Silvia Cherem es una periodista de larga trayectoria en los medios de comunicación. Es autora de varios libros. A fines del año pasado publicó el libro POR NUESTRAS LIBERTADES (ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE), a propósito del cual nos concedió esta entrevista.

1.- ¿Qué la motivó a escribir POR NUESTRAS LIBERTADES (ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE)?

Me cimbró la desinformación, la manipulación, las mentiras y la propaganda, el supuesto interés en el pueblo palestino que, en realidad, se ha convertido en un aval del terrorismo y un apoyo ciego al régimen de los ayatolas de Irán en su lucha contra los infieles”; en ese objetivo de fomentar intifadas en Occidente y destruir el tejido liberal y democrático que nos une. Me refiero, por supuesto, a la destrucción paulatina de los valores judeo-cristianos y del credo liberal que dan fundamento a nuestra visión de mundo.

Es increíble que el mismo 7 de octubre de 2023, cuando todavía había terroristas en Israel, cuando se vivía el estupor frente a la peor carnicería jamás vista —el salvajismo y cinismo de Hamás asesinando, violando, torturando, decapitando y quemando vivos a 1240 personas de 31 nacionalidades y, además, filmando y proyectando sus actos atroces—, en Occidente comenzó una campaña muy bien orquestada de años atrás por Irán y la Hermandad Musulmana, para clamar por una “Intifada” en Estados Unidos y otras sociedades occidentales. Vociferaban apelando al caos total, al derrumbe institucional democrático. La excusa, atroz por donde se le mire, porque aún había terroristas en Israel, porque aún Israel no había disparado una sola bala y estaba recogiendo fragmentos de cuerpos, era cuestionar la legitimidad del Estado de Israel, perseguir judíos y culpar a Israel de lo sucedido.

En nombre de la supuesta “libertad de expresión”, se permite todo: que con el rostro cubierto, yijadistas y jóvenes adoctrinados, tontos útiles enmascarados con una kufiya, generen desordenes públicos y violencia, que quemen la bandera de EUA y de otras naciones de Europa, que persigan judíos por el simple hecho de serlo... Frente a nuestros ojos, en pleno siglo XXI, se está incubando el huevo de la serpiente con una doble moral inaceptable, cobijando la satanización de Israel y de Estados Unidos, de las sociedades liberales occidentales, en nombre de supuestos “derechos humanos”.

La hipocresía es rampante. Si tras la Primavera Árabe hubo 500 mil muertos y millones de desplazados de la tiranía de Bashar Al-Assad o números similares en Sudán, nadie salió a las calles a protestar, a nadie le importaron esas vidas humanas. Tampoco vimos en Occidente una sola manifestación en contra de los 240 mil asesinados en Afganistán u hoy mismo, nada del genocidio que se vive en China contra los uigures, musulmanes suníes que habitan en Xinjiang, que han sido “reeducados” y que son víctimas de detenciones arbitrarias o trabajos forzados. Aunque impera la censura, se sabe que son torturados, reprimidos o asesinados a manos del regimen; se habla de alrededor de un millón de uigures detenidos en campos de internamiento donde los que no mueren de palizas o torturas, fallecen de inanición.

¿Dónde han estado los defensores de los “derechos humanos”? Los que se rasgan las vestiduras para condenar a Israel olvidando cómo comenzó esta guerra, desdeñando lo que hizo Hamás el 7

de octubre en Israel, porque hay que insistir: la guerra no la comenzó Israel. El 6 de octubre había paz. El 6 de octubre no había un solo judío en Gaza. Desde 2007 ahí gobierna Hamás.

Más de 500 días después aún hay secuestrados en los túneles que construyó Hamás con los billones de dólares anuales que recibe de Occidente y que no han servido, ni un quinto de ellos, para lo que estaban destinados: para procurar el bienestar del pueblo palestino.

Por eso digo que es la ideología occidental a modo. Por eso digo que los “derechos humanos” se han torcido con la ideología woke, que ha puesto un énfasis desmesurado en su propaganda y concepción de mundo, en ese discurso de colonizados-colonizadores, de blancos opresores, de dominantes y dominados, etiquetas de interseccionalidad y cuestionamiento al capitalismo y las estructuras del poder, con las que se pretende condenar a los judíos y a Israel, a quienes consideran “blancos colonizadores”, aunque Israel sea una de las sociedades más multiculturales del mundo. Lo acusan también de promover el apartheid y la limpieza étnica, ¡patrañas para ignorantes!, porque basta ver la composición étnica y religiosa del Estado de Israel, donde el 21% son árabes-israelíes que participan en el Ejército, la vida social y educativa, hasta en el Parlamento.

Escribí porque perdí el piso el 7 de octubre de 2023, porque se cayeron las máscaras, porque se transparentó el odio y se evidenció que el antisionismo no es más que un tsunami de antisemitismo. Un discurso ruin, promovido por las redes y los medios, que sostiene que el pueblo judío no tiene derecho a existir —algo que jamás le restarían a ninguna otra minoría—, deslegitimando el derecho a una tierra histórica donde ha habido permanencia judía durante más de 3 mil años.

2.- ¿Cuál fue el hallazgo más sorprendente de su investigación?

Darme cuenta cuánto dinero sucio de Qatar e Irán, países petroleros, ha entrado desde hace cuando menos tres décadas a Occidente preparando el terreno para este tsunami de odio. No es casual que las universidades norteamericanas que más dinero han recibido y donde están activos Students for Justice in Palestine y American Muslims for Palestine, es donde con más enjundia se han organizado protestas contra Israel, deseos de perseguir judíos y se han organizado campañas para boicotear a Israel (cerrando los ojos a que un gran parte de los avances médicos, tecnológicos y ambientales son tecnología israelí).

Me estremece darme cuenta qué tan dormidos estábamos, constatar que usando los valores democráticos, nuestras libertades, están buscando terminar con lo que somos, porque la intención de Irán, es decir del yihadismo y la Hermandad Musulmana, es crear un “califato universal”. En nombre de Alá emprenden su “guerra santa” y en los últimos veinte años han multiplicado ataques terroristas en el mundo entero, inclusive en países musulmanes que no siguen su línea chiita extremista del “Islam de los puros”.

Irán ya se instaló también en latinoamérica en su absurda alianza con la izquierda. María Corina Machado, en entrevista, me dijo que es Irán quien sostiene a Maduro en Venezuela, a Ortega en Nicaragua, a los regímenes de Bolivia y Cuba donde tantos ilusos que antes hablaban de libertades y de ateísmo, hoy han transmutado su playera del Ché Guevara por una kufiyá, enalteciendo la causa palestina como la madre de todas las causas. En realidad, han vendido su alma al diablo apoyando una ideología mesiánica religiosa que se impone mediante el terrorismo y, como decía Milán

Kundera y repite Xavier Velasco en el prólogo de mi libro POR NUESTRAS LIBERTADES, le están dando la pala a quien será su sepulturero.

Así pasó en 1979 en Irán, porque cuando llegaron los ayatolas al poder y terminaron de un plumazo con todas las libertades, oprimiendo a las mujeres que pasaron de bikini a burka y asesinando a los homosexuales, fueron los miembros de la izquierda cómplice, esos que ayudaron a tumbar al Sha, quienes fueron los primeros en ser masacrados.

3. Profundice más en la postura anti-israelí que han asumido los jóvenes en universidades tan prestigiadas…

Los jóvenes han sido presa fácil para las mentiras y el adoctrinamiento de lo que hoy se considera “políticamente correcto”, aunque sean jóvenes en las grandes universidades del Ivy League, que hoy son semilleros de terroristas. Esta nueva generación conoce la realidad desde su cuadrito, desde los barrotes de sus celulares, desde el algoritmo que determina su ideología. La verdad es la que dicta Tik Tok —hay 54 Tik Tok de Palestina, en realidad de apoyo a Hamás, por un único Tik Tok de Israel—, y sin un sostén ideológico, como el que nos nutrió en otras generaciones para hacer el bien, se convencen de que su “buena obra del día” es boicotear a Israel y atacar judíos.

No se dan cuenta de que están siendo manipulados. Deambulan ciegos sin saber quién los jala del cuello. Legitimizan el discurso de la tiranía iraní creyendo que están “defendiendo a un pobre pueblo desprovisto”, a “niños que tiran piedras”, cuando en realidad están siendo presa fácil, tontos útiles al servicio de la poderosa teocracia iraní. Me estremece y me da rabia esa miopía, ese adoctrinamiento colectivo, esa reescritura de la historia porque con desinformación total, con una ligereza infame, muchos opinan sin entender lo que avalan.

Me he dado cuenta, al dar conferencias en torno a mi libro, al cuestionar a las audiencias, que la mayoría de quienes toman postura ni siquiera conocen el mapa o la historia del Medio Oriente. Desconocen que el conflicto no es territorial —bastaría con ver el mapa de las 50 naciones musulmanas ó de los 22 países árabes, y junto a ellos la cuñita casi imperceptible que es Israel, la única democracia en el Medio Oriente, una sociedad multicultural donde más libros se leen, más árboles se plantan y más premios Nobel per capita se ganan, el país más seguro y progresista para la comunidad LGBTQ+, porque a nadie se discrimina y que, además, está conformada por ese 21% de población árabe, hombres y mujeres que, si uno les preguntara, por nada se irían a vivir a las naciones árabes circundantes, naciones autoritarias, teocráticas, machistas, donde imperan la discriminación y la total falta de libertades.

En su mayoría, nuestros jóvenes occidentales no leen, no estudian, no conocen la realidad, vociferan, dicotomizan, se alejan del pensamiento crítico o de cualquier vocación de paz. No están sabiendo ni queriendo distinguir entre civilización y barbarie, moral e inmoral.

En su aparente lucha contra el imperialismo y la colonización, deforman la realidad y no ven que, con su postura, no benefician al pueblo palestino, que es víctima del grupo terrorista Hamás, que educa en el odio, que subsidia eternamente a las familias de quienes asesinan judíos y mueren por la causa, y que busca en cada niño un mártir de Alá.

Lo peor es que si Occidente no despierta, será víctima de lo que está avalando.

4.- ¿Y cómo se explica la postura antiisraelí de la ONU?

Es muy fácil de explicar cómo la ONU ha sido secuestrada, pero habría que hacer un poco de historia.

Las Naciones Unidas fueron creadas en 1945, al fin de la Segunda Guerra Mundial, con 51 miembros fundadores. Su objetivo era evitar futuros conflictos, promover la cooperación internacional, generar misiones de paz en regiones en conflicto y actuar como mediadores en disputas internacionales. Sin embargo, hoy dista de cumplir con el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales, el credo que se firmó en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.

Déjame ir paso por paso para dar sustento a cómo la ONU perdió su esencia, para entender por qué es rehén de ideologías perversas porque si no, cómo comprender que desde 2023 Irán es presidente del Foro Social de Derechos Humanos de la ONU; que desde 2024, Arabia Saudita preside la Comisión para Promover la Igualdad de Género y los Derechos de las Mujeres; y, peor aún, que en 2024, Irán, que financia el terrorismo, fue elegido para presidir la Conferencia de Desarme Nuclear de la ONU. Es tan absurdo todo esto, que sería como poner a un violador a cuidar una casa repleta de mujeres. Pero eso la gente no lo ve, no lo entiende.

¿Cómo sucedió? El siglo XX vio nacer una infinidad de naciones que se crearon tras desmembrarse el Imperio Austro Húngaro y el Imperio Otomano. De esas 51 naciones que concibieron un pacto para un mejor mundo en 1945, se fueron sumando países hasta el día de hoy, cuando son 193 países quienes conforman la Asamblea General. Es decir, se cuatriplicaron los países de la ONU y, en plena Guerra Fría, cuando se conformaron dos bloques alrededor de Estados Unidos, capitalista, y la URSS, comunista, los países de reciente creación que se habían independizados del colonialismo europeo se fueron uniendo en un tercer grupo, el de los No Alineados o del Tercer Mundo, buscando en un inicio mantener una voz de neutralidad.

En 1955 se reunieron en Bandung: Sukarno, el líder de Indonesia; Nasser de Egipto, quien pugnaba por ser la figura central del panarabismo, y Nehru de la India para denunciar la opresión colonial, fomentar la cooperación económica y cultural, defender la paz mundial y no alinearse con ninguno de los dos bloques poderosos. Fue ese el primer escalón de lo que, en la década de 1960, se llamaría oficialmente el Movimiento de los Países No Alineados, países afroasiáticos, Cuba y China. Para 1970, ya eran 75 países tercermundistas y, en su coqueteo, contra Occidente y contra “el imperialismo” de los Estados Unidos, la alianza natural fue una inclinación a votar resoluciones con la URSS.

Un importante parteaguas fue la Guerra de los Seis Días, cuando el mundo árabe que pretendía atacar Israel, se sintió humillado cuando Israel bombardeó en tierra los aviones de Jordania, Siria y Egipto antes de que comenzarán su ataque. A partir de ese momento, el objetivo fue unir al bloque contra Israel, es decir a las 48 naciones musulmanas sumadas a los países latinoamericanos y africanos.

No obstante sus diferencias, la primera vez que unieron sus fuerzas fue en un voto contra Israel, la resolución 3379 en 1975, para acusar al sionismo de racismo. Sionismo, que es el legítimo derecho del pueblo judío de tener una tierra como todas las naciones del mundo y que fue avalado en sus orígenes por la URSS misma, porque nació como un proyecto socialista. El sionismo que apoya la

existencia y seguridad del pueblo judío, porque no existe ni otra nación que les brinde soberanía, mientras que hay 22 naciones árabes, 57 países musulmanes —muchos de los cuales son miembros de la Organización de Cooperación Islámica— y cuando menos 17 países que reconocen el catolicismo como religión oficial, incluido el Vaticano que es católico en gobierno y sociedad.

Como en la ONU todas las resoluciones se pasan por mayoría simple, la alianza de países como Irán, Sudáfrica, Venezuela, Rusia, China, Corea del Norte y otros de este bloque, pasan sistemáticamente. Israel es así el único país en el mundo que tiene una agenda continua y activa de resoluciones condenatorias en la ONU. Hay 103 resoluciones de condena a Israel en la Comisión de Derechos Humanos y no hay una sola para Venezuela, Rusia, Cuba, Arabia Saudita, Pakistán o Qatar. Para taparle el ojo al macho, hay una para Irán, Siria o Corea.

No ha habido tampoco una sola resolución condenando el 7 de octubre y, con la complicidad de Antono Guterres, la ONU sí ha sido el foro para atacar a Israel de todos los males, para culparlo de la guerra, para blanquear al terrorismo y llamarlo “resistencia”.

ONU Mujeres se tardó meses en condenar la violencia sexual contra mujeres a pesar de que encontraron cadáveres con semen de 13 hombres. ¡Como si no hubiera obligación de creerles a las mujeres judías! Por su parte, UNICEF no hizo una sola declaración para proteger a los niños de Israel secuestrados por Hamás. Y la UNRWA también ha sido una perversión de la que habría que hablar, porque recibe miles de millones de dólares anuales que sirven al terrorismo y nadie escruta.

5.- ¿Porqué casi no hay libros en español que se ocupen de este tema, pero dirigidos al gran público?

Yo creo que sí hay, pero hay que buscarlos. Me ha impresionado mucho a mí “La traición progresista” de Alejo Schapire que analiza criticamente a esa izquierda woke que se ha desviado de sus principios y ha asumido posturas antinatura abrazando al dios Alá. Ahí está también mi libro que alude a todos los temas que engloban esta problemática, temas históricos, sociales y periodísticos, que va en cuatro meses por la cuarta reedición. Me encantaría que tu público lea POR NUESTRAS LIBERTADES, ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE, publicado por Aguilar.

6.- ¿En su opinión cuánto ha cambiado la situación regional desde que se publicó su libro “Por nuestras libertades”?

Más que desde que se publicó el libro, hablemos desde el comienzo de la guerra. Sin duda el mundo es otro. Irán mecía la cuna y escondía la mano, tenía sus tentáculos en Oriente Medio. Tenía varios frentes abiertos, varios proxies: a Hamás en Gaza, a Hezbolá en Líbano, a los hutíes en Yemen, sostenía a Assad en Siria y mantenía milicias ahí y en Irak. Frentes abiertos para estar enviando misiles a Israel.

En 2023, antes del 7 de octubre, habían lanzado cerca de 10 mil proyectiles contra población civil que, si no cayeron y destruyeron a Israel, como era el objetivo, fue porque Israel desarrolló el domo de hierro para pulverizarlos en el aire. Además, Israel obligó a todos los israelíes a tener un cuarto seguro blindado para evitar muertes. Los israelíes se acostumbraron a que tenían un número determinado de segundos para correr a buscar resguardo, mientras el domo de hierro actuaba.

Sin duda con la guerra se ha debilitado la estructura de Hamás, aunque sigue activo porque es una ideología perversa que educa a morir y matar, no hay el más mínimo indicio que busquen la paz.

Sabemos que Israel ha destruido túneles, armas, lanzaderas de misiles e interrumpió las rutas de suministros de armas. Asimismo, ha matado a los líderes principales: Ismail Haniye en Teherán; Mohamed Deif y Yahia Sinwar, en Gaza, así como a cuando menos diez mil terroristas de Hamás. El problema es que reclutan rápidamente a nuevos adolescentes y niños que están dispuestos a morir por Alá, y a muchos que se suman al ser chantajeados con la ayuda humanitaria. Aunque siguen activos y empoderados, lo vemos en los videos de “graduaciones” que hacen al liberar rehenes y entregarles sus bolsitas de souvenirs —machos que se ponen el uniforme militar y se envalentonan con armas para esos actos cínicos, esas puestas en escena—, hoy están más debilitados que antes.

Con respecto a Hezbolá, la acción de los bipers y el asesinato de su liderazgo fue clave para debilitar significativamente a la organización. Hezbolá estaba dos o tres veces más armado y preparado para atacar a Israel, que el propio Hamás. De hecho, tenían un plan para atacar en conjunto, pero Hamás quiso la gloria para sí solo. Hezbolá es chiita, Hamás, sunita, lo único que los une es el odio a Israel. El debilitamiento de Hezbolá derivó en un nuevo gobierno en Líbano que excluyó a Hezbolá, evidenciando que su influencia política se ha visto mermada, aunque ello no significa que no pueda volver a fortalecerse.

Un dato: desde el 7 de octubre de 2023, hasta mediados de 2024, Hamás, la Yijad Islámica, Hezbolá y otros grupos terroristas lanzaron a Israel 28 mil ataques con cohetes, misiles y drones. Antes de la firma del cese al fuego, los ataques eran esporádicos. Quizá en su mayoría llegaban de los hutíes de Yemen, también auspiciados por Irán.

A Bashar al-Assad lo mantenía Hezbolá como dirigente de Siria. Sin embargo, como en un juego de naipes, su regimen colapsó en noviembre de 2024, algo que parecía imposible. Las fuerzas rebeldes del regimen y el enorme descontento popular lo arrinconaron y obligaron a huir a Rusia, que le dio asilo. Aún está por verse qué fuerzas gobernaran Siria y si serán proclives a la paz o a más radicalismo en el nombre de Alá.

Con tantas bajas, Irán ha tenido que mostrar su rostro y dos veces ha atacado directamente a Israel. Irán es una teocracia islámica chiita antioccidental que rechaza a las democracias liberales y busca la supremacía chiita en el mundo islámico. Se sabe debilitada. No sólo porque los brazos del pulpo han sido golpeados, también porque ha dividido al mundo árabe. Ni Arabia Saudita, Jordania, Egipto, Bahrein o los Emiratos Árabes Unidos lo apoyan; todos ellos se han aliado con Israel contra Irán.

A todo esto, habría que agregar la llegada de Trump al poder que tiene claras las fuerzas del mal que imperan en la zona, pero, lo sabemos, su carácter es iracundo e inestable, ciertamente explosivo. Habrá que ver si logra llegar a buen puerto… aunque su loca idea de vaciar la Franja me parece inadecuada y poco pragmática.

7.- ¿Es factible todavía hoy la solución de los dos estados?

Es muy difícil que suceda en el corto plazo. La población más pacifista de Israel fue la que fue masacrada. Confiaron en sus vecinos, les dieron trabajo, los acogieron y les brindaron servicios

médicos a ellos y a sus familias, y muchos de estos palestinos que entraban a Israel fueron quienes entregaron los planos de las casa y toda la información de quien vivía en cada uno de los hogares en los kibutzim. La izquierda israelí está muy herida y difícilmente cree en la paz.

Sobre todo, porque para firmar la paz tiene que haber dos lados y la proclama desde el 7 de octubre no es la paz para dos estados, sino la aniquilación del Estado de Israel, un concepto que está en la carta fundacional de Hamás. ¿Cómo puedes firmar la paz con quien no te mira a los ojos, con quien no quiere paz y busca matarte?

Y no lo olvidemos, del lado israelí siempre hubo vocación de paz y fueron las naciones árabes, luego Arafat, Mahmud Abás y ahora Hamás, quienes han dicho: no. El recuento está en la historia: durante el Mandato Británico con la Comisión Peel en 1936; con la partición en 1947; con los “tres noes” de Jartún que impidieron cualquier negociación tras la Guerra de los Seis Días, en 1967; en 2000, en Camp David, cuando a Arafat se le ofreció a cambio del fin del conflicto, el 91% de Cisjordania, el 100% de Gaza, compensaciones económicas y soberanía sobre Jerusalén Este; en 2008, cuando con Bush de intermediario Olmert le aumentó a Abás aún más tierras y la posibilidad de aceptar refugiados palestinos, y se negó a firmar.

No nos olvidemos que Israel por paz y normalización de relaciones le regresó a Egipto en 1979 todo el Sinaí, rico en petróleo, gas natural, agua subterránea, minerales y recursos pesqueros, a diferencia del resto del territorio israelí que es mayoritariamente desértico y sin recursos naturales. Fue el primer acuerdo de paz con una nación árabe, tristemente su gente mató a Sadat por haber dado ese paso.

Por último me gustaría enfatizar que el 6 de octubre de 2023 había paz. Israel se salió de Gaza desde 2005 y ahí no había un solo judío, por lo que no había nada que liberar. Gobernaba Hamás, gobierno electo, a su propia gente. Vivían en su estado como “refugiados”, un absurdo.

8.- Usted ha entrevistado grandes escritores e intelectuales de Israel, ¿les hizo llegar adelantos de este libro? ¿Recabó usted sus opiniones o conversó informalmente con ellos a este respecto?

Entrevisté a muchísima gente en Israel de todo el espectro ideológico y político, y a drusos, beduinos, árabes, cristianos y musulmanes. Con todos compartí fragmentos del libro y busqué que no hubieran erratas, faltas de información o visiones parciales. Asumí como compromiso ofrecer un mosaico de verdades al lector..

9.- ¿Qué opinión le merece la conducción que Netanyahu ha dado a la guerra?

Yo no soy fan de Netanyahu y lo critico fuertemente por haber dividido a la sociedad israelí con la reforma judicial que quería llevar a cabo, por buscar perpetuarse en el poder y por haber relajado el nivel de alerta que era imprescindible tener en las fronteras. Fue muy irresponsable y seguramente será juzgado por ello.

Dicho esto, considero que se le ha satanizado de más, porque no es lo mismo defenderse ante una amenaza existencial y buscar recuperar rehenes que han sido secuestrados, bebés de su cuna, que un grupo malévolo y terrorista como Hamás.

No nos olvidemos que la información de Gaza llega a través de Hamás y de su reproductor, Al Jazeera, que es propiedad de Qatar. Qatar que armó a Hamás, Qatar que apoya a Irán. En Al Jazeera,

propiedad de la dinastía Al Thani, el “medio confiable del mundo árabe” que se ve en 270 millones de hogares, con versiones en árabe, chino, español, francés, inglés, ruso, serbo croata, entre otros, el mismo 7 de octubre se hablaba de “la venganza israelí”, de su “sed de sangre”. Ni una mención de la carnicería perpetrada. La intención era borrar el 7 de octubre y hostigar a Israel, responsabilizarlo. Borrar quién era la víctima y quién el victimario. Blanquear el terrorismo e impulsar, sin que se notara, la agenda teocrática. Los miembros de la cúpula de Hamás repetían que no mataron civiles, que sólo atacaron soldados; que no violaron o quemaron civiles. Que era una “lucha de legítima resistencia”, que los muertos eran “sacrificios necesarios”, que todo eran “fabricaciones judías”. El golpe mediático surtía efecto porque los medios occidentales, en el afán de también darles voz, repitieron sus mentiras. Las fake news que ganan la partida.

Además, se sabe que “los reporteros” de AP, New York Times, Reuters, BBC y CNN que entraron con Hamás a Israel la madrugada del 7 de octubre de 2023, eran terroristas como ellos. La nota a modo.

Por si fuera poco, miembros de UNRWA han sido quienes han tenido a secuestrados en sus casas.

10.- ¿Cómo evalúa la recepción que ha tenido su libro en México? Entiendo que ha sido muy exitoso en términos de ventas.

Yo misma me he sorprendido. La mayoría de la gente que lo lee, me dice que les he quitado la venda de los ojos. Que hoy entienden. El problema han sido los jóvenes que se dejaron manipular, pero hasta en grupos de universitarios me escuchan y entienden. Nunca hubiera querido escribir POR NUESTRAS LIBERTADES (ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE), pero estoy satisfecha de haberlo hecho. Me siento como un pajarito echando agua al fuego, pero si todos lo hacemos, lograremos cambiar la narrativa que nos amenaza, que busca condenarnos.

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