El anuncio el martes pasado por el presidente Andrés Manuel López Obrador de que Tesla invertiría en Monterrey, llevándose la primicia de la noticia y dejando los detalles para el Investor Day el día de ayer, generó sentimientos encontrados. Sin duda se trata de una buena noticia para Nuevo León y para el país en su conjunto, evitándose las consecuencias que hubiese generado la negativa al proyecto; pero por otro, dejó una señal preocupante de que regresamos a los viejos tiempos de que no se puede hacer nada sin la venia del señor Presidente.

Si bien el caso tiene ciertas similitudes con el de la cancelación de la planta de Constellation Brands, en Mexicali, Baja California, que ya llevaba más de 50% de avance, contemplaba una inversión de mil 400 millones de dólares (mdd) y fue impedido mediante una consulta popular alentada por activistas que reclamaban que la fábrica le quitaría el agua a la población, hay diferencias. El argumento era que los permisos se habían otorgado indebidamente por el gobierno anterior, sin que se demostrara que así fue. En este caso, la inversión no ha comenzado y si no se realizaba en Nuevo León, Elon Musk seguramente hubiese decido ya no hacerla en México, aunque no amenazó públicamente con ello.

El proyecto contemplaba a Santa Catarina porque así lo establecían los estudios de factibilidad. Infraestructura, menores costos de transporte, fuerza de trabajo calificada, logística, cadenas de suministro y proveedores, sin dejar de señalar las facilidades y subsidios que daría el gobierno de Nuevo León, así como la cercanía a Ramos Arizpe, Coahuila, donde está instalada una de las mayores plantas de General Motors, entre otros factores que motivaron la decisión.

El tema de la escasez de agua no era el fondo del asunto, que fue lo que argumentó el presidente la semana pasada. Telsa ya había hecho hincapié en que utilizaría agua tratada, de forma que más bien lo que molestó era que fuese el gobernador de Nuevo León, Samuel García, quien se llevase el mérito del proyecto, a pesar de que en la promoción y en la gestión también estuvo involucrado el canciller Marcelo Ebrard y altos funcionarios de Relaciones Exteriores.

El hecho de que el presidente declarara que la inversión de Tesla se realizaría en el sureste, donde hay una mayor dotación de agua, o en otro lado, hizo que se especulara sobre otras ubicaciones. Que si Tizayuca, que si el Estado de México en un sitio cercano al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), que en Yucatán, etc. El asunto terminaba siendo un poco grotesco, porque la decisión en realidad dependía del plan de negocios de Musk. Por momentos parecía que la campaña a la candidatura presidencial se mezclaba con la promoción de inversión extranjera.

Mientras que el presidente municipal de Santa Catarina declaraba que la inversión sería por 10 mil mdd, Martha Delgado, subsecretaría de Relaciones Exteriores, informaba que sería por 5 mil mdd, que la plana tendría capacidad para producir un millón de autos y que sería el modelo compacto Model 2.

Delgado agregó que la inversión incluiría una planta de vehículos eléctricos, otra para baterías eléctricas y una más para la producción de la industria aeronáutica. Comentó que Musk ofreció apoyo tecnológico para el aprovechamiento del litio. Esto implicará flexibilizar la nacionalización de este mineral estratégico, puesto que las baterías son un componente principal de los autos eléctricos. Al parecer, ya se tiene el visto bueno del Presidente: la planta que producirá baterías se ubicará en Sonora y la aeronáutica en Querétaro, donde se ha creado un cluster importante de la industria aeronáutica.

Pero el asunto de fondo es que las empresas deben tener la libertad de decidir donde ubicarán sus inversiones, basadas en estudios de factibilidad económica y no en motivos políticos del gobierno, sin estudios previos. Ejemplos varios hay en ésta y anteriores administraciones.

Sin embargo, el tema de energía eléctrica suficiente y a bajo costo podría ser un factor de mayor peso que la falta de agua, que de por sí es un tema importante, como lo muestra la sequía que se volvió a presentar este año en Monterrey y que obligará a hacer fuertes inversiones que no se hicieron, a pesar de que el actual gobierno del estado ya estaba advertido.

No hay que pasar por alto que de que se haga el anuncio a que la planta comience a producir pueden pasar al menos tres años, por lo que el millón de autos no se verá hasta dentro de seis o siete años, cuando estará cerca la prohibición de vender vehículos de combustión interna en Estados Unidos.

El punto es que, en la política energética, México va a contracorriente de las tendencias mundiales. En el corto plazo podría beneficiarse de repuntes importantes del precio del petróleo que propiciaron que los resultados de Pemex fueran favorables, apoyados por los apoyos que le otorgó el gobierno federal, a pesar de las pérdidas al gobierno federal por 397 mil millones de pesos reconocidas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público por subsidios a los combustibles.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) calcula que Pemex ha recibido 890.2 mil millones de pesos entre 2019 y 2022 por trasferencias del gobierno federal. Para este 2023, cabe considerar que la dirección de Pemex reconoció que no se presupuestó la amortización de 10 mil millones de deuda. El gobierno federal apoyará con una parte, la otra se refinanciará, pero, seguramente, con un mayor costo financiero para la empresa estatal y con cargo al erario.

Si bien con este asunto Marcelo Ebrard sumó puntos con el Presidente por su gestión y habilidad negociadora, que el propio canciller le acredita a su jefe, tuvo un costo colateral con los regios, que se sintieron agraviados por una decisión del centro que interfería con la soberanía de su estado. Ya el año pasado el secretario de Gobernación le había echado gasolina al fuego al expresar que los tabasqueños eran más listos que los del norte, en su pleito con el gobernador de Nuevo León. ¿Pero qué necesidad?

Finalmente, tuvimos un final feliz y todo quedó resumido en la declaración del gobernador Samuel García: “Muchas gracias señor Presidente”. No todos los empresarios tienen el derecho de picaporte para poder negociar con la máxima autoridad del país.

ADENDA

1) La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) declaró que su oposición al decreto de maíz transgénico “no tiene motivaciones políticas” en respuesta a la declaración de Raquel Buenrostro, secretaria de Economía. La posibilidad de que se haga una protesta formal en el marco del T-MEC es inminente.

2) Se sumaría al panel por temas energéticos.

3) Ante la fortaleza de la demanda de los consumidores, BofA Global Research prevé que la Reserva Federal (Fed) suba la tasa de interés hasta 6%.

4) La apreciación del peso no dañó el dinamismo de las exportaciones en enero, que se han beneficiado de los elevados aranceles que Estados Unidos le ha impuesto a China, y también del nearshoring.

5) Los mercados ya se convencieron de que la Fed no va a bajar las tasas para finales de año, pero muchos ya salieron perdiendo por la apuesta fallida, por lo que no extrañaría que venga una gran volatilidad.

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Catedrático de la EST-IPN 
Email: pabloail@yahoo.com.mx 

 

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