Quizá la lectura más provechosa de toda mi vida profesional sea Historia de la Guerra del Peloponeso, de Tucídides. El profesor Francisco Gil Villegas y el profesor Rafael Segovia la incluyeron como lectura obligatoria para el examen de redacción en las pruebas de admisión de El Colegio de México hace más de dos décadas, cuando ingresé a la licenciatura. No es una lectura fácil, ni agradable o edificante, ni siquiera entretenida, mucho menos para estudiantes de 18 años. Dependiendo la edición y la traducción, está llena de nombres impronunciables, larguísimas notas al pie, referencias históricas desconocidas y disertaciones aburridas. Pero es la explicación más contundente y clara de cómo funciona el fenómeno del poder en las relaciones internacionales y la política en general. Mucho debo a los profesores que creyeron en la inteligencia y capacidad de mi generación con independencia de nuestra edad. No les daba miedo exponernos a la realidad ni nos llenaron la cabeza con basura woke. No existe en toda la cultura occidental un libro político más importante. No en balde, Thomas Hobbes lo tradujo al inglés.
Al referirse a ese libro, todo el mundo cita la oración fúnebre de Pericles, una visión idealizada y propagandística de la democracia ateniense digna de cualquier demagogo latinoamericano o de nuestros ingenuos intelectuales. No, lo más fascinante de ese libro para mí es la crudeza realista del Diálogo de los Melios, un pasaje creo que del libro V en Historia de la Guerra del Peloponeso. Ahí, los emisarios atenienses dialogan con los dirigentes melios. En el marco de la guerra entre Atenas y Esparta, los atenienses lanzan un ultimátum: los melios deben rendirse y pagar tributo a Atenas o ser aplastados. Los melios argumentan ingenuamente que ellos son una nación neutral y no tienen nada qué ver en el conflicto entre atenienses y espartanos. Los atenienses insisten. Si ellos admiten la neutralidad de los melios, otros estados menores tampoco querrán aliarse con Atenas en su guerra contra Esparta, pues pensarán que Atenas no tuvo la fortaleza de someter a los melios. Los melios contraargumentan que entonces los estados pequeños se unirán en rebeldía contra Atenas. Los atenienses les recuerdan que los débiles nunca se han unido ni han tenido capacidad de derrotar al fuerte. Los melios argumentan que por mínima que sea su capacidad para pelear, existe una reducida posibilidad de victoria y es necesario asumirla. Los atenienses responden que es iluso y estúpido luchar cuando la posibilidad de victoria es tan pequeña y las consecuencias de la derrota resultarán devastadoras. Posteriormente, los melios argumentan que los dioses les ayudarán, pues su causa es moralmente justa. Los atenienses se ríen y contestan que los dioses no apoyarán a los melios, pues son las divinidades quienes crearon el orden de la naturaleza, donde el fuerte devora al débil. Por último, los melios amenazan con pedir ayuda a los espartanos. Los atenienses concluyen la discusión explicándoles que Esparta no ganaría nada con ayudarles y en cambio, se expone a perder mucho, así que ese apoyo nunca se materializará. Los atenienses agregan que no es vergonzoso rendirse ante un enemigo superior, sobre todo si éste ofrece una salida razonable. Y es que “los fuertes hacen lo que pueden, mientras que los débiles sufren lo que deben.”
La izquierda mexicana argumenta que México venció en la negociación a Estados Unidos, a pesar de que nuestro país cedió a todas las exigencias de Donald Trump y la única concesión que obtuvo fue diferir un mes la amenaza de imposición de aranceles. Desde el sexenio pasado, Estados Unidos le ha pedido a México que se sume a su “guerra” contra los traficantes de fentanilo. El gobierno pasado respondió que “abrazos, no balazos”. No se ría, ese es el nivel de nuestra izquierda. Luego, le puso restricciones a la operación de las agencias de inteligencia norteamericanas. Estados Unidos tuvo paciencia, pues se trata de un lujo del poderoso, como los atenienses ante la necedad de los melios. Hace un par de semanas llegó al poder en Estados Unidos Donald Trump, a quien podemos acusar de muchas cosas, pero no de sr un individuo paciente. El fin de semana publicó un comunicado oficial de la Casa Blanca donde acusa al gobierno de México, así sin matiz alguno, de sostener una alianza con la delincuencia organizada. También está en trámite la designación de los carteles de la droga mexicanos como organizaciones terroristas. Se me olvidó decir que en la guerra del Peloponeso, los atenienses, colmada su paciencia por la terquedad de los melios, asesinaron a todos los adultos, esclavizaron a todas las mujeres y a los niños. Después repoblaron la isla con atenienses. Los clásicos no se vuelven referencia por ser divertidos o políticamente correctos, sino porque sus lecciones siguen vigentes 2500 años después de haber sido escritos.
@avila_raudel