“Si tienes algo que decirme, dímelo a la cara”.

Con esta frase Kamala Harris se dirigió a Trump para animarlo a respetar el acuerdo de tener un debate el 10 de septiembre en ABC News.

La frase es relevante porque muestra la confianza y seguridad de Harris y porque la pronunció en Georgia, uno de los estados clave para ganar la elección.

Con ese estilo de comunicación Harris buscó establecer una clara diferencia entre ella y Trump.

Pregona su experiencia como fiscal de distrito y fiscal general, cargos en los que logró encerrar a delincuentes que cometieron los mismos delitos de los que se acusa a Trump.

Al mismo tiempo, resaltó los delitos por los que Trump ha enfrentado procesos judiciales: la intención es clara, mostrar que el enfrentamiento con Trump no solo no le inquieta, sino que se siente segura porque cuando fue fiscal enfrentó y venció a muchos “tipos cómo él”.

Busca así convencer a los que tienen dudas sobre su capacidad para ganar la elección y dar la vuelta a las críticas sobre su bajo desempeño o incluso hay quienes lo catalogan de gris, en su papel de vicepresidenta.

En segundo lugar, busca definir lo que se juega en la elección, ya que para ella el enfrentamiento que define la elección es entre el futuro y la libertad, contra el pasado y la prohibición, en donde ubica a Trump y los republicanos.

Libertad y futuro es una combinación que tiene potencia, pero que necesita ser manejada con cuidado.

Harris resaltó que peleará por la “libertad no solo para arreglárselas en el día a día, sino para progresar”.

La frase es buena y tiene un formato que facilita que sea replicada en los medios, el problema es que no se capitaliza al máximo.

Para hacer que la frase sea más persuasiva se necesita combinarla con elementos más tangibles, es decir imágenes, ejemplos o historias de personas que hoy solo se las arreglan en el día a día pero que de llegar ella a la Presidencia, lograrán progresar.

Sin estas imágenes e historias los argumentos se quedan en la superficie y no logran activar emociones que impulsen el voto.

Como reflexionamos en una columna anterior tal vez el ejemplo más claro de este punto sea el discurso I have a Dream de Martin Luther King cuando dijo: “pequeños niños negros unirán sus manos con pequeños niños blancos como hermanos”.

Frases como está son procesadas con mayor rapidez por el cerebro y activan no solo los centros del lenguaje, sino también las regiones que procesan la información sensorial.

Esto hace que sean más fáciles de recordar al tener mayor capacidad para activar emociones e influir en el comportamiento.

La frase de Harris que sugiere valentía y entereza para enfrentar a Trump puede tener también una lectura psicoanalítica.

“Para Jacques Lacan la política procede por identificación, ella manipula los significantes-amo, busca de ese modo capturar a los sujetos, quienes, hay que decirlo, no demandan más que eso, en tanto seres inconscientes carentes de identidad, vacíos, evanescentes”, como expresó el psicoanalista francés Jacques Alain Miller (2003).

Otro punto importante es que Kamala Harris se benefició del efecto Fresh Start, la tendencia a involucrarse con más intensidad en el logro de una meta y experimentar mayor motivación cuando se percibe el inicio de un nuevo periodo.

El problema es que este efecto puede desvanecerse por lo que la dimensión real del ascenso de la campaña demócrata, incluso en las encuestas en las que ya se posiciona como posible ganadora con márgenes estrechos, lo que podrá visualizarse con más claridad sobre todo después de la Convención Nacional Demócrata.

Por ahora Harris cultiva una luna de miel política dentro de su partido que puede ser consolidada o evaporarse con su decisión, posiblemente hoy lunes, de quién será su compañero de fórmula a la Vicepresidencia.

Por ahora la controversia nacional está centrada en cómo ella responderá al repliegue táctico en el dominio de las fechas para el próximo debate presidencial entre ambos, ya que Trump -por el retiro del Presidente Biden de su candidatura, la aún no candidatura oficial de Harris y por una demanda legal contra la televisora ABC News donde Harris ha convocado el debate-, asume que él no debe respetar el pacto original con Biden de que el próximo debate sea el 10 de septiembre, proponiendo incluso que se adelante pero en la televisora Fox News.

“Dímelo a la cara” pone a Kamala Harris a la altura del desafío simbólico personalizado y confrontacional propio del estilo de Trump, pero su efecto puede no ser duradero.

Veamos los nuevos acontecimientos.

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