Las acciones que el Gobierno de la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo está emprendiendo en materia hídrica resultan inéditas, ejemplo de ello es que a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), desarrollará 37 proyectos de infraestructura, con una inversión histórica de más de 186 mil 560 millones de pesos (mdp), de los cuales en 2025 se destinarán más de 30 mil 880 mdp, como parte del Plan México, con el que se acelerará la obra pública para este año y se incrementará la soberanía alimentaria. Obras que generarán más de 65 mil empleos directos, en las 32 entidades federativas del país.
Además, para el Programa Nacional de Tecnificación de Riego se tiene una inversión programada para el periodo 2025-2030 de más de 62 mil 860 mdp, destinados a tecnificar 17 distritos de riego, el Plan Tabasco y el Programa de Subsidios Agrícolas, que permitirá incrementar la producción con menor volumen de agua y favorecer el líquido vital destinado al consumo humano.
El Gobierno de México y la Conagua impulsan obras hidráulicas que permitirán mejorar los servicios de agua a nivel municipal, mediante inversiones conjuntas provenientes de la federación, los estados y los municipios, ya que para la presidenta el tema del agua es central, por lo que se implementa un Plan Nacional Hídrico que atienda las necesidades de 2 mil 500 municipios del país, desarrollando infraestructura hídrica a fin de atender las necesidades inmediatas y dar soluciones para los siguientes 30 años desde un enfoque sustentable y de derechos humanos.
En tal virtud, las reglas de operación del Fondo de Infraestructura Social (FAIS) fueron modificadas, en coordinación con la Secretaría del Bienestar, para facilitar inversiones conjuntas que solucionen los problemas más apremiantes del pueblo de México.
La sensibilidad del titular de la Conagua, Efraín Morales, ha sido fundamental para lograr inversiones significativas y soluciones conjuntas que garanticen proyectos viables que se ejecuten adecuadamente y con transparencia. De ahí que las obras de agua potable, saneamiento y redes de distribución contarán para este 2025 con aproximadamente 31 mil millones de pesos de la federación, los cuales se sumarán a la inversión estatal y municipal.
Por supuesto que los acuerdos alcanzados entre los gobiernos de México y los Estados Unidos para atender el tema de las asignaciones de agua del río Bravo en el actual ciclo de entregas de cinco años, que inició el 25 de octubre de 2020 y concluye el próximo 24 de octubre del presente año, son fundamentales y por el bien de ambas naciones.
Como sabemos, debido a la sequía, México ha disminuido la entrega del recurso hídrico al país vecino tal y como lo establece el tratado de aguas de 1944, lo que requirió de un trabajo técnico profundo por parte de ambos gobiernos para lograr un acuerdo satisfactorio, a partir del agua disponible y de entregas que no afecté a nuestro país.
Con una visión nacional y desde la lógica global, es que la presidenta de México ha instruido inversiones en infraestructura, riego y limpieza de ríos a fin de garantizar el abasto de agua para las y los mexicanos, así como para la cumplimentación de los acuerdos nacionales.
La gestión hídrica por primera vez en muchas décadas se asume como una verdadera política de Estado, cuyas decisiones descansan en fundamentos científicos y técnicos, en lugar de decisiones arbitrarias que respondan solo a la inmediatez. Hoy la política de agua se alinea a la política de desarrollo, al principio de bienestar social y de prosperidad compartida. Es una política de largo aliento que apunta a la soberanía hídrica y alimentaria para el crecimiento sostenible de México.
Activista social
@larapaola1