Después de varias semanas acéfala la Presidencia de la Cámara de Representantes de EUA, con la elección de Mike Johnson -el representante de Louisiana-, estamos ante un abogado de causas extremistas, con poca experiencia visible en política nacional y gubernamental.
Se trata de un personaje que ha llegado al liderazgo republicano legislativo con respaldo de legisladores demócratas con una agenda en la que respalda la posición de línea dura republicana en varios temas delicados para Estados Unidos:
Se ha opuesto a verificaciones de antecedentes y a tiempos de espera para comprar armas de fuego, y achaca como causa que los tiroteos masivos que se han presentado y que sigue cobrando vidas de ciudadanos y familias inocentes, son resultado de la revolución cultural de los 60 's, la legalización del aborto y la educación progresista en las escuelas.
Sí, su historial de abogado y funcionario contable muestra un activismo político y denodada propensión a criminalizar a comunidades y fundaciones pro LGBTT YQ + y pro abortistas, además de un historial de votación que busca evitar que se destinen fondos federales y “se promulguen leyes de ideología de género radical orientadas a sexualizar a las niñas y niños”, objetando incluso que ésta prácticas y agendas pro homosexualización empiezan a predominar en medios masivos, equipos de administración y profesorado de las universidades estadounidenses.
Mike Johnson ha sido un convencido de la tesis del fraude en la elección presidencial contra Trump y líder de equipo en acumular las supuestas evidencias que así lo sustentaban en el Colegio Electoral de Pennsylvania.
Johnson ha estado en la zona directiva de comisiones legislativas clave del partido republicano y de la Cámara de Representantes, desde donde es posible defender al Presidente Trump ante la avanzado expediente de penalización por su probable responsabilidad tanto en los hechos del ataque al Capitolio 6l 6 de julio de 2020 y a su vez, en la manipulación del conteo electoral que buscaba evitar la derrota y su reelección presidencial.
Y también desde su nueva posición, es posible que Jonhson busque incidir en el comité republicano legislativo creado recientemente ex profeso para abrir un juicio político contra el Presidente Biden.
Hacia la elección presidencial de 2024 en Estados Unidos, por ahora debemos asumir que la edad avanzada de Trump y Biden, a pesar de la polémica y el morbo que suscitan, no sea un factor que gravite en las decisiones de sus partidos.
A su vez, hay expectación sobre la comparecencia del próximo lunes que tendrá el expresidente Trump en su defensa sobre los juicios que libra contra la justicia estadounidense.
Mientras, en el Medio Oriente -en territorio palestino- se abre un nuevo frente de confrontación que se adiciona a los de Siria y al de Ucrania.
En el caso de los movimientos de la diplomacia estadounidense abiertamente pro israelí, implican que EUA cediendo la mediación internacional a otro liderazgo, que potencialmente pudiese ser China.
Va a ser particularmente interesante observar y comprender cómo se comporta el liderazgo presidencial de Turquía ante los conflictos regionales actuales.
No parpadear entonces demasiado, porque la polarización nacional y la política exterior pueden radicalizarse aún más con el liderazgo de Mike Jonhson, quien ha votado por enmiendas legislativas que eviten seguir destinando asistencia militar a Ucrania, en la guerra que libra con Rusia.
Esa huella devenida en liderazgo incondicional extremista republicano, tiene un gran valor estratégico mundial, porque nos muestra a Trump enviando señales de que su campaña por la reelección presidencial está alineándose con sus ex aliados internacionales y trae consigo nuevos regalos y frutos de desestabilización mundial: EUA y parte de sus aliados occidentales, podrían retirar su apoyo a Ucrania y respaldar los objetivos presidenciales de Vladimir Putin.
