Este análisis parece evocar la película con el mismo nombre dirigida por González Iñárritu. Nos referimos a la vuelta al poder de Donald Trump.
El mesías sobreviviente, el líder político fuerte a prueba de balas, quien se asume como iluminado, Elegido por Dios.
Despertamos de una pesadilla, su campaña, y la realidad se muestra más terrorífica que el sueño.
El mundo político mediático trumpiano.
Las palabras de ayer son discurso presidencial y hoy son política pública de la potencia mundial que reclama su posición de imperio.
El enemigo público siempre presente en la narrativa americana tiene hasta ahora dos personajes centrales: China y México.
Resuelto dijo que Estados Unidos será respetado otra vez. Asume que con su llegada la decadencia de Estados Unidos se terminó.
Tras un diagnóstico del pasado inmediato en donde culpa del desastre a traidores internos y a enemigos externos, Trump expresó determinado que “la era dorada de Estados Unidos comienza en éste instante. Seremos la envidia de todas las naciones”.
Machacó sobre la existencia en su país de un sistema de salud que no cumple, de un sistema educativo envejecido.
Señaló que se vive una emergencia nacional en la frontera sur. Los cárteles de la droga han sido clasificados como organizaciones terroristas.
Se deja así abierto el espacio para un nuevo régimen de arbitrariedades, abusos de poder policial - gubernamental y reestructuración de las instituciones hacia fines abiertos de justicia extrajudicial y extra territorial.
Dijo que aplicarán aranceles a otros países para enriquecer a los ciudadanos americanos.
Anunció la constitución de un departamento gubernamental encargado de alcanzar la eficacia de gobierno.
Dijo que volverá la libertad de expresión y que en su gobierno no habrá persecución a oponentes políticos.
Reiteró que habrá Ley y Orden en sus ciudades, habrá solamente dos géneros y pidió que se forje una sociedad ciega al color y se vuelva al régimen del mérito.
Acusó a China de operar el Canal de Panamá.
Rememoró que los Estados Unidos en el pasado vencieron al fascismo y al comunismo.
Es un discurso triunfalista, refuerza su idea de mundo, califica férreamente a quienes disienten de él, les señala como enemigos y traidores a la historia y legado de Estados Unidos.
Los mexicanos tenemos que despertar y asumir con franqueza y entereza el gigante desafío que ya vivimos y enfrentamos.
Deportaciones masivas de migrantes ilegales de todo el mundo a México, a quienes desde su lenguaje les demerita como personas, con enunciados deshumanizantes, que implican una anulación de facto de derechos humanos de las niñeces, familias y trabajadores indocumentados.
Tendremos que compartir alimentos, acompañamiento y ayuda humanitaria, renovar capacidades múltiples socio institucional/organizacionales para brindarles servicios de salud mental y educación.
Tenemos que apoyar las decisiones de la Presidenta Sheinbaum quien deberá desplegar artes diplomáticas y políticas como nunca.
Nuestro gobierno debe reforzar su integración e incorporar a nuevos cuadros de Estado que entiendan los forcejeos propios entre potencias y los procesos que entrañan la geopolítica.
Si los europeos hablan de rupturas entre élites en el mundo, los mexicanos debemos avanzar con la construcción de la Unidad nacional.
Defender los principios de política exterior inscritos en la Constitución
Es urgente un encuentro entre Trump y Sheimbaum, para desahogar una Agenda bilateral que contemple: Migración, Comercio y Seguridad regional.
México debe cooperar con los intereses estadounidenses y ellos tienen que reconocer lo importante que es para su economía los bienes, productos y servicios que se les envían desde México.
¿Cómo podemos cooperar ambos países para arribar a soluciones compartidas?
¿Cómo podemos lidiar con un Presidente que se asume revolucionario?
¿Cómo lograremos defender nuestra soberanía con quien asume la guerra y sus decisiones de nación excepcionales, unilaterales, como mandato proto divino?
Se ensaya pues desde el máximo poder de la nueva Presidencia estadounidense, un nuevo modelo de ciudadanía, de economía, de convivencia, de educación, de gobierno, de economía próspera para los estadounidenses, de guerra selectiva, de ejército hegemónico mundial, de potencia imperial ávida de respeto, desde uno de los amos de los lobos de poder desde el rediseño bíblico/mítico de su espejo de país y del mundo.
Pedro Isnardo De la Cruz es Doctor en Ciencias Políticas y Sociales y profesor en la UNAM. Publicó en 2017 Decisiones estratégicas presidenciales en EUA: El aprovechamiento de la ocasión en crisis de Seguridad nacional y Terrorismo. George W. Bush y Barack Obama (2001-2012).
Juan Carlos Reyes Torres es Licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana, con estudios en Ciencia Política y Administración Pública por la UNAM y profesor de Teoría del Estado.
Coautores de Para entender la 4T (2019), con el sello editorial de Stonehenge México.