“El desarrollo económico tiene que ser un desarrollo incluyente, con bienestar, no solamente crecimiento económico, sino que tiene que haber un desarrollo económico compartido”, dijo la virtual presidenta electa, Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, en la reunión que tuvo con los representantes del sector empresarial mexicano, el pasado 20 de junio. Es interesante escucharle el concepto “desarrollo económico” el cual contrapone a la noción de “crecimiento económico”, y es notorio el acento en el adjetivo “compartido”. Con estas palabras, la que será la primera presidenta científica de México, pone en la mesa una postura clara: no se velará solamente por los beneficios de la clase empresarial, también se dará prioridad a los intereses de la clase trabajadora.
El primer piso de la cuarta transformación avanzó en la toma de decisiones que van en el rumbo de poner fin al neoliberalismo en nuestro país. Es claro que una política económica desarrollada durante seis sexenios, y que además es mundial, no se podría eliminar en una sola administración. Avanzó en resarcir deudas históricas con la clase trabajadora. Puso atención principalmente en tres problemas que han degradado las condiciones laborales: los salarios, la subcontratación y la libertad sindical. Fue fundamental ponerle fin a la tendencia a la baja del salario mínimo, que se justificaba argumentando, desde el pensamiento económico dominante, que su aumento provocaría desempleo o inflación.
El informe “El impacto del salario mínimo en la pobreza”, publicado por la Conasami, en octubre de 2023, señala que de las 5.1 millones de personas que salieron de la pobreza de 2018 a 2022, 4.1 millones se pueden atribuir exclusivamente a los incrementos del salario mínimo. También se muestra que los aumentos no disminuyeron el nivel de empleo, incluso, el Coneval y el INEGI reportaron un número mayor de personas ocupadas.
También disminuyó la pobreza laboral, es decir, el porcentaje de población que tiene un ingreso laboral inferior al valor monetario de la canasta alimentaria. El Coneval estima que dicho indicador, mostró una disminución anual de 1.9%, pasó de 37.7% a 35.8%, entre el 1er. trimestre de 2023 y el de 2024 a nivel nacional, este último dato es menor al previo a la pandemia que fue de 36.6%.
Entre los pendientes del mundo del trabajo, es prioridad reducir la informalidad, pues como reporta el Coneval, la reducción en la pobreza laboral fue mayor en los trabajadores formales, quienes reportaron un incremento en su ingreso laboral real mensual de 7.6%, mientras que los trabajadores informales su aumento fue de solo 5.4%, por ello la necesidad de que el segundo piso de la transformación se ocupe de la creación de fuentes de trabajo formales.
El Plan de Industrialización que anunció la Dra. Sheinbaum ante los empresarios, y en otros foros durante su campaña presidencial, tiene por objetivo generar cadenas productivas al interior del país, a partir del nearshoring. Es el inicio de un modelo de desarrollo nacional alternativo al neoliberal, pues fortalecerá la industria mexicana que fue desmantelada con dicho modelo económico. Plantea fortalecer 10 polos de desarrollo a partir de vocaciones y recursos territoriales, esto generará más empleos formales, todo ello va en la dirección de generar la “prosperidad compartida”.