"Infocracia: La digitalización y la crisis de la democracia" (2024), es el título del reciente libro de Byung-Chul Han, ensayista surcoreano, filósofo, teólogo católico, profesor de la Universidad de las Artes en Berlín, Alemania, considerado como un referente en los estudios culturales.

De acuerdo con Chul Han, nuestros tiempos corresponden al "régimen de la información", el cual observa una estrecha relación respecto del "capitalismo de la información", término que se desprende del concepto "capitalismo digital", el cual ha sido atribuido a Dan Schiller (1999).

El "régimen de la información": es la "forma de dominio en la que la información y su procesamiento mediante algoritmos e determinan de modo decisivo los procesos sociales, económicos y políticos". (Chul Han, 2024, p. 9). En el "régimen de la información", los ciudadanos no se sienten vigilados, sino libres.

Como no pocos académicos, el mencionado intelectual surcoreano ha denunciado la perversidad funcional de los datos en las formaciones capitalistas, omitiendo reconocer que gobiernos populistas y naciones que proclaman una supuesta vocación socialista incurren también en prácticas tan deleznables en la búsqueda de la "sumisión total" de los ciudadanos.

De acuerdo con Chul Han, medidas de localización espacial y el acceso del gobierno a los datos personales -presentes en la impulsada por el gobierno de Claudia Sheimbaum-, garantizan la "visibilidad de los sometidos".

Nuestras democracias -señala Chul Han- resienten los negativos efectos de la digitalización. La digitalización degenera a las democracias, hasta convertirlas en infocracias.

Un similar razonamiento expresaba Giovanni Sartori, en 1998, al considerar el impacto de la televisión en la calidad de vida democrática en las sociedades. En el libro "Homo videns. La sociedad teledirigida", Sartori destacó que la televisión degradaba a las democracias.

Si en la agonía de la década de 1990, la democracia devenía en “telecracia”, en nuestros días -afirma Chul Han-, se consuma una degradación todavía más profunda: las democracias devienen en infocracias.

La mediocracia implantó un ambiente extendido de simulaciones -como los 'reality shows', por ejemplo-. Sin embargo, los medios de comunicación convencionales distaban mucho de operar como una fábrica de 'fake news', como ocurre con la digitalización.

La información que reporta la Corporación Latinobarómetro, en su más reciente reporte anual -correspondiente a 2023-, efectivamente da cuenta de la profunda recesión democrática que es posible advertir en América Latina.

Sin embargo, los autores del Latinobarómetro no señalan a la digitalización como principal responsable de la profunda recesión democrática que vivimos.

La recesión democrática en nuestra región "se expresa en el bajo apoyo que tiene la democracia, el aumento de la indiferencia al tipo de régimen, la preferencia y actitudes a favor del autoritarismo, el desplome del desempeño de los gobiernos y de la imagen de los partidos políticos".

Los nuevos medios de comunicación, señala Chul Han, someten a la opinión pública a un profundo cambio estructural. En el ecosistema de la información emergente, la información tiene un intervalo de actualidad muy reducido.

La aceleración informativa impacta profundamente en las prácticas cognitivas -saber, experiencia, conocimiento-. En el imaginario de una sociedad "práctica", razonar consume tiempo. El "cortoplacismo" favorece la degradación de la democracia.

El "fin de la acción comunicativa" (Habermas) comprende la disolución de la inteligencia colectiva (Lévy). La posibilidad de acceder a una democracia en tiempo real parece haberse desvanecido.

De acuerdo con Chul Han, la digitalización impide la formación de opiniones. La racionalidad comunicativa desaparece. Chul Han sostiene que, en la , la formación de opiniones es fundamental. La datificación -denuncia-, impide la formación de opiniones.

Chul Han pregona una visión romántica de la política, abierta al diálogo, ajena a la triste realidad. La política es pervertida por intereses. El diálogo, si lo hay, suele ser protocolario. El diálogo no responde a la necesidad de buscar la verdad.

Chul Han lamenta que la información ¿en su totalidad? circule ahora desconectada de la realidad. En nuestros días hemos perdido el impulso a la verdad, la voluntad de verdad.

En la distopía de Orwell -"1984"-, el Ministerio de la Verdad se ocupa de las noticias, la educación y las artes. El adoctrinamiento dirigido -destaca Chul Han- no escapa detalle. En las redes sociodigitales impera una especie de 'newspeak'.

Chul Han termina su texto recuperando reflexiones de Foucault sobre la democracia. A partir del historiador griego Polibio, Foucault asevera que la verdadera democracia se guía a partir de dos principios: isegoría y parresía.

La isegoría -explica el filósofo surcoreano- corresponde al derecho que tiene todo ciudadano a expresarse libremente. La parresía obliga a las personas que actúan políticamente a decir lo que es verdad, a preocuparse por la comunidad utilizando "el discurso de verdad".

La libertad de decir la verdad es requisito fundamental en toda democracia. A los oportunistas solo les interesa el poder. Vulgarizan la parresía buscando halagar al pueblo, con quien pretenden confundirse.

Si Chul Han visita México, no sin cierta resignación contemplaría cómo la realidad se ha empeñado en confirmar sus sentencias sobre la degeneración de la democracia.

A pasos acelerados, México avanza hacia una infocracia, en el estricto sentido que denunció Chul Han.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios