En contraste con lo que sucedió en las pasadas administraciones, los gobiernos de la Cuarta Transformación han puesto en el centro de la agenda gubernamental a las juventudes mexicanas, instrumentando políticas públicas de largo aliento.

El Programa Jóvenes Construyendo el Futuro fue elevado a rango constitucional y brinda durante un año capacitación a jóvenes de entre 18 y 29 años que no están estudiando o no cuentan con un trabajo, un apoyo económico mensual de 8 mil 480.17 pesos y seguro médico del IMSS, para posibilitar su inserción al mundo laboral. Un programa exitoso donde 7 de cada 10 jóvenes han conseguido un empleo u ocupación productiva.

Sin embargo, sabemos que hoy la gran apuesta es por la educación. Como lo señaló la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, al presentar junto con el secretario de Educación Pública, Mario Delgado Carrillo, el nuevo Sistema Nacional de Bachillerato de la Nueva Escuela Mexicana: “Queremos que los jóvenes se queden en la escuela, que les guste la escuela, en vez de estar a los 15 años en la calle”. De ahí que la estrategia de fortalecimiento de la educación media superior comenzará este ciclo escolar a través de dos ejes: la ampliación de la cobertura de la educación media superior; y la integración y actualización de los planes y programas de estudio.

El primero contempla la construcción de 20 nuevas preparatorias, la ampliación de 33 bachilleratos y la reconversión de 35 secundarias en bachilleratos, para beneficiar a 37 mil 500 estudiantes con nuevos lugares de la matrícula del nivel medio superior. Destaca también que, con una inversión de 4 mil 500 millones de pesos, el programa La Escuela es Nuestra incorporó 6 mil 50 preparatorias.

En el segundo eje, con los proyectos de Bachillerato General y Bachillerato Tecnológico se mejorará la oferta de la educación media superior, ofreciendo competencias laborales y carreras técnicas y tecnológicas para la vinculación con instituciones de educación superior, los sectores estratégicos alineados al Plan México y los Polos de Desarrollo. Lo cual, permitirá mejorar la competitividad de diversos sectores estratégicos y asegurar a las y los jóvenes empleo y salarios dignos.

Las nuevas generaciones deben encontrar en la escuela verdaderas oportunidades para desarrollarse y tener la certeza de que la educación es la llave que les abrirá las puertas hacia un futuro próspero y de bienestar.

Por ello, la vinculación con las universidades será por medio de un Marco Curricular Común, el cual integra formación socioemocional; habilidades para la vida; y disciplinas como lenguaje y comunicación, pensamiento matemático, ciencias naturales, experimentales y tecnología, cultura digital, conciencia histórica, ciencias sociales, pensamiento filosófico, humanidades e inglés.

El Bachillerato Nacional tendrá dos opciones formativas: Bachillerato general, competencias laborales básicas; y Bachillerato tecnológico, competencias laborales extendidas, con una oferta educativa de 164 carreras técnicas, 12 carreras tecnológicas y 55 programas de formación laboral básica. Los estudiantes recibirán dos certificados avalados por las Instituciones de Educación Superior: uno de Terminación de Estudios y otro de Formación Profesional. Promoverá una educación contextualizada, acorde con las características y necesidades regionales y comunitarias; y será un espacio de formación de ciudadanía, inclusión y paz social.

La diferencia es que en la presente administración las juventudes no están excluidas de la educación ni de los beneficios del desarrollo, porque tienen un espacio propio en la educación media superior y superior, y desde luego en México.

Activista social @larapaola1

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