En el caso de Odebrecht se han estado mostrado diversos montos que muestran el quebranto hecho a PEMEX por parte de este consorcio, el cual realizó negocios en México. La empresa tiene sus orígenes en el Estado de Bahía, en Brasil, a mediados de la década del siglo XX, la cual dio un giro más agresivo en sus planes de negocios a inicios de la década de los noventa, acentuándose lo anterior cuando Marcelo Odebrecht, hijo del dueño, tomó posesión, en 2009, del negocio de construcción y petroquímica, continuando sus actividades de expansión hacia otros países.
Sin embargo, lo hecho por el consorcio Odebrecht, forma parte de una red criminal de sobornos que tiene su origen en el cartel de Lava Jato (autolavado), que ha involucrado empresas brasileñas, en general sudamericanas, y mexicanas; que de alguna manera encontraron eco con empresas asentadas en Estados Unidos.
El esquema de sobornos para el caso de Odebrecht, implicó una estrategia que logró sus objetivos de expansión, al menos en los países donde desarrollaron sus actividades. Sin embargo, sus logros fueron producto de hechos fraudulentos, por la transferencia de recursos hacia el financiamiento de campañas políticas en diversos países de América Latina, incluido México, con el fin de acceder más adelante a jugosos negocios en diversos contratos de construcción de infraestructura, particularmente en el sector energético para el caso de México.
Por las actividades de este consorcio brasileño, diversos funcionarios públicos de renombre en América Latina han salido a la luz, y no han respetado trayectorias, ni ideologías, las cuales han traspasado el espacio político tanto de gobiernos de izquierda como de derecha.
Los casos de expresidentes en Perú, Brasil, México, entre otros, y de presidentes en funciones en América Latina, han cimbrado al sistema político latinoamericano ya desde 2014, año en el que comenzó a investigarse en Brasil, y que se agudizó con la investigación emprendida por las autoridades de Estados Unidos, y posterior culpabilidad de altos directivos del consorcio Odebrecht en la corte de Nueva York en 2016, empezando por su principal directivo, esto ha mostrado una red de sobornos a escala internacional.
El quebranto económico derivado de las prácticas fraudulentas, del incumplimiento de obra y de sobrestimación de costos del consorcio Odebrecht en México, se estima en un monto aproximado, derivados de la revisión de la Cuenta Pública de 2016 por la Auditoria Superior de la Federación, de alrededor de 12 mil millones de pesos, si lo comparamos, esto equivale al 75 por ciento del presupuesto destinado a la Fiscalía General de la República para este año.
Recuperar una parte de esos recursos para el erario público, resarcirá parcialmente a la sociedad mexicana, que tanto requiere de esos fondos para seguir haciendo frente a la recesión económica que estamos viviendo.
Profesor de la Facultad de Economía de la UNAM e Integrante del Centro de Análisis de Coyuntura Económica, Política y Social, CACEPS, caceps@gmail.com