Participo en un grupo de Facebook muy interesante de la industria tequilera, donde me entero del pulso de los temas que atañen a este importante segmento económico de México. Por supuesto, uno de los temas álgidos es el precio promedio del kilogramo de agave, el cual, por cierto, se ubica ahora en 24 pesos. Estamos a mitad de año y, a decir de los propios productores y expertos en la materia, me parece que este indicador puede alcanzar un techo de 28 pesos y un piso de 21 pesos.

También me topé con un anuncio de un agricultor que ofrece comprar agaves sembrados en los años 2015, 2016, 2017 y 2018, mismo que está dispuesto a pagar entre 21 y 23 pesos por kilo, dependiendo de la madurez y del color de las pencas.

Otro indicio de que el mercado agavero es uno de los más dinámicos se percibe al encontrar ofertas de compra y venta de plantas de agave de “primer corte”, las cuales se cotizan desde 6 pesos hasta 12 pesos cada una. Estas plantas, también llamadas “hijuelos”, son muy demandadas entre el gremio agavero, pues de acuerdo con su tallo, color de la tierra y grosor de las hojas, determinará el ciclo de vida y el tamaño de las piñas de agave, una vez realizada la jima (corte de las pencas del maguey para poder asar las piñas y producir el tequila).

En este grupo me enteré que los hijuelos más demandados son los denominados “naranja, toronja, piña”, ya que provienen de campos perfectamente acondicionados para obtener una robusta piña de agave en la jima.

“Necesito 400 mil plantas de primer corte de naranja”, posteó alguien en este grupo y, de inmediato, se inició una especia de puja donde el mejor postor pudo colocar el requerimiento.

En este grupo se observan atractivas ofertas como la de un productor que ofrece agaves de segundo corte sembrado en 2017 y que pertenece a la categoría “lima, naranja y toronja”, con apenas 15 días de haberse cortado. El anuncio dice que están listas para cargarse y que hay 10 mil disponibles, a 7 pesos por pieza.

Son muchos los factores que atañen el precio promedio del kilo de agave, pero sin duda el ingenio de los mexicanos también se pone de manifiesto en esta virtual forma de adquirir y colocar la materia prima del tequila. Es por eso que el indicador del kilo de agave estará vinculado al momento económico de los productores, pero también a la demanda del mercado. Un clima de negocios cada vez más competido, pero también más automatizado.

“Busco agave para jimar, del año 2015 a 2018, pago buen precio”, reza otra publicación.

Son mensajes que revelan la realidad que atraviesa este gremio que, pese a la pandemia de Covid-19, nunca dejó de producir. Al contrario, al ser considerada como industria esencial para la economía de país, se redoblaron esfuerzos y se lanzaron nuevas estrategias para mantener el nivel de exigencia de un mercado cada vez más tequilero. Tome nota.

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