La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) dio a conocer el 31 de marzo los Pre-Criterios 2022. Comparado con el documento de hace un año, es bastante más corto (79 contra 48 páginas) y, como se dice en estos casos, la forma es fondo. El documento tiene dos lecturas, por lo que dice en sí mismo, y en el contexto de lo que ha venido señalando el titular, el Dr. Arturo Herrera, desde su participación en la Convención Bancaria hace cuatro semanas, de que pasadas las elecciones habrá que discutir una reforma fiscal.
El tono general del documento es más bien optimista. No se quiere hablar mucho de lo que pasó el año pasado y se destaca la revisión de las estimaciones de crecimiento en todo el mundo y, en particular, en Estados Unidos para 2021. Ello permitiría que las exportaciones crezcan más de lo esperado, por lo que el motor externo de la economía mexicana podría impulsar un fuerte dinamismo. En este sentido, se enfatiza el paquete de estímulos por 1.9 billones de dólares aprobado el pasado 10 de marzo, y ello sin considerar el de 2.3 billones que se está discutiendo actualmente en el Congreso estadounidense para apoyar el desarrollo de la infraestructura.
Como el producto interno bruto (PIB) cayó 0.1% en 2019 y 8.2% en 2020, la SHCP esperaría en buena medida, por un efecto de rebote estadístico, un crecimiento de 5.3% en 2021. Respaldaba su nueva estimación, comparándola con las previsiones del Banco de México, FMI y OCDE, de 4.3%, 4.8% y 4.5%, respectivamente, así como en la encuesta de CitiBanamex del 22 de marzo (4.5%). Incluso, el FMI la acaba de subir a 5.0%.
Cabe señalar que en enero pasado, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) cayó 5.4% con cifras originales a tasa anual. Adicionalmente, Inegi hizo una estimación oportuna de caída del IGAE de -4% en febrero. En este sentido, espero una baja de 4.0% del PIB para el primer trimestre en comparación con el mismo trimestre de 2020, cuyas cifras oportunas se divulgarán a finales de mes y de manera preliminar el 26 de mayo. Por ende, dichos organismos estarían esperando un fuerte crecimiento en los siguientes trimestres para compensar esa disminución.
La autoridad señala que “la responsabilidad fiscal y la estabilidad macroeconómica, permiten anticipar el cumplimiento de los objetivos de política económica para 2021”. También se apuesta a que la aplicación de las vacunas permitirá reactivar actividades no esenciales de contacto personal que siguen deprimidas, como servicios de alojamiento, preparación de alimentos y entretenimiento. Sin embargo, los resultados reportados por la SHCP no respaldaban este entusiasmo: “al 30 de marzo de 2021 se han recibido 13.5 millones de dosis, de las cuales se han aplicado 7.1 millones.” Es decir que, a menos de que se acelere la estrategia de vacunación en México en los siguientes meses, este panorama no cambiará significativamente.
La SHCP reconoce que hay riesgos a la baja, de los cuales destacó tres:
Un rebrote de la pandemia, mutación del virus o retrasos en el programa de vacunación. Sobre esto, las propias autoridades sanitarias han reconocido el riesgo de una tercera ola de contagios después de Semana Santa y que el programa de la segunda dosis de vacunas para personas de 60 años o más estará listo hasta finales de mayo, lo cual me consta, porque recibí la primera dosis el 30 de marzo y se me dijo que me aplicarían la segunda en un plazo de entre ocho y 12 semanas.
Otro riesgo son las afectaciones no previstas a la capacidad productiva y un retraso en la normalización de la inversión, la apertura de empresas o del mercado laboral. Al respecto, se sigue creyendo que el daño fue temporal, cuando las cifras reportadas por Inegi sobre la reducción neta de establecimientos porque quebraron, nos hace ver que, aunque quiera, mucha gente que salió del mercado de trabajo ya no regresará.
Esto significa que el número de personas desocupadas y subempleadas no refleja del todo la pérdida de empleos, considerando a quienes abandonaron permanentemente la población económicamente activa. Por ende, la tasa de participación sigue siendo bastante más baja: en febrero de 2021 fue de 56.7%, cuando un año atrás era de 60.1%.
El tercer punto es un sobrecalentamiento de la economía estadounidense que lleve a la Reserva Federal (Fed) a tomar una política monetaria más restrictiva antes de lo anticipado. Las cifras del mercado laboral divulgadas el viernes pasado han confirmado que la recuperación en “V” en Estados Unidos es una realidad, y que este riesgo es mayor a lo previsto, a menos que se presente un fuerte incremento de la productividad. Adicionalmente, los cuellos de botella en la cadena de suministro (desde semiconductores, hasta materias primas y combustibles) han generado un alza de los precios al productor en todo el mundo, no sólo por el accidente del buque en el Canal de Suez.
Si bien los Pre-Criterios 2022 no mencionan para nada la eventualidad de una reforma fiscal e incluso refuerzan el mensaje de que los esfuerzos de mayor tributación se seguirán haciendo sin modificar las tasas impositivas, se reconoce que se hizo uso de los activos financieros por 244.2 mil millones de pesos (mmdp), entre los que destacan los recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), por 204.0 mmdp. Es decir, el margen de maniobra se está agotando y, por ende, se tendrá que recurrir a la obtención de mayores ingresos si se quiere seguir respaldando los programas prioritarios expuestos en el Anexo VI. El tema no es menor, si se considera que, tan solo para el de “Pensión para el bienestar de las personas adultas mayores”, se calculan 240 mmdp en 2022.
La reforma fiscal también será importante para compensar la caída de la recaudación petrolera, de forma que las proyecciones macroeconómicas planteadas para 2022 cambiarían radicalmente, porque las de los Pre-Criterios se hicieron bajo un escenario inercial. En conclusión, para tener un panorama más claro, habrá que esperar los Criterios Generales de Política Económica 2022 que se darán a conocer hasta el 8 de septiembre.
ADENDA
Los empresarios y el gobierno acordaron tres meses para regular el outsourcing y, de esta forma, culminaron las negociaciones. Al parecer, se llegó a un arreglo que protege el empleo y los derechos de los trabajadores y, a su vez, se logra una asignación eficiente y flexible del trabajo, como esperaba el Banco de México. Se anunció que para el 1 de mayo las nuevas leyes entrarían en vigor, lo que implicaría que estos acuerdos sean respaldados por el Congreso de la Unión.
Catedrático de la EST-IPN
Email: pabloail@yahoo.com.mx