Los abusos que cometen las grandes compañías de tecnología —big tech— son recurrentes.

En Estados Unidos, tanto presidentes demócratas —como Biden— y republicanos —como Trump— han amagado aplicarles leyes antimonopolio para contener sus excesos.

A pesar de frecuentes advertencias y amagos, las grandes firmas tecnológicas no parecen dispuestas a rectificar.

La administración del presidente Biden ha decidido proceder con autoridad frente a TikTok, al exigir a ByteDance, su empresa matriz, concretar la venta de la referida red sociodigital en menos de un año, o será prohibida en Estados Unidos.

Además, ByteDance no podrá vender TikTok a ninguna empresa o empresario chino.

El gobierno de Biden considera la plataforma como uno de los arietes digitales del gobierno chino, el cual, a través de la mencionada plataforma, obtiene gran cantidad de información de los ciudadanos estadounidenses.

De acuerdo con lo asentado en el reporte Digital 2024, realizado por las firmas We are social y Meltwater, TikTok fue ubicada en la quinta posición en la relación de redes sociodigitales con el mayor número de usuarios. Se estima que TikTok tiene mil 562 millones de usuarios en el mundo.

En Estados Unidos, el total de usuarios en el servicio fue establecido en 170 millones.

El gobierno del presidente Biden da un trato muy distinto a las grandes firmas tecnológicas estadounidenses.

Por supuesto que algunas de las grandes firmas tecnológicas enfrentan delicados litigios. No obstante, el gobierno no procede con la firmeza que mostró con TikTok.

Tanto republicanos como demócratas simulan acotar los privilegios de los gigantes tecnológicos.

En realidad, parecen brindarles protección debido a que les consideran importantes aliados frente a la formidable expansión comercial e industrial de China.

Las gigantes tecnológicos entienden perfectamente el rol que juegan en el imaginario de la política estadounidense y, por supuesto, han abusado de ello.

En Europa, las llamadas big tech no precisamente reciben el trato preferencial que obtienen del gobierno estadounidense.

La Comunidad Europea (CE) ha desarrollado un robusto marco normativo para poner en orden a las grandes firmas tecnológicas.

La , por ejemplo, responde al propósito de garantizar mercados digitales justos y abiertos.

Algunas grandes plataformas en línea actúan como "guardianes" en los mercados digitales. La Ley de Mercados Digitales tiene por objeto garantizar que estas plataformas se comporten de manera equitativa en línea. Junto con la Ley de Servicios Digitales, la Ley de Mercados Digitales es uno de los ejes de la estrategia digital europea.

Además, la efectiva aplicación de multas por parte de la CE ha forzado rectificaciones en algunas de las grandes firmas tecnológicas, las cuales pretenden conservar los privilegios que obtienen desde sus respectivas posiciones como “guardianes de acceso”.

En marzo, por ejemplo, multó a Apple con mil 800 millones de euros por abusar de su posición de dominio en el mercado de la distribución de música para usuarios iOS a través de App Store.

Una nueva controversia se suscitó entre la CE y Apple por el tema de los iPhone y la política de Apple en materia de operaciones de pago.

El jueves 11 de julio, la Unión Europea aceptó el plan de Apple para abrir los iPhone a la competencia y permitir que puedan ser utilizados en operaciones de pago sin contacto.

Apple parece haber comprendido que no está tratando con el gobierno estadounidense.

Meta y, por supuesto, Mark Zuckerberg se resisten a acatar lo dispuesto por la CE.

En enero, la CE impuso a Meta una multa de 2 mil 800 millones de dólares por infringir leyes relacionadas con el tratamiento de datos de usuarios en Europa.

En los primeros días de julio, un informe preliminar de la CE señaló que el modelo publicitario “pago o consentimiento” de Meta viola la Ley de Mercados Digitales, al no brindar a los usuarios la opción de un servicio que utilice menos datos personales.

La CE también ha señalado que Google ha distorsionado ilegalmente el mercado publicitario, y contempla la posibilidad de forzarlo a vender parte de su negocio publicitario por “abuso de posición dominante”.

Una medida tan extrema, como la que decidido imponer el gobierno de Biden a TikTok

Las grandes firmas tecnológicas han demostrado que resultan incapaces de autorregularse. En Europa parecen comprender que la simulación fomenta la impunidad.

Certeza legal y determinación. Indispensables para imponer orden a quienes se olvidaron del “generoso idealismo” que fundamentaron en sus inicios empresariales.

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