Facebook y, por supuesto, Mark Zuckerberg observaron un rol protagónico durante la primera campaña presidencial de Donald Trump. Las “operaciones especiales” realizadas por Cambridge Analytica (CA) durante esa campaña solo fueron posibles mediante la efectiva colaboración y participación de Facebook.
Sin embargo, durante la primera administración de Trump, las relaciones entre el presidente de Estados Unidos y el CEO de Facebook paulatinamente se fueron deteriorando.
En junio de 2021, a través de un comunicado oficial, el consejo asesor de contenidos en Facebook informó la suspensión de las cuentas de Donald Trump en Instagram y en Facebook, a consecuencia de los incendiarios mensajes que Trump publicó en esas plataformas tras el penoso asalto al Capitolio, el 6 de enero de 2021.
La sanción tendría una duración de dos años, dando inicio el 7 de enero de 2021. En respuesta, Trump amenazó a Mark Zuckerberg con “mandarlo a la cárcel de por vida”.
Tras advertir el penoso desvanecimiento de las posibilidades reeleccionistas del presidente Joe Biden, Mark Zuckerberg seguramente reparó en la gravedad de la advertencia vertida por Donald Trump.
Zuckerberg comprendió que la supervivencia de su imperio digital inevitablemente dependería de la voluntad política y el perdón del próximo presidente de Estados Unidos: Donald Trump.
En los primeros días del mes de julio de 2024, Trump publicó en la red sociodigital Truth Social, de la cual es dueño, un mensaje a propósito de los “defraudadores electorales”, quienes, afirmó, enviaría a prisión.
En el referido mensaje, con particular ironía, señaló al CEO de Meta Platforms: “¡Zuckerbucks, ten cuidado”!, escribió Trump. Ello ratificó la gravedad del distanciamiento y el encono. A Zuckerberg le sobraban motivos para preocuparse.
Pocos días después, el 13 de julio de 2024, en un mitin celebrado en Butler, Pensilvania, Trump, entonces formal candidato del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos, sufrió un intento de asesinato. Una bala rozó su oreja derecha.
El saldo del atentado fue lamentable. Un asistente falleció y dos personas más resultaron heridas. El tirador fue abatido por la policía.
Tras los hechos, Zuckerberg aprovechó la oportunidad para expresar públicamente su admiración por Trump, destacando la reacción del candidato republicano, quien pese a la gravedad del atentado que sufrió, decidió reanudar de manera inmediata las actividades programadas en su campaña.
Zuckerberg comprendió la necesidad de agilizar la reconciliación con el candidato republicano al advertir la estrecha relación de Donald Trump con Elon Musk.
Las relaciones entre Musk y Zuckerberg no precisamente admiten ser consideradas cordiales. La introducción de Threads, el 5 de julio de 2023, generó profundo malestar en Musk, quien acusó a Zuckerberg de haber plagiado X.
El intercambio de mensajes ofensivos entre ambos magnates derivó en un penoso espectáculo. Los referidos pendencieros incluso consideraron la posibilidad de llegar a los golpes para resolver sus diferencias.
El miércoles 27 de noviembre de 2024, Zuckerberg asistió a una cena con Donald Trump, ya presidente electo, en el selecto club Mar-a-Lago, propiedad de Trump, ubicado en Palm Beach, Florida.
Las notas de prensa derivadas del referido encuentro, que contó con la presencia de Stephen Miller, actual subjefe de gabinete en la Casa Blanca, destacan que Zuckerberg aprovechó la oportunidad para presentar a Trump las más avanzadas gafas de realidad virtual.
Sin embargo, algunos medios sostienen que, en la referida cena, Zuckerberg se comprometió a no obstruir la agenda de Trump contra la diversidad.
Además, aprovecho la oportunidad para señalar a Sheryl Sandberg como responsable de la cultura progresista que se había adoptado en Facebook, la cual, Zuckerberg se comprometía a rectificar.
Sandberg laboró 14 años en Facebook, donde se desempeñó como directora de Operaciones hasta los primeros días de junio de 2022. Joe Kaplan, un conservador que fungió como asesor del presidente George W. Bush se ha convertido en el segundo al mando en Meta.
En el nuevo organigrama de Meta es posible advertir un pronunciado viraje hacia la derecha. Nick Clegg -quien fue primer ministro en el Reino Unido- y se desempeñó como director de Asuntos Globales de Meta, fue reemplazado en enero por Dana White, un amigo personal de Trump.
En la víspera de la ceremonia de la segunda investidura presidencial de Donald Trump, Mark Zuckerberg decidió anunciar importantes cambios en su imperio digital.
Zuckerberg determinó eliminar la política que venía observando en materia de verificación de datos. Si bien la referida medida responde a la necesidad de complacer a Trump, resulta contraria a las exigentes disposiciones establecidas en la materia por la Comunidad Europea.
Zuckerberg ha pretendido presentarse como un soldado del presidente, incluso superando en lealtad e incondicionalidad al propio Musk.
Para afirmar su participación y compromiso con el movimiento MAGA -"Make America Great Again"-, Zuckerberg decidió participar en el podcast del líder conservador Joe Rogan, donde pregonó la necesidad de sumar más “energía masculina en las empresas”.
Francis Haugen, quien en 2021 filtró a "The Wall Street Journal" comprometedora información interna de Facebook, detonando la peor crisis reputacional que han enfrentado Zuckerberg y su imperio digital, señala que los bandazos ideológicos de Zuckerberg son recurrentes.
"Lo hace con cada cambio de administración. Ha pasado de admitir que la desinformación es un gran problema y que la compañía tiene que ser una fuerza positiva para la sociedad a dar marcha atrás".
Zuckerberg aportó una generosa donación para la ceremonia de la segunda investidura presidencial de Donald Trump. Por tal motivo, el 20 de enero figuró en el selecto grupo VIP de la élite tecnopolítica, en primera fila, con Elon Musk, Jeff Bezos y Sundar Pichai.
El CEO de TikTok, Shou Zi Chew; Tim Cook, de Apple; y Sam Altman de OpenAI, quienes también asistieron al referido acto, fueron relegados a un segundo plano.
De acuerdo con "Forbes", Musk -CEO de SpaceX, Tesla, y X-, Zuckerberg, y Jeff Bezos, propietario de Amazon y Blue Origin, encabezan las listas de los supermillonarios.
En tiempos de campaña, Trump prometió liberar a las grandes firmas tecnológicas de las presiones jurídicas que permitió la administración del presidente Biden.
Meta enfrenta más de 40 demandas estatales debido a imputaciones relativas a los negativos efectos que producen las redes sociodigitales del imperio Zuckerberg en los menores de edad.
Sin embargo, el juicio que Meta enfrenta ante la Federal Trade Comission (FTC), el cual dio inicio el 25 de abril, representa la efectiva amenaza de desmembrar el imperio digital de Mark Zuckerberg.
El juez James Boasberg, presidente de la Corte de Distrito de Estados Unidos para el Distrito de Columbia, no solo tendrá que reparar si las adquisiciones de Instagram y WhatsApp efectivamente admiten ser consideradas anticompetitivas; además, tendrá que discernir si Zuckerberg ha manipulado el mercado a través de las firmas adquiridas.
La FTC también estará a prueba. Tendrá que demostrar cuan independiente es de la voluntad de Donald Trump, por quien apuesta Mark Zuckerberg.
El juego de Trump es perverso.