perfecto para eliminar mermas. A diferencia de una bodega, la cava subterránea mejora procesos que, a su vez, enriquecen las propiedades del tequila.
Por otro lado, los tequileros ahora están experimentando y se salen de lo convencional para crear productos diferentes, y por eso encuentran en las barricas francesas usadas los aromas, colores y texturas que antes no tenían. Al interior de las barricas hay un intercambio de micro y nano oxigenación que brinda sabores explosivos y atractivos.
Para cortar un roble blanco americano deben haber transcurrido al menos 80 años, y de cada árbol se pueden obtener nueve barricas. Sin embargo, en el caso de un roble francés, deben transcurrir 200 años, y de cada árbol se extraen apenas cuatro barricas. La diferencia está en el tipo de grano y el corte del árbol.
Por increíble que parezca, ambas variedades de árboles, pese a su gran diferencia de edades, tienen la misma densidad de follaje y altura. Tome nota, y tome con moderación.