El panorama mundial presenta una serie de trances en los ámbitos de la salud por la presencia de la pandemia, inestabilidad geopolítica por la invasión rusa a Ucrania; crisis climática por los efectos actuales del calentamiento del planeta por la explotación irracional de los recursos naturales; problemática energética por la necesidad de implementar ya energías limpias; crisis económica a escala global derivada de las medidas adoptadas para combatir el Covid-19 que muestra profundas desigualdades al interior de las naciones; amenaza de crisis humanitaria por la movilidad de millones de personas, y una agitada situación política internacional y local, que demandan la cooperación internacional para enfrentar los desafíos actuales.

La situación actual, obliga a la reflexión para la búsqueda de alternativas que permitan un cambio profundo en el modelo económico imperante, en la gestión de los recursos naturales y en la visión con la que se pretende llevar bienestar social a la población.

Resulta además necesario revisar como en diversas regiones del mundo la democracia enfrenta verdaderos retos por el ascenso de movimientos y líderes de corte populista, tanto de extrema derecha como de izquierda, frente a las tentaciones de regresiones autoritarias que exigen de los Estados soluciones claras a este tipo de desafíos.

Con el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, la izquierda gobernará poco más del 85 por ciento de la población en Latinoamérica, es decir, 13 de las 35 naciones que la integran. En otras palabras, la izquierda gobernará a 570 de los casi 665 millones de habitantes de la región.

En este contexto, los pasados lunes 24 y martes 25 de octubre, Movimiento Ciudadano realizó una reflexión colectiva con la Alianza Progresista, la Fundación Pablo Iglesias, la Fundación Friedrich Ebert Stiftung y la Fundación Lázaro Cárdenas, en el Foro Internacional “El futuro es socialdemócrata”, con el objetivo de revisar desde la perspectiva socialdemócrata los retos y desafíos que enfrentan las naciones y las sociedades, en un ambiente de deterioro de la democracia y de la economía, que ponen en serio riesgo la seguridad humana por la incapacidad de frenar la inseguridad, el quebranto del medio ambiente y la pérdida de confianza de la ciudadanía en sus gobiernos y en sus gobernantes.

Fue un extraordinario ejercicio de reflexión que permitió conocer las experiencias y avances de la socialdemocracia en otros países y sobre las complejidades que han enfrentado los países afines a este modelo en el desarrollo de un Estado de bienestar, con las aportaciones de legisladores y especialistas de Alemania, Brasil, España, Noruega, Chile, Colombia, Costa Rica. Uruguay y México.

El foro llama la atención porque forma parte de toda una serie de análisis en el marco de la denominada Evolución Mexicana, que Movimiento Ciudadano viene realizando desde hace varios meses en la construcción del proyecto de país. Se trata de un proyecto de futuro distinto al presente que defienda la seguridad y certidumbre jurídica, el cuidado del medio ambiente y defienda los derechos humanos.

El ascenso de la izquierda en algunos países de Latinoamérica no necesariamente ha venido acompañado de avances democráticos, pues existen casos donde se ha cuestionado la legitimidad y legalidad de ciertas decisiones o el actuar de sus gobernantes, como en la Nicaragua de Daniel Ortega; la permanencia en el poder de Nicolás Maduro en Venezuela; la situación en la Cuba de Miguel Díaz-Canel; la formas de gobernar en la Argentina de Alberto Fernández (de la mano de su esposa Cristina Fernández); el criticado Pedro Castillo en Perú o el retroceso que vive nuestro país con las decisiones del presidente y de los legisladores de su partido y sus aliados en el Congreso de la Unión.

En el caso de nuestro país, atinadamente se expresó en el foro: “En México el gobierno de “izquierda” está gobernando con el mazo de la derecha porque su visión de gobierno está anclada al pasado, porque se aferra a decisiones que no corresponden a la construcción de un Estado de bienestar”.

Como señaló Dante Delgado, dirigente nacional de Movimiento Ciudadano: “Vivimos la restauración del presidencialismo, la eliminación de los contrapesos legislativos, una batalla frontal con el Poder Judicial, y un afán por debilitar el federalismo. Los programas sociales del gobierno están diseñados para fortalecer un viejo sistema clientelar, pero en nada contribuyen a cambiar la realidad de las personas”. Por ello, la urgencia de trabajar por la construcción de un futuro que respete la dignidad de las personas, en un espacio en el que las mujeres vivan sin miedo, se cuide el medio ambiente y se recupere la paz y seguridad para todos, pero también uno donde el respeto por la ley sea observado por las autoridades en todos los niveles de gobierno, los recursos públicos sean manejados con transparencia, los órganos autónomos mantengan su independencia, se fortalezca la división de poderes y, sobre todo, se respete el contenido de nuestra ley suprema: La Constitución.

Son plausibles estos espacios de trabajo para la construcción de un proyecto de nación donde se incluya a todas y todos, que sirva para que todas y todos puedan hacer escuchar su voz, que más que ganar elecciones, trabaje en una visión para fortalecer las capacidades del Estado y se oriente a la construcción de un sistema electoral fuerte, confiable y funcional.

Este esfuerzo tendrá como resultado que todas las fuerzas de la sociedad estén del mismo lado, trabajando, dialogando y construyendo un proyecto colectivo para el bien del México.

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