La política social que se ha implementado en los últimos años, en el país, ha implicado un cambio social estructural con el objetivo de solventar las necesidades de la población más vulnerable, y el gasto presupuestal ha sido el instrumento que ha permitido, cada vez más, llegar a una mayor población, siendo el sello característico de la actual administración.

El gasto destinado al área social se ha incrementado sustancialmente, producto de una política altamente sensible a las demandas sociales; en lo que va del sexenio se han incrementado los recursos a los programas sociales. El ritmo de crecimiento del presupuesto destinado a los mismos, para lo que va de la presente Presidencia, ha sido de un 19.6%, situación que muestra una diferencia con los gobiernos anteriores, para el año de 2012 a finales del sexenio del presidente Felipe Calderón el crecimiento del gasto social fue de un 3.15%, siendo menos de 2 mil 321 millones de pesos; en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, para el año 2017, la tasa de crecimiento fue negativa en -3.7%, registrándose así la mayor caída en términos absolutos de los recursos destinados al sector social, al disminuir los mismos a menos de 63 mil 358 millones de pesos.

Para 2024 se incrementa el presupuesto a los programas sociales en 726 mil millones de pesos, cantidad que representa un crecimiento en términos reales, con respecto a este año de 2023, de 4.3%; destacan entre los programas sociales: la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, la Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente, La Escuela es Nuestra, Jóvenes Escribiendo el Futuro, Vivienda Social, Sembrando Vida, Fertilizantes, Producción para el Bienestar, Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras y Fortalecimiento a la atención médica entre otros.

El gasto en salud, de acuerdo a su clasificación funcional, tiene un incremento del 5.8% siendo el monto de 926 mil millones de pesos para el 2024, destacando el incremento de recursos presupuestales al IMSS-Bienestar por una cantidad de 129 mil millones de pesos.

El resultado de estos cambios en el componente del gasto social es el impacto en los hogares mexicanos; de 35 millones hogares registrados en las estadísticas de atención a la población, el 71% recibe por lo menos uno de los Programas para el Bienestar, es decir que de cada 10 personas 7 reciben el beneficio de un programa social.

El resultado de la aplicación de la política social altamente redistributiva, se expresa en un avance social que es la reducción de la pobreza en México; en gobiernos anteriores los niveles de pobreza rondaban arriba de los 50 millones de pobres, en contraste con datos de la Encuesta de los Ingresos Gastos de los Hogares del INEGI y la metodología del Coneval para el año 2022, registraron 46.8 millones de pobres, es decir descendió el número de pobres.

Con la reducción del número de pobres no se resuelve, en un sexenio, décadas de rezagos sociales y de una alta desigualdad económica, el desmantelamiento de las políticas económicas de contención distributiva, son difíciles de revertir, a pesar de ello se ha logrado avanzar; la variable distributiva para los próximos años será un determinante importante para tener un crecimiento económico sostenido.

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