Por: Paola Grijalva | Por México Hoy
Iniciamos la semana con la imposición de aranceles por parte de Donald Trump a todos los productos que exportamos a su país y esto no solo marca el probable fin del TMEC, sino que simboliza el fin de una era de interdependencia basada en el libre comercio. Para México, que ha dependido en un 80% de las exportaciones a Estados Unidos, el golpe es significativo: el peso se devalúa, industrias clave perderán a sus principales clientes, 2 millones de empleos están en riesgo de forma inmediata y se romperán cadenas de proveduría en todo el planeta.
Incluso si esos aranceles son medidas transitorias, el golpe ya nadie lo quita, pues genera un alto nivel de incertidumbre para la inversión directa y, en ultima instancia, para todo el país y nuestros socios comerciales.
El neoliberalismo colapsó ante sus propias contradicciones: crisis financieras, desigualdad rampante y el ascenso de líderes autoritarios y proteccionistas como Trump. Los aranceles del 25% a México y Canadá y del 10% a China, no son meras medidas económicas, sino herramientas de poder para reafirmar la supremacía política de EU en un sistema multipolar caracterizado por:
- Fragmentación comercial: Bloques como el USMCA, la Unión Europea (UE) y la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) compiten con reglas divergentes.
- Tecnología como campo de batalla: el acceso y producción de semiconductores, IA y soluciones de energías limpias, definen la supremacía económica.
- Recursos críticos: entre los países desarrollados, la lucha por el litio, tierras raras e hidrógeno verde, definen los nuevos equilibrios .
En este nuevo modelo multipolar, donde la economía se subordina a la geopolítica, entramos a lo que podríamos llamar la “ Era de la Geoeconomía ”.
El camino hacia adelante: entre el Proteccionismo y la Reinvención
La dependencia de México respecto de EU siempre fue un punto frágil, y es así que la presión sobre el gobierno de la Presidenta Sheinbaum ha adquirido dimensiones históricas.
Estados Unidos va a instalar un modelo que impulse la innovación a través de las empresas con mayor capitalización, combinando pragmatismo con una agresiva agenda proteccionista, buscando recuperar su posición hegemónica mundial.
Unión Europea, aunque con tropiezos y divisiones, impulsa el Green Deal mientras impone aranceles a vehículos eléctricos chinos para defender a su industria, sin renunciar a la sostenibilidad.
China con su “Estrategia de circulación dual” , creó un modelo que busca equilibrar autosuficiencia interna (consumo doméstico e innovación tecnológica) con una globalización selectiva.
En ese marco, México está ante una disyuntiva histórica: permanecer anclado a un modelo agotado o convertirnos en un actor independiente y en expansión. Este estado de cosas es un llamado urgente a reinventarse.
Hoy estamos ante la GRAN OPORTUNIDAD de avanzar hacia un pacto político entre todos los actores y organizaciones de todos los niveles, para superar la polarización y la corrupción. En paralelo, saltar de la maquila a la economía del conocimiento, a través de políticas audaces en los ámbitos educativo, económico y social que al mismo tiempo impulsen una solida formación de capacidades para la innovación, que se enfoque en acabar con la pobreza y frene todas las formas de violencia y vulnerabilidad sociales.
Más allá de América del Norte habrá que replantear con fuerza la activación de toda la red de tratados comerciales, potenciar acuerdos con América Latina y reforzar las alianzas Sur-Sur, hacia una prosperidad compartida.
En el caso de China y Canadá, es el momento de impulsar acuerdos bilaterales de intercambio, comercio y cooperación para acceder a mercados y tecnología , y avanzar hacia un acercamiento estratégico a los BRICS para obtener inversiones de impacto planetario.
Atraer inversiones en ramos estratégicos mediante incentivos consistentes, para hacer de México un hub regional. Por ejemplo: crear alianzas para la producción de equipos, movilidad y toda clase de soluciones de energías limpias, para la producción de medicamentos genéricos y ensamblaje de chips, usando nuestra mano de obra calificada de alta competitividad.
Para fortalecer el mercado interno impulsemos una POLÍTICA DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES RENOVADA 4.0 que fomente el desarrollo de las pymes, de la economía social y la modernización de la infraestructura.
Es fundamental implantar una REFORMA FISCAL PROGRESIVA que le otorque recursos al Estado, que reduzca las profundas desigualdades en nuestro pueblo, para dejar de depender de las remesas, la informalidad (55% de la economía) y garantizar la viabilidad de los programas sociales y la creación de empleos.
La Batalla por la Soberanía Económica
El probable fin del TMEC marca el inicio de una lucha por definir el lugar que le corresponde a México en un mundo fragmentado. La GEOECONOMÍA exige resiliencia: ni el aislamiento ni la dependencia son opciones.
Mientras Occidente navega entre hacer frente al declive y la falta de cohesión, en este juego de poder, la prosperidad ya no es un subproducto automático del libre comercio, sino el fruto para quienes combinen innovación, alianzas inteligentes y resiliencia.
México tiene todo el potencial para convertirse en una potencia emergente, aprovechando su ubicación geográfica, tratados comerciales, sus recursos y su capital humano. Estamos ante la oportunidad de transformar la adversidad y REINVENTARNOS como país, a través de un modelo económico y social igualitario, nacionalista y justo.
El momento es ahora, y aunque el cambio llevará tiempo, empecemos hoy a debatir y a organizarnos.
Integrante de @PorMXhoy