De acuerdo con distintas calificadoras, agencias y analistas de la unión americana, como en países de ingreso alto, se puede suscitar el fenómeno crítico de la recesión.
Es importante contextualizar que la emergencia mundial por la Pandemia COVID-19, trajo consigo una crisis mundial en 2020 para todas las economías: brutal, intensa, que con una velocidad inusitada sepultó millones de vidas y profundizó violencias y desigualdades en todas las sociedades del orbe.
Justo por ello y otros factores mundiales, estamos en medio de una trayectoria de desaceleración dramática del crecimiento económico mundial.
Veamos la ecuación recesión, inflación, posibles estancamientos económicos.
Para el especialista mexicano Fausto Hernández Trillo, “en la mayor parte de los países, la inflación también se debe de manera natural a factores de la demanda agregada, dado que recibieron estímulos fiscales y monetarios de tamaño considerable, incluso históricos. Alemania inyectó 40% del PIB, EEUU y Brasil le inyectaron más de 15 puntos porcentuales del PIB a la economía, y así por el estilo”.
“Es decir, en la mayor parte de los países, se buscó detener la baja de la demanda agregada durante la pandemia con inyecciones fiscales y monetarias importantes, lo que ocasionó que, al reanudar las actividades posteriores a ese evento, también la inflación tuviera un origen de esta parte de la ecuación”, subraya Trillo en su artículo Inflación y Política Monetaria , de julio 2022, difundido en Arena Pública.
La economía estadounidense se desacelera en principio por:
I) Una estrategia ineficaz de control de la inflación.
II) Por los efectos inherentes de la Guerra ruso-ucraniana;
III) Por el sistema global de precios y el desajuste en las cadenas de suministros de energía, lo que provoca que la industria disminuya su velocidad de expansión, derivado en primer lugar por la prolongación de la Pandemia COVID-19.
Este problema es crítico para lograr controlar la inflación a corto plazo.
Sobre todo, como lo señaló en su Pentagrama Luis M. Cruz, en Eje Central, “por la distancia entre los puntos de fabricación, entrega y consumo, en un mundo donde la incertidumbre y la confusión prevalecen, suele traducirse en complicaciones logísticas, incremento en los fletes, escasez de personal para realizar tiempos y movimientos, sea en transporte, almacenaje o distribución. Es así que los principales puertos del mundo están congestionados, hay escasez de contenedores , no se tienen suficientes transportistas y almacenistas para manejar los inventarios”.
En el caso de la presidencia de Biden persiste la preocupación profunda ante un descontrol de la inflación,
el pronóstico de una debacle legislativa demócrata en la elección intermedia de noviembre de 2022, el desgaste de su liderazgo internacional ante la agenda global (China/Corea del Norte y la prolongación de la guerra en Ucrania), al menos.
La energía de la Presidencia de Biden parece incluso haber entrado en una etapa de declive sin retorno: su defensa del cambio climático ha venido a menos, la infraestructura nacional no ha tenido una inversión sustantiva y el estado de bienestar nacional, para esta generación de familias y jóvenes estadounidenses, no tiene escenarios promisorios.
Si ésta vía sombría empeora dado el precedente de dos trimestres consecutivos negativos, se encamina a una recesión e incluso a un estancamiento negativo.
Tomaría forma el susurro / reclamo nacional del 60% de ciudadanos del país encuestados recientemente, cuyo ideal es que, ni J. Biden ni D. Trump, luchen nuevamente por la Presidencia. (https://www.bloomberglinea.com/2022/07/20/mayoria-de-estadounidenses-no-quiere-a-biden-ni-a-trump-en-2024-encuesta/.)
A su vez, el que ahora la popularidad de Biden ronde niveles menores al 30% de aprobación nacional en las encuestas, puede sepultar sus posibilidades de reelección en 2024.
Ahondemos un poco más en los indicadores para México.
De acuerdo con Mody’s, en lo que resta del 2022 el PIB será ajustado a la baja alcanzado una tasa de crecimiento del 2%; para el 2023 será de 1%.
Prácticamente el sexenio del estancamiento económico.
A su vez, los estímulos fiscales y monetarios para atender la demanda agregada, fueron prácticamente inexistentes, por lo que es importante observar el comportamiento de otras variables para el caso mexicano.
La tasa de interés fijada por el banco central es clave.
En junio pasado, BANXICO decidió elevar la tasa de interés al 7.75%, señalado como el nivel más elevado al que lo ha hecho desde octubre 2019, mismo ajuste al que la Reserva Federal de EUA lo hizo una semana antes, sobre todo para responder a su propio fenómeno inflacionario crítico.
Interesante la interpretación de los especialistas: si pensaran que hay un peligro real de una crisis financiera -o en otras palabras, que quebrarán los balances de las instituciones financieras-, no estarían haciendo éstos movimientos.
Como subraya el historiador economista Adam Tooze, el aumento de los salarios, el peso de los actores empresariales en la economía, el comportamiento del mercado laboral, la percepción sobre la estabilidad en los mercados de bonos, y por supuesto, la capacidad de bancos centrales de controlar las expectativas del tambor del alza de la inflación, son otras variables que pueden ser significativas.
El hecho es que la inflación del 8.15% de julio en nuestro país, recrea las expectativas negativas y muerde la vida de la población en el consumo de productos básicos y la gasolina.
Ante el aumento del costo de la vida por éstos factores el gobierno mexicano, ha intentado un programa nacional de estabilización de precios, un fuerte subsidio al precio de la gasolina para evitar su ascenso vertiginoso, lo que conlleva a déficits y presiones fiscales adicionales.
El escenario estadounidense puede conllevar para el mexicano a una escalada de presiones sociales, una crítica más severa proveniente de los segmentos de la clase media, a la inhibición en la inversión del gran capital nacional y el endurecimiento de la polarización hacia la 4T , por los partidos políticos opositores y en medios masivos.
El próximo año 2023, será clave en el desenvolvimiento de la economía mexicana.
El apoyo más fuerte será la economía estadounidense, que todo indica estará en franca recesión.
El Presidente AMLO debe cuidar el cierre de su mandato en el manejo de la política económica y escuchar al experimentado economista Rogelio de la O, titular de la SHCP, para hacer frente a este escenario realmente complejo y desafiante.
El destape del candidato de MORENA se dará por muy tarde en el cuarto trimestre de 2023, en medio de un ambiente económico de recesión y una crisis de seguridad incontrolable.
El proceso sucesorio cobrará otra dimensión y los márgenes de maniobra pueden ser cada vez más estrechos, pudiendo complicar la libertad, cambiar en la valoración final y lastimar el mejor momento político, en que el presidente López Obrador haga valer su designación.
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