La aceleración de la inflación al consumidor en Estados Unidos (EU) en junio, que en tasa anual subió a 9.1%, muy por encima de la proyección esperada que era de 8.8% y superando la de mayo (8.6%), prendió las señales de alarma. Luego del anuncio se comenzó a especular que el alza de la tasa de fondos federales en la próxima reunión de la Reserva Federal (Fed) podría ser hasta de un punto porcentual.

Divulgado el dato, la reacción del mercado accionario fue de bajas pronunciadas, porque una política monetaria mucho más agresiva reducirá el crecimiento a futuro, encarecerá los créditos hipotecarios y podría provocar una recesión que, tal vez sería más fuerte de lo esperado, si la inflación se mantiene elevada a pesar de los esfuerzos de la Fed por anclar las exceptivas inflacionarias.

La popularidad del presidente Joe Biden está en buena medida muy baja por el fuerte repunte de la inflación. Su aprobación ronda el 38%, pero incluso la encuesta levantada por New York Times la sitúa en 33%. Se le percibe como un dirigente débil en el frente externo (Afganistán, Rusia, China, Medio Oriente, etc.); que no ha sabido frenar la migración, y que es culpable del mal manejo económico. Aunque muchas de las acusaciones son injustas y falsas, ya sea porque le tocó pagar los platos rotos, y fue la Fed quien tardó en reaccionar, la gente ya lo estigmatizó así.

Janet Yellen, secretaria del Tesoro, sabe que la inflación es un fenómeno mundial, pero también ocasionado por la política comercial de su país. Ha exhortado a reducir los elevados aranceles impuestos a China por la administración Trump, sin mucho éxito, porque la política proteccionista está muy arraigada, y en los círculos políticos se teme que se vea como una muestra de debilidad frente al gigante asiático.

Recientemente, Yellen propuso topar el precio del crudo asiático, por lo que próximamente armará la propuesta en su viaje a Japón y a Indonesia en el marco del Grupo de los 20. La idea es cómo evitar que el recorte de la producción rusa eleve su precio provocando presiones inflacionarias. Se sabe que ha seguido vendiendo con descuentos a China, India y otros países. El propósito de Yellen también va enfocado a limitar los ingresos de las ventas rusas de petróleo controlando las líneas de crédito.

En el mismo sentido, Biden viajó el mismo día que recibía el presidente de México para dirigirse a Israel y Arabía Saudita, en un esfuerzo diplomático para convencer a este último de incrementar su producción, y lograr acuerdos para distender el conflicto con Irán, para evitar que el factor geopolítico siga afectando el precio internacional del crudo.

La lógica que hay detrás es que, si se reduce la inflación importada, la Fed ya no tendría que actuar tan agresivamente, las alzas de las tasas de interés se moderarían y el riesgo de una recesión se reduciría. A pesar de la desaceleración de la economía mundial, lo precios de los energéticos se mantienen elevados por los efectos colaterales de la guerra en Ucrania.

Para que el plan de Yellen funcione, tendría que ocurrir una gran coalición internacional que la apoye, y que países que podrían comprarle petróleo a Rusia, no sabotearan la idea de imponer esos topes. Adicionalmente, si los temores de recesión desploman los precios del petróleo, el buscar imponerle un precio se vuelve estéril.

Por su parte, la Fed está inclinándose cada vez a actuar más agresivamente para evitar que se generen expectativas de mayor inflación entre los consumidores, por lo que ante un dato elevado no queda de otra que reaccionar con un alza mayor de las tasas de interés, máxime que los choques de oferta generados por la interrupción de las cadenas de suministro, la escasez de alimentos por la guerra y las sequías por el cambio climático, entre otros, no se van a resolver en el corto plazo.

Se destacó que el incremento de la inflación al consumidor en junio en EU tuvo una amplia base, siendo los más grandes contribuidores los índices de gasolina, vivienda y alimentos. Aunque la inflación excluyendo los componentes volátiles de energía y alimentos bajó de 6% en mayo a 5.9% en junio, la preocupación está más volcada hacia el índice general, porque está generando la percepción de que va a seguir subiendo, pudiendo generar una espiral inflacionaria con el aumento de salarios en respuesta al alza de precios.

Cuando la inflación es causada por una fuerte demanda, como lo es en EU, atacarla con alzas de interés no está mal. Sin embargo, si no es solo un problema de demanda y está claro que ha habido varios choques de oferta, por distintas razones, que se han prolongado más de lo previsto acrecentando las brechas, especialmente en alimentos y energéticos, pero que han generado presiones inflacionarias hacia el resto de mercancías y servicios, el endurecimiento de la política monetaria pudiera ocasionar distorsiones costosas y difíciles de remediar a la larga.

El temor es que una reacción muy agresiva de la Fed, en su afán de recuperar credibilidad, sí puede provocar una gran volatilidad en los mercados financieros, incluyendo los cambiarios, ocasionando inestabilidad económica y una recesión más profunda de lo que se esperaba. Por eso fondos de inversión como BlackRock han advertido sobre estos riesgos.

Los partidarios de una línea dura (halcones) dicen, es mejor que una recesión deliberada frene de tajo la inflación, a que ésta se dispare sin control, recordando lo que hizo Paul Volcker a principio de los 80 cuando la economía de EU tuvo dos recesiones muy seguidas. El problema de estas salidas drásticas es que en la disyuntiva entre escoger inflación o recesión podemos terminar con los dos problemas. En situaciones de crisis, populistas de derecha pueden retomar fuerza y eso lo saben bien Biden y Yellen, quien no olvidemos fue presidenta de la Fed.

ADENDA

1) El FMI dará pronto la actualización de sus proyecciones del PIB. Se espera un mensaje para no subir las tasas de interés agresivamente.

2) La Junta de Gobierno de Banxico se verá obligada a replicar la decisión de la Fed el 11 de agosto y podría ser de otros 75 pb.

3) El incremento de la productividad ayudaría a compensar la inflación, pero esto resulta imposible si no hay mayor inversión. Sin incrementos de la inversión las perspectivas de crecimiento son pobres, de ahí las rebajas de la calificación del soberano.

Catedrático de la EST-IPN
Email: pabloail@yahoo.com.mx


 

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