Ayer, con fingida curiosidad, pues como muchos vaticinaba el contenido y el tono, me obligué a escuchar y a ver –en vivo y en directo– el discurso de toma de posesión de Donald Trump como cuadragésimo séptimo presidente de Estados Unidos.
Con mi café oaxaqueño en una mano y una libreta de notas en la otra, me senté frente al monitor, preparado para un ejercicio de control mental y haciendo uso de las mejores herramientas de meditación que de joven aprendí. Prometí no enojarme ni apagar la computadora ni levantarme maldiciendo de la silla. Lo logré, pero el costo fue alto.
No quiero que piensen, lectores, que estoy sesgado contra el presidente Trump. Por eso, me he dado a la tarea de traducir algunas de las frases de su discurso que, a mi juicio, definen al personaje y que –de una manera u otra– marcarán el destino inmediato de Estados Unidos, de México y el mundo. Para no errarle, también recurrí a la transcripción que hizo Newsweek de su discurso.
Ustedes juzguen.
“La edad de oro de Estados Unidos comienza ahora mismo. A partir de hoy, nuestro país florecerá y volverá a ser respetado en todo el mundo. Seremos la envidia de todas las naciones. Y no permitiremos que se sigan aprovechando de nosotros”.
“Durante todos y cada uno de los días de la administración Trump, pondré, sencillamente, a Estados Unidos en primer lugar. Nuestra soberanía será reclamada. Nuestra seguridad será restaurada”.
“Estados Unidos pronto será más grande, más fuerte y mucho más excepcional que nunca”.
“Una marea de cambio está arrollando el país. La luz del sol se derrama sobre el mundo entero, y Estados Unidos tiene la oportunidad de aprovechar esta oportunidad como nunca”.
“Pero primero, debemos ser honestos sobre los retos a los que nos enfrentamos. Aunque son abundantes, serán aniquilados por este gran impulso que el mundo está presenciando ahora en los Estados Unidos”.
“No protegemos a nuestros magníficos ciudadanos estadounidenses respetuosos de la ley, pero proporcionamos santuario y protección a peligrosos delincuentes, muchos de ellos procedentes de prisiones e instituciones psiquiátricas que han entrado ilegalmente en nuestro país desde todo el mundo”.
“En Los Ángeles, donde estamos viendo cómo siguen ardiendo trágicamente los incendios desde hace semanas sin ni siquiera una muestra de defensa. Están arrasando casas y comunidades, afectando incluso a algunas de las personas más ricas y poderosas de nuestro país, algunas de las cuales están sentadas aquí ahora mismo. Ya no tienen casa”.
“Hace sólo unos meses, en un hermoso campo de Pensilvania, la bala de un asesino me atravesó la oreja. Pero sentí entonces, y lo creo aún más ahora, que mi vida fue salvada por una razón. Dios me salvó para hacer a América grande de nuevo. Para los ciudadanos estadounidenses, el 20 de enero de 2025 es el Día de la Liberación”.
“A las comunidades negra e hispana, quiero agradecerles el tremendo rebosamiento de amor y confianza que me han demostrado con su voto. Hemos batido récords, y no lo olvidaré. He escuchado sus voces en la campaña, y espero trabajar con ustedes en los próximos años”.
“La unidad nacional está volviendo ahora a Estados Unidos y la confianza y el orgullo se están proyectando como nunca. En todo lo que hagamos, mi administración se inspirará en una firme búsqueda de la excelencia y en un éxito implacable. No olvidaremos nuestro país. No olvidaremos nuestra Constitución. Y no olvidaremos a nuestro Dios”.
“Hoy firmaré una serie de órdenes ejecutivas históricas. Con estas acciones, comenzaremos la completa restauración de América y la revolución del sentido común. Declararé una emergencia nacional en nuestra frontera sur. Se detendrá inmediatamente toda entrada ilegal. Y comenzaremos el proceso de devolver a millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de donde vinieron. Restauraremos mi política de permanecer en México.
“Y enviaré tropas a la frontera sur para repeler la desastrosa invasión de nuestro país. Como comandante en jefe, no tengo mayor responsabilidad que defender a nuestro país de amenazas e invasiones. Y eso es exactamente lo que voy a hacer. Lo haremos a un nivel que nadie ha visto antes”.
“La crisis inflacionista fue causada por el gasto excesivo y la escalada de los precios de la energía. Y por eso hoy también declararé una emergencia energética nacional. Perforaremos, nena, perforaremos”.
“Estados Unidos volverá a ser una nación manufacturera, y tenemos algo que ninguna otra nación manufacturera tendrá jamás: la mayor cantidad de petróleo y gas de cualquier país de la Tierra. Y vamos a utilizarlo. Bajaremos los precios, volveremos a llenar nuestras reservas estratégicas hasta arriba y exportaremos energía estadounidense a todo el mundo. Volveremos a ser una nación rica. Y es ese oro líquido bajo nuestros pies el que nos ayudará a conseguirlo”.
“Comenzaré inmediatamente la revisión de nuestro sistema comercial para proteger a los trabajadores y las familias estadounidenses. En lugar de gravar a nuestros ciudadanos para enriquecer a otros países, impondremos aranceles e impuestos a los países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos. Vamos a crear el Servicio de Impuestos Exteriores para recaudar todos los aranceles, derechos e ingresos. Serán cantidades masivas de dinero que entrarán en nuestro tesoro procedentes de fuentes extranjeras”.
“El Sueño Americano pronto estará de vuelta y prosperará como nunca”.
“También pondré fin a la política gubernamental de tratar de imponer socialmente la raza y el género en todos los aspectos de la vida pública y privada. Forjaremos una sociedad daltónica y basada en el mérito. A partir de hoy, la política oficial del gobierno de Estados Unidos será que sólo hay dos géneros, masculino y femenino”.
“El legado del que me sentiré más orgulloso será el de un pacificador y unificador. Eso es lo que quiero ser. Un pacificador y un unificador”.
“Estados Unidos reclamará el lugar que le corresponde como la nación más grande, más poderosa y respetada de la Tierra, inspirando el asombro y la admiración del mundo entero. Dentro de poco, cambiaremos el nombre del Golfo de México por el de Golfo de Estados Unidos”.
“La promesa que Panamá nos hizo ha sido incumplida. A los barcos estadounidenses se les está cobrando un precio excesivo y no se les está tratando de forma justa en ningún sentido, y eso incluye a la Marina de los Estados Unidos. Y, sobre todo, China está operando el Canal de Panamá, y nosotros no se lo dimos a China. Se lo dimos a Panamá y vamos a recuperarlo”.
“Estados Unidos volverá a considerarse una nación en crecimiento, que aumenta nuestra riqueza, expande nuestro territorio, construye nuestras ciudades, eleva nuestras expectativas y lleva nuestra bandera hacia nuevos y hermosos horizontes. Y perseguiremos nuestro destino manifiesto hacia las estrellas, lanzando astronautas estadounidenses para plantar las barras y estrellas en el planeta Marte”.
“Su ambición es la sangre vital de una gran nación y, ahora mismo, nuestra nación es más ambiciosa que ninguna otra. No hay nación como la nuestra. Nuestros antepasados estadounidenses convirtieron un pequeño grupo de colonias al borde de un vasto continente en una poderosa república de los ciudadanos más extraordinarios de la Tierra. Nadie se le acerca”.
“Seremos una nación como ninguna otra. Nuestro poder detendrá todas las guerras y traerá un nuevo espíritu de unidad a un mundo que ha estado enojado, violento y totalmente impredecible”.
“Estados Unidos volverá a ser respetado y admirado, incluso por la gente de religión, fe y buena voluntad. Seremos prósperos, estaremos orgullosos, seremos fuertes y ganaremos como nunca. No nos conquistarán, no nos intimidarán, no nos doblegarán y no fracasaremos”.
“A partir de hoy, Estados Unidos será una nación libre, soberana e independiente. Nos levantaremos con valentía. Viviremos con orgullo. Soñaremos con audacia y nada se interpondrá en nuestro camino. Porque somos estadounidenses. El futuro es nuestro y nuestra Edad de Oro acaba de empezar”.
Posdata. “El amor de los pueblos tiene su precio, Excelencia”. El General en su laberinto, Gabriel García Márquez.