En contra de lo que dice un artículo recientemente publicado en The Wall Street Journal, las encuestas no se equivocaron en 2020, Joe Biden ganó ampliamente a Donald Trump las elecciones presidenciales por más de 7 millones de votos (81.3 vs 74.2), es decir 52.3% frente a 47.7%, pero lo que es más importante, en los votos electorales, la victoria también fue amplia 306 vs 232; no así en 2016 cuando Hillary Clinton ganó el voto popular directo, pero fue derrotada en el Colegio Electoral por 232 a 306 en contra de lo que se esperaba.

La reciente encuesta publicada por The Washington Post nos muestra una contienda muy cerrada, yendo arriba Donald Trump en tres estados clave, como son Arizona, Carolina del Norte y Nevada; pero debajo de Kamala Harris en Georgia, Michigan, Pensilvania y Wisconsin. En los siete estados había un margen muy estrecho, por lo que se dice que es un empate técnico.

Paradójicamente, aunque la economía de Estados Unidos (EU) ha funcionado mejor de lo que se esperaba con gran dinamismo en la actividad económica, inflación a la baja (2.5% al consumidor en septiembre), mercado laboral con buen desempeño, al punto que el Fondo Monetario Internacional destacó al presentar el martes sus perspectivas económicas que contrasta con otras economías avanzadas y que incluso ha revisado las proyecciones económicas al alza destacando su resiliencia, un sector de la opinión pública considera que hay un mal funcionamiento económico.

Trump con una propaganda muy eficaz ha pintado un panorama desastroso, acusando a las grandes empresas de provocar desempleo por trasladar sus inversiones a México, a los inmigrantes de los bajos salarios y amenazar con más virulencia con la imposición de aranceles a nuestro país en caso de ganar las elecciones. No ha sido casualidad el nerviosismo registrado por el tipo de cambio en las últimas semanas, aunque también hay factores internos que llevaron la paridad a 20.09 muy temprano ayer, aunque terminó cerrando en 19.8234.

Ha llamado la atención que las preferencias electorales tengan un sesgo por género, en buena medida por el tema del aborto o por la simpatía por una candidata mujer. En sentido contrario, el candidato republicano se ha manifestado más “provida”, aunque en un pasado era simpatizante de la libre elección de la mujer, como la destacó hace unos días Paul Krugman en su columna.

Sin embargo, lo que ha preocupado es lo que The Economist denominó como la trumpificación de la política americana, como lo señaló hace dos semanas, es decir, que los demócratas se han movido hacia propuestas más conservadoras como es en los temas de comercio exterior e inmigración, donde el republicano ha logrado colocar la agenda entre los electores.

En los temas de política exterior, fuerzas armadas o política social, Harris se percibe más confiable; sin embargo, el nativismo de los norteamericanos tiene un fuerte impacto, sobre todo por el impulso nacionalista. Trump ha apostado a presentarse como el protector de las mujeres, Harris busca al elector medio que quiere seguir confiando en la premisa de que nadie está por encima de la ley, las instituciones y que respetará la voluntad popular. En este terreno, Trump se ve vulnerable, porque, aunque sus seguidores crean la mentira de que le robaron las elecciones en 2020 que hubo fraude, la mayoría de la gente lo ubica como un mal perdedor y como un riesgo para la seguridad mundial. Su carácter inestable y sus arranques de ira, parecen demostrarlo. A eso se le suma, el cuestionamiento de la edad, que tanto afectó a Biden, por cierto.

El tema de que las apuestas están orientadas a favor de Trump, no resultó real al averiguarse que estaban sesgadas por simpatizantes. Viene la recta final del proceso electoral. Por lo pronto ha crecido el voto anticipado de una manera relevante, asegurando que se cuenten bien, pero como en 2020, los trumpistas buscaron descalificar esos sufragios.

Sin embargo, a diferencia de 2016 donde los demócratas fueron divididos o sin el apoyo del ala izquierda del partido, en 2024 parece que volverán a cerrar filas y con el apoyo discreto de republicanos que ven a Trump como una amenaza para la democracia. Es lo que está en juego.

Adenda

1. La reforma constitucional para evitar que sea impugnable, puesto que ya no procederían los amparos ni las acciones de inconstitucionalidad, coloca al poder Legislativo como el poder Supremo. Olvídese de los controles de convencionalidad del poder judicial o de la posibilidad de rechazar modificaciones que violan acuerdos y tratados internacionales, a pesar de que se retiró la modificación del artículo 1.

2. En Chiapas, el asesinato del padre Marcelo Pérez ha generado protestas internacionales. Dentro del oficialismo no han faltado quienes han querido desprestigiarlo.

3. Sacar las cosas de contexto no siempre funciona. Las asistentes al evento de Harvard se reían de los requisitos tan laxos para postularse como magistrado. Más allá de lo anecdótico la preocupación por el estado de derecho es creciente.

4. El anuncio de la inflación de la primera quincena de octubre, podría ser determinante en la relajación de la política monetaria.

5. Combinando los datos del IGAE hasta agosto y del indicador oportuno del día anterior, el PIB habría crecido 0.7% en el tercer trimestre respecto al segundo, o 1.1% en variación anual. La desaceleración ya es marcada, aunque con altibajos.

* Economista, catedrático de la Maestría en Administración e Innovación del Turismo de la EST-IPN

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