El 18 de enero de 2016 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto por el que se declara la última semana del mes de abril de cada año, como la Semana Nacional de la Seguridad Social, con el objetivo de que las instituciones públicas de todo el país, organismos internacionales, organizaciones sociales, especialistas y sociedad civil, participen en la difusión de los principios, derechos y servicios en la materia. Asimismo, es un espacio propicio para reflexionar y emprender acciones coordinadas.

Desde hace 9 años a la fecha, la realidad es que los avances han sido significativos, particularmente, durante los gobiernos de la transformación, debido a la exitosa política salarial y a las reformas laborales para hacer justicia a la clase trabajadora y garantizar sus derechos.

El inédito aumento al salario mínimo, que en poco más de 6 años aumentó 300%, acumulando una recuperación de 135% del poder adquisitivo, junto a los programas sociales ha sido la fórmula para sacar a 9.5 millones de mexicanos y mexicanas de la pobreza. La nueva disposición constitucional para que el salario mínimo nunca esté por debajo de la inflación y el compromiso de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, para poder adquirir 2.5 canastas básicas, significa en la vida de millones de familias mexicanas una posibilidad real de acceder a una mejor calidad de vida con bienestar.

La prohibición del outsourcing benefició al menos a 3 millones de personas trabajadoras que no tenían seguridad social, contrato, prestaciones ni seguridad en el empleo, dejando en claro que la violación de los derechos laborales no puede ser la regla general solapada por el Estado.

Las reformas realizadas para una justicia laboral expedita, democratización y libertad sindical, pusieron fin a los juicios interminables en donde casi siempre quienes perdían eran las y los trabajadores, y se dio una vuelta de timón para evitar el denominado charrismo sindical, que tenía cautiva a la clase trabajadora, dejando a un lado los objetivos y causas del sindicalismo mexicano, producto de las conquistas laborales y de la Revolución Mexicana.

El Fondo de Pensiones para el Bienestar a fin de garantizar que las personas trabajadoras reciban una pensión digna equivalente a 100 por ciento de su último salario, con un tope de 17 mil 364 pesos mensuales, permite una vejez digna con retribuciones más justas, revirtiendo así las reformas neoliberales de1997 para las y los trabajadores del IMSS y de 2007 en perjuicio de las personas afiliadas al ISSSTE.

Las personas trabajadoras de plataformas digitales ya no son invisibles ni para la Ley ni para las instituciones de seguridad social, la reforma nació con el consenso de las organizaciones de trabajadores de plataformas digitales y las empresas, con el objetivo de ofrecer condiciones dignas a las más de 658 mil personas registradas. Las normas vigentes son pioneras en el mundo, ya que garantizan los derechos laborales a las y los trabajadores sin afectar el modelo de negocio.

Un tema fundamental es, sin duda, la inclusión con perspectiva de género y el principio constitucional de igualdad salarial entre mujeres y hombres, lo que permitirá continuar reduciendo la brecha salarial de género, empoderar económicamente a las mujeres y posibilitar su adelanto democrático.

Los créditos de vivienda impagables del INFONAVIT se terminaron y sucederá lo mismo con los del FOVISSSTE, asegurando vivienda social para la clase trabajadora, así como servicios de salud oportunos y de calidad.

En el Segundo Piso de la Cuarta Transformación liderado por la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, cada día más mexicanas y mexicanos acceden a empleos formales y mejor remunerados, lo que permitirá alcanzar la tan anhelada justicia social, a pesar de los contextos internacionales.

Activista Social

@larapaola1

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