El Plan México, presentado a mediados de enero en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, constituye la principal estrategia en materia económica de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, cuyas metas sexenales prevén, entre otros aspectos, colocar a nuestro país entre las 10 primeras economías del mundo; crear 1.5 millones de empleos en manufactura especializada; capacitar 150 mil profesionistas y técnicos por año, aumentar 15% el contenido nacional en los sectores estratégicos; y que el gobierno y el sector privado alcancen 30% de inversión respecto al PIB para el año 2030.

Además, contempla, que 50% de lo que consume el país sea "Hecho en México" en "sectores estratégicos"; aumentar la participación del país en las exportaciones mundiales; que el gobierno compre la mitad de sus adquisiciones en el mercado nacional; realizar en territorio nacional todo el proceso de fabricación de vacunas con biotecnología avanzada; pasar de 2.5 a 1 año el periodo de trámites de nuevos negocios, con 50% menos requisitos; que el gobierno y la banca privada apoyen a un tercio de los negocios medianos y pequeños; posicionar a México entre los cinco destinos más visitados del mundo; y sostener y ampliar los 9.5 millones de mexicanos que salieron de la pobreza en los últimos seis años.

No obstante que el entorno internacional es desafiante e incierto, el Plan inició con una bolsa de unos 30 mil millones de pesos en incentivos fiscales, para las empresas que inviertan en innovación. Y es que la presidenta de México tiene una confianza enorme en ella, en nuestro país y en el pueblo. Sabe de cierto que tenemos todo para seguir creciendo, para consolidar el desarrollo y bienestar tan anhelado. No se achica ante las adversidades, por el contrario, se hace aún más grande.

Resulta innegable que vamos a enfrentar una nueva era con una hoja de ruta prometedora. Al menos hace medio siglo que en nuestro país no se impulsaba una política de Estado de las dimensiones e integralidad del Plan México.

El Plan ha sido bien recibido por los sectores empresariales, obreros y sindicales, logrando consolidar la confianza del pueblo en un mejor futuro. Nuestro país hoy está bajo la mirada de inversionistas extranjeros por las buenas expectativas económicas de corto y mediano plazo, lo que ha derivado en un amplio reconocimiento internacional.

La estrategia económica de la presidenta de la República, aunque en ciernes, ya está dando resultados. Constituye una base sólida sobre la que se han logrado importantes acuerdos con el país vecino del norte, no solo para frenar la imposición de aranceles, sino para encontrar los puntos de convergencia necesarios para que las economías de ambos países resulten beneficiadas.

El Plan México, sin duda, es una estrategia audaz, visionaria y congruente con su impulsora. Una mujer valiente, de convicciones firmes, digna, equilibrada y profundamente comprometida con el pueblo de México, que ha dado cátedra de templanza y oficio político. Una mujer que confirma a quién pertenece este tiempo y qué se espera del mismo.

El humanismo mexicano, la política industrial de la actual administración, la continuidad de la política económica y social, así como las buenas maneras de la presidenta Claudia Sheinbaum, permearán en todos los continentes y darán paso a nuevas respuestas. El mundo inició el segundo cuarto del Siglo XXI cuestionando severamente una sociedad decadente producto del neoliberalismo a ultranza.

Activista social @larapaola1

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios