Por: Jaime Gómez Gutiérrez

Hace algunos años, cuando comenzamos a estudiar la recuperación del Cabo Pulmo, sabíamos que su transformación era notable, pero no imaginábamos la magnitud del hallazgo que recientemente confirmamos. Nuestro estudio reveló que este pequeño Parque Nacional alberga el 51% de las especies de peces óseos del Golfo de California, una cifra que no solo es impresionante, sino que también plantea preguntas fundamentales sobre el futuro de la conservación marina en México.

Cabo Pulmo es una prueba tangible de que la naturaleza puede recuperarse si se le protege adecuadamente. Desde su declaratoria como Parque Nacional en 1995, su ecosistema marino ha pasado de ser un ecosistema poco diverso con bajas densidades de peces a convertirse en un referente mundial de restauración ambiental.

La biomasa de peces aumentó un 463% de 1995 a 2015, y hasta ahora aproximadamente 424 especies han sido documentadas en sus aguas identificadas desde sus huevos, larvas, juveniles y adultos.

En Cabo Pulmo aumentó 463% la presencia de peces, de 1995 a 2015; en la imagen, huevos de peces. (Foto: Jaime Gómez)
En Cabo Pulmo aumentó 463% la presencia de peces, de 1995 a 2015; en la imagen, huevos de peces. (Foto: Jaime Gómez)

Este éxito de conservación no es casualidad. Se logró gracias a la conjunción de tres factores clave: la prohibición total de la pesca dentro del parque, la participación activa de la comunidad local y un monitoreo científico riguroso mediante diferentes metodologías para estimar la eficacia del parque.

Un aspecto importante que dejó ver el estudio es que la actividad reproductiva evidenciada por soves de huevos y presencia de larvas de al menos 165 especies de peces óseos (235 especies si se suman las especies registradas en 2014 en un estudio previo) y su abundancia decreció sustancialmente durante el evento de calentamiento anómalo de la superficie del mar El Niño 2015-2016. No obstante, sus abundancias se recuperaron rápidamente durante la fase de relajación de El Niño (jun 2016-nov 2017) indicando que a pesar de que Cabo Pulmo es hábitat tropical, eventos de calentamiento anómalos disminuyen la actividad de reproducción y que el sitio tiene alta resiliencia ante el cambio climático.

Ictioplanton en Cabo Pulmo. (Foto: Jaime Gómez)
Ictioplanton en Cabo Pulmo. (Foto: Jaime Gómez)

Una gran noticia para los pescadores de Cabo Pulmo, que antes veían cómo sus capturas disminuían año con año, y que a raíz de cambiar su relación con el mar han apostado por el ecoturismo. Hoy, ellos son los principales guardianes de este santuario marino.

Sin embargo, el éxito de Cabo Pulmo no significa que el resto del Golfo de California esté a salvo. La sobrepesca, el desarrollo turístico descontrolado y la falta de seguimiento en otras áreas protegidas siguen amenazando la biodiversidad de esta región. A pesar de que México ha destinado un 22% de su Zona Económica Exclusiva a la conservación marina, la mayoría de estas áreas carecen de una protección efectiva.

Si queremos garantizar la sostenibilidad del Golfo de California en el futuro inmediato, es fundamental replicar modelos como el de Cabo Pulmo en otras regiones. Necesitamos parques nacionales pequeños, bien gestionados y respaldados por las comunidades locales.

La conservación no puede ser una política impuesta desde un escritorio; debe ser una estrategia en la que quienes habitan estos territorios sean parte activa de la solución. Además, debemos reforzar la vigilancia en las reservas marinas existentes y asegurar que las políticas públicas garanticen su funcionamiento adecuado. No basta con establecer zonas protegidas en papel; se requieren recursos, supervisión y una visión a largo plazo.

La población de peces creció en Cabo Pulmo. (Foto: Jaime Gómez)
La población de peces creció en Cabo Pulmo. (Foto: Jaime Gómez)

Cabo Pulmo nos ha demostrado que la restauración es posible, pero también nos advierte que sin un esfuerzo continuo, los avances pueden revertirse. La biodiversidad del Golfo de California está en una encrucijada, y las decisiones que tomemos hoy definirán su futuro. Más parques como Cabo Pulmo no es un ideal lejano, es una necesidad urgente. La ciencia ya ha probado que el camino es viable. Ahora, la voluntad política y social deben asegurarse de que lo recorramos.

Investigador de Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas del IPN y colaborador de Celsius Talks.

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