Con los datos proporcionados ayer por el Inegi sobre la medición de la pobreza, ya podemos tener una película más completa de la economía para hacer un balance general del desempeño económico entre 2018 y 2024 donde se presentan con claroscuros los resultados, quedando algunos pendientes importantes.

Comencemos primero con el desempeño del producto interno bruto (PIB). En el periodo señalado el crecimiento fue de solo 0.85% medido por la tasa media anual de crecimiento afectado por una contracción de 0.4% en 2019 y un desplome de -8.4% en 2020 cuando se desató la pandemia del Covid-19. En 2021 se registró un crecimiento de 6% al normalizarse el funcionamiento de algunos sectores, seguido de a una menor tasa los siguientes años, acelerándose la desaceleración por lo que el PIB solo creció 1.4% en 2024.

El bajo crecimiento se dio a pesar de una política fiscal francamente expansiva que dejó el déficit público en 5.7% del PIB y un endeudamiento de más de 7 billones de pesos en el sexenio pasado, lo que obligó a la actual administración a realizar una fuerte consolidación fiscal, especialmente en la inversión física y los gastos de infraestructura.

El PIB per cápita a precios constantes en esos seis años creció 0.04%. Esto es, el dinamismo económico apenas compensó el crecimiento poblacional. Sin embargo, la distribución funcional del ingreso mejoró de manera significativa, puesto que en 2018 la remuneración de los asalariados representó 24.7% del PIB y en 2024 participaba con 30%.

Con estos datos macroeconómicos se auguraba una disminución de la desigualdad. Los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024 así lo confirmaron. El coeficiente de Gini, que mide la desigual distribución del ingreso, mejoró en ese periodo. En 2018, sin transferencias fue de 0.475 y con éstas de 0.426; seis años después las cifras respectivas fueron de 0.450 y 0.391. Es decir, la disminución fue de 0.049 en 2018 y de 0.059 en 2024, lo que no resulta extraño considerando que el anterior gobierno aumentó los subsidios de forma muy marcada.

Sin embargo, ese resultado se debió en gran medida a que el ingreso por trabajo creció en esos seis años 12.8% reflejando que la política de incremento del salario mínimo impactó favorablemente a toda la estructura salarial. Como bien decía Salomón Chertorivski en estas páginas, eso no fue sólo mérito de la 4T, sino también del grupo de expertos convocado por el entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de México que impulsó la recuperación del salario mínimo en 2014.

El Inegi destacó que en 2024 los principales gastos en los hogares fueron alimentos, bebidas y tabaco (37.7%), así como transporte y comunicaciones (19.5%). Es importante recordar que al momento del levantamiento de la ENIGH se dio un fuerte incremento de los precios de productos agropecuarios, lo que afectó a hogares de bajos ingresos en los que estos conceptos son relevantes.

Por eso, mientras que el gasto corriente monetario creció 10.2% entre 2018 y 2024, el de alimentos, bebidas y tabaco subió 18%. Pero lo que más resaltaron los medios críticos al gobierno fue que el gasto en cuidados de salud en el periodo subió 41.3%, reflejando en deterioro del sistema de salud pública que obligó a los hogares a destinar más gasto en este rubro.

Esta situación ha continuado en 2025, reflejada no sólo por las protestas y reclamos de la población por la falta de medicamentos y el deterioro de la atención, sino por los datos duros. Durante el primer semestre de 2025, la clasificación funcional del gasto programable presupuestario de salud registró una caída real de 8% respecto al mismo periodo de 2024. El subejercicio fue de -36,995.9 millones de pesos.

Al anunciar la ENIGH 2024, el Inegi presenta la variación entre 2016 y 2024, porque son series de datos comparables por metodologías similares, pero también buscando despolitizar la comparación. También hizo hincapié en darle continuidad al trabajo de Coneval al dar las cifras de medición de pobreza resaltado que se aplicó la misma metodología, lo que se agradece en medio de un ambiente tan polarizado y cuando urge que las instituciones proporcionen datos confiables. No nos vaya a pasar lo que sucedió en Estados Unidos, cuando el presidente Donald Trump destituyó a la directora de la Oficina de Estadísticas Laborales porque no le gustaron los datos de empleo.

Hago hincapié que los comparativos de pobreza hay que hacerlos con porcentajes, porque en números absolutos no son válidos porque la población ha seguido creciendo. A los políticos y a los medios les encanta la comparación en cifras absolutas para resaltar el éxito o fracaso según sea el caso.

La población en situación de pobreza se redujo de 41.9% a 29.6% entre 2018 y 2024; en pobreza moderada de 34.9% a 24.2% y en pobreza extrema de 7% a 5.3% respectivamente. Rodrigo Negrete, quien trabajó muchos años en Inegi me hizo este comentario: “el efecto ingreso es espectacular en la pobreza moderada pero sustancialmente menor en la extrema. La razón para mí obedece a que el salario es una fuente de ingresos más importante en la moderada que en la extrema, además de la dispersión de esta última por ser predominantemente rural”. Coincido totalmente con él y por eso quise citarlo.

Como era de esperarse por las cifras de la ENIGH, la carencia por acceso a los servicios de salud fue el aspecto negativo de la medición de la pobreza más destacado. Aunque el porcentaje se redujo en 2024 respecto a 2022 (34.2% vs. 39.1%) sigue siendo mucho más elevado en comparación a 2018 cuando existía el Seguro Popular (16.2%). Pero que la carencia por acceso a seguridad social sea de 48.2% en 2024, frente a 53.5% en 2018, refleja que la economía informal predomina en México y que la 4T tampoco quiere resolver el asunto por el costo político que implica.

Hace muchos años en la época del desarrollo estabilizador se decía que lo importante era crecer, luego distribuir; ahora la 4T dice, no importa crecer, lo relevante es distribuir. Ambas posturas son equivocadas y propician gobiernos autoritarios. La serie de tendencia-ciclo del índice global de productividad laboral de la economía publicada por Inegi nos dice que el bajo crecimiento de la economía mexicana no es casual. Los logros alcanzados podrían revertirse si no se genera un crecimiento sostenible, sustentable e incluyente.

Adenda

1. Desde 1994 las reformas electorales necesitaban consensos por falta de una mayoría calificada. Ahora a la 4T no le interesa construir consensos porque ya la tienen. La legitimidad los tiene sin cuidado, porque creen que representan al pueblo.

2. Paradojas del momento. La 4T puede impulsar una reforma fiscal progresiva porque cuenta con amplia mayoría en el Congreso, pero no la considera necesaria. Pueden pero no quieren.

3. Donald Trump se enojó con Amazon y Walmart por no absorber el incremento de precios provocado por los aranceles. Claudia Sheinbaum, también cuando Uber ajustó sus tarifas por incorporar a sus repartidores en el IMSS. Los populistas se comportan de manera similar sin importar la ideología.

*Catedrático de la EST-IPN y de la Universidad de la Libertad

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