En memoria del gran economista Carlos Tello Macías.
Los más recientes indicadores económicos de México como inflación, balanza comercial y producto interno bruto (PIB) confirman que el marco macroeconómico que había anticipado la Secretaría de Hacienda en los Pre-Criterios Generales de Política Económica 2025, se ha descompuesto y que las tendencias son desfavorables, a pesar de que el PIB de Estados Unidos (EU) se aceleró en el segundo trimestre respecto al primero.
Si bien la inflación subyacente siguió disminuyendo a 4.02% en variación anual en la primera quincena de julio, la no subyacente se disparó a 10.64% empujada por frutos y verduras (25.69%) y energéticos (9.16%), pero también hay presiones importantes en algunos componentes de la subyacente, como es en los servicios. La escasez de vivienda ha generado un incremento importante de las rentas, que no se reflejan claramente en el índice de Vivienda, como lo ha señalado entre otros Jonathan Heath en un pasado.
El consumo de los hogares se ha debilitado, sobre todo en los de bajos ingresos que destinan una mayor parte de sus recursos a los alimentos, al alquiler de la vivienda, así como, por las elevadas tasas de interés que han aumentado el costo de sus deudas.
La inversión se ha debilitado porque muchos empresarios no sólo se ven afectados por los mayores costos financieros, sino también, por la incertidumbre que existe en los entornos externos e internos. Algunos inversionistas han pausado sus proyectos hasta que se definan más claramente los escenarios, sea por los aranceles que se podrían aplicar, porque las tasas de interés no han disminuido como se espera o porque el ambiente de negocios está deteriorado y se ha reducido la confianza en el país, al punto que en la última encuesta de expectativas, la inseguridad dejó de ser el principal factor que podría debilitar el crecimiento, para ser superada por la incertidumbre política interna, que se ha reflejado en la paridad cambiaria.
La balanza comercial de junio nos presenta una disminución de las exportaciones en general, y un alza de las importaciones, salvo las de bienes de consumo afectadas por una menor demanda y la depreciación del tipo de cambio. El motor externo de la economía sigue sin reactivarse, ante el debilitamiento de la producción industrial en EU, ya que la contribución más destacada del consumo vino por el lado del gasto en servicios, como se informó la semana pasada y no en balde la inflación es más elevada en este segmento.
En ese sentido, el bajo crecimiento del PIB de México de 0.2% en el segundo trimestre respecto al anterior (0.3% en el primero), se entiende por lo antes señalado, a pesar de que el indicador adelantado anticipaba una reactivación; pero el coincidente ha seguido cayendo; a la inversa de lo que sucede en EU, donde el adelantado ha seguido cayendo, pero el coincidente ha continuado su trayectoria ascendente, desafiando los presagios de recesión.
En este sentido, las señales que han enviado los indicadores compuestos han sido contradictorias, en EU anunciando una recesión que nunca llegó y en México una reactivación que terminó en un menor crecimiento, pero, que de continuar dicha tendencia podría acabar en una contracción económica, en un momento complicado por el cambio de gobierno.
En la presentación por parte de la Secretaría de Hacienda de los resultados económicos y de finanzas públicas de la actual administración, del día de ayer tal vez lo que más desconcertó fue mostrar al Pacic como un éxito, cuando observamos una inflación creciente, porque se mantuvo artificialmente baja con los subsidios a los energéticos en 2022 y los controles de precios. La deuda pública como porcentaje del PIB de acuerdo con estimaciones oficiales, terminará en 49.7% del PIB y no en 48.6% como dijo el comunicado y más elevado que el 44.8% del 2018. Ojalá los funcionarios revisen las cifras del informe de las finanzas públicas difundido el 30 de julio.
Adenda
1. La Reserva Federal mantuvo sin cambio la tasa de fondos federales, pero se abre la posibilidad para septiembre dependiendo de la inflación observada.
2. Aclaro que sólo pude aportar datos hasta 2023 de pasajeros y vuelos hace una semana para la Ciudad de México, porque a partir de enero de 2024, ya no se publica información de los aeropuertos administrados por Sedena y Semar, de acuerdo a la estadística derivada que reporta Sectur. La militarización se refleja también en la opacidad y falta de rendición de cuentas. Datos agregados para esconder el fracaso de la política aeronáutica de la actual administración.
3. El Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público fue de 46.8% del PIB en 2023, Hacienda estima que sea de 50.2% en 2024, a su vez el gasto neto total pasó de 25.6% a 26.9% del PIB por el enorme gasto social propiciado por las elecciones. La consolidación fiscal comenzará este año, una vez obtenido el resultado. “Toma chocolate, paga lo que debes”.
4. En Venezuela hubo un descarado fraude electoral. Es vergonzoso ver como México está cada vez más cerca de las posturas de Cuba, Nicaragua, Honduras y Bolivia, pero tampoco extraña nada.
5. La justificación que ha hecho el oficialismo de la sobrerrepresentación de escaños en la Cámara de Diputados, nos muestra la falta de congruencia de quienes ayer eran oposición. Como bien dice José Antonio Crespo, la “democracia popular” no es más que un disfraz de autoritarismo y muestra más bien una democracia controlada por el poder, como lo son las propuestas de reforma electoral y al poder judicial.
* Economista, catedrático de la Maestría en Administración e Innovación del Turismo de la EST-IPN
Email: pabloail@yahoo.com.mx