El 2 de junio del 2024, dentro de 16 meses, los capitalinos acudirán a las casillas instaladas cerca de sus domicilios para elegir Jefe de Gobierno.
Hacia noviembre de éste año conoceremos los nombres de los contendientes; mujeres y hombres realmente valientes que habrán de presentar propuestas de soluciones a los agudos problemas que padecen los capitalinos: polución, inseguridad, movilidad, obesidad, desempleo, neurosis, estrés, desabasto de agua, contaminación múltiple, pésimo transporte público, escasa promoción cultural, etcétera. La calidad de vida de millones de capitalinos es muy mala.
La CDMX está, además, asentada en una zona altamente sísmica, que encarece la inversión en la construcción de viviendas y espacios públicos.
La inversión y el gasto público han carecido de un enfoque estratégico desde hace más de 20 años.
El Metro vive la peor crisis de su historia y el transporte público es, realmente, inhumano. La mayoría de los citadinos destinan entre 2 y alrededor de 5 horas diarias para transportarse desde sus hogares hacía sus empleos o centros escolares. Es una pérdida de tiempo infame.
Las avenidas y calles muestran un aspecto deplorable, hoyos por doquier, coladeras rotas, y una cultura vial caótica, desordenada y violenta, el Estado de Derecho maltrecho.
Pululan motocicletas de origen chino, sin que nadie les indique la existencia de un envejecido reglamento de tránsito.
Las autoridades policiacas reproducen prácticas de extorsión dentro y fuera de las corporaciones y fundamentalmente contra la pobre clase media; bueno, la gente cree que pertenece a la clase media, en realidad, ha estado expuesta a crecientes procesos de empobrecimiento.
La violencia cotidiana, institucional, familiar contra la mujer y comunidades de la diversidad, sigue siendo crónica, sórdida y lacerante.
Es una ciudad con territorios cambiantes de desorden, corrupción y violencia.
¡Qué desafío y desdicha para decenas de miles de familias sobrevivir en esta urbe, incluidos los miles de perritos y diversas mascotas que comparten este espacio¡.
¿Espacio megalópolis sin rumbo, inhumano y ruidoso?.
De nada sirve compararnos con Calcuta, Boston, Bogotá, Los Ángeles o Tokio. Allá han teñido fortuna de contar con gobernantes más responsables y eficaces.
La trayectoria electoral de las urnas capitalinas (2015-2021)
Puede usted notar la dominación y el arrastre político del Presidente AMLO en la capital mexicana, acaso mayor al que ha tenido en Tabasco, afianzando una hegemonía política excepcional.
¿Por qué realmente la Ciudad de México, sus electores, se han distanciado consistentemente de la Presidencia de AMLO y de la izquierda gobernante?
Sólo con base en la lista nominal, casilla por casilla, los resultados electorales muestran una caída y fragmentación progresiva del voto de MORENA, y a su vez, que después de arrasar en prácticamente todo desde el 2006 a 2018 (incluso en elecciones de diputados, senador y ayuntamientos), lo que coincide con la búsqueda de AMLO por alcanzar la Presidencia de la República, aquéllos electores de las generaciones que tenían entre 22 a 57 años, aportaron más del 68% de la votación para el triunfo electoral capitalino de AMLO y MORENA, pero desde el 2021, muestran un declive en su respaldo y su alejamiento. Veamos:
Por eso es tan importante elegir con responsabilidad al soñador, al encantador de serpientes o al sofista que habrá de administrar el caos, o incluso, empeorar más la convivencia.
Ya tenemos una lista visible de aspirantes, valientes, soñadores, ingenuos o ambiciosos que están convencidos de aportar liderazgos y soluciones a la sufrida metrópoli.
Mencionamos los nombres con el propósito de que nuestros lectores los anoten en algún cuaderno, celular o computadora y apoyen con darle seguimiento a sus acciones y trayectorias desde ahora.
Ellas y ellos son: Santiago Creel, Beatriz Paredes, Xóchitl Gálvez, Enrique de la Madrid, Ricardo Monreal, Rosa Icela Rodríguez, Omar García Harfush, Adrian Rubalcaba, Margarita
Zavala, Clara Brugada, Lía Limón, Martí Batres, José Ángel Gurria y Juan Ramón de la Fuente.
Se podrá usted dar cuenta, amable lector, de que en nuestro listado solamente aparecen políticos vinculados a los partidos políticos, dejando de lado posibles candidaturas ciudadanas.
Así es, no vemos oportunidad alguna a quienes no pertenecen a los partidos.
En nuestra joven y maltrecha democracia hacer política fuera de los partidos es un esfuerzo en vano.
Hace unos días el diario El Financiero publicó un estudio demoscópico interesante y serio. Su Director del área de encuestas de ese medio es un profesional respetable y capaz.
El estudio revela que al día de hoy la mayoría de los capitalinos tiene en mente optar por Morena, y en esa organización política encabezan preferencia Brugada, Harfush y Rosa Icela Rodríguez, prácticamente empatados.
En el bloque opositor destaca Xóchitl Gálvez, seguida de López Rabadan. Ambas del partido de Acción Nacional. Al parecer el estudio no mide aún el desfavorable impacto que tendrá para el futuro de ese instituto político, sobre el veredicto del jurado neoyorquino sobre el caso Garcia Luna.
En esta columna periodística de manera periódica presentamos un estudio denominado DISENSUM. el cual no es un ejercicio demoscópico.
Ahí incorporamos variables políticas, análisis cualitativos y percepciones de real politik.
Por ahora, sobre la CDMX estamos presentando un listado amplio en virtud de que en el juego sucesorio por la Presidencia habrá actores políticos que no alcancen la postulación presidencial pero si obtengan un premio de consolación al ser postulados por los partidos para la metrópoli.
En ese rejuego vemos a Monreal, Creel y De la Madrid.
Si al final, los partidos deciden abrirse más hacia la sociedad civil propuestas como la de Juan Ramón, De la Madrid o José Ángel Gurría pudieran llegar a prosperar.
Teníamos la percepción de que Lía Limón estaría creciendo con mayor contundencia; sin embargo, el estudio la sitúa en un lejano tercer lugar debajo de Xóchitl.
A Clara Brugada la observamos muy encapsulada en Iztapalapa y con poca exposición en otros puntos cardinales de la ciudad y baja aceptación en otros segmentos sociales.
En el caso de Omar Harfuch, estamos ante un nieto del Gral. García Barragán, operador brutal de la represión contra estudiantes de 1968. Es hijo de García Paniagua, ex presidente del PRI y jefe de la policía capitalina con Salinas de Gortari.
Para la izquierda tradicional e histórica, Harfuch representa el autoritarismo priísta, además de haber trabajado para García Luna, lo que hace intransitable su candidatura por MORENA; acaso por todo ello suele él mismo descartarse.
Nos llama la atención el crecimiento real y silencioso que muestra Rosa Icela, algo debe estar haciendo bien para que desde ahora aparezca con nitidez en las preferencias electorales.
La titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana en la Presidencia de AMLO, parece comprender el código del Presidente que se exige en los hechos a los suyos: lealtad incondicional, desempeño eficiente sin esperar nada a cambio, posicionamiento asociado a los resultados de su toma de decisiones, sin afanes protagónicos.
Sí, se necesita honestidad probada, eficacia en el ejercicio gubernamental, pero sobre todo, nuevas políticas e instituciones públicas para quién gobernará la capital del país de 2024 a 2030.
La decisión sobre quién ganará la Presidencia de México es tan e igual de importante que los resultados en la elección 2023 por la Gubernatura del Estado de México y a su vez, en quién por y si ganará la Jefatura de Gobierno en 2024: las y los capitalinos desean un futuro sustentable y de bienestar, sabrán caminar sobre la maleza y la malicia de las ambiciones de sus aduladores, y harán lo propio para no ser hechizados por el canto de las sirenas, evitando escoger una falsa alternativa de gobernante.
