“Instagram se centra en la comparación social y en lo físico”.
Frances Haugen, 2023
Esta semana ha sido particularmente difícil para Mark Zuckerberg como para Meta Platforms. Sin embargo, en esta ocasión los problemas no fueron generados por nuevas revelaciones de Frances Haugen -la célebre “garganta profunda en Facebook”-.
No obstante, el panorama es complicado en el imperio Zuckerberg.
Además de las estrictas exigencias que la Comisión Europea ha impuesto a Meta Platforms en el manejo de la información relativa a la guerra que Israel sostiene con Hamás, el martes 24 de octubre, en Estados Unidos los fiscales generales de 42 estados presentaron una demanda contra Meta en un juzgado en Oakland, California por considerar a Meta responsable de la grave crisis de salud mental que enfrentan los adolescentes estadounidenses, gracias a lo adictivo de sus plataformas.
“Meta ha aprovechado tecnologías poderosas y sin precedentes para atraer, involucrar y, en última instancia, enganchar a los jóvenes y adolescentes (…) Su motivo es el beneficio” -señalan en su demanda los fiscales generales-
En un interesante artículo publicado en Wired –The 5 Instagram Feautures That US States Say Ruin Teens Mental Health- (en castellano: “Las cinco funciones que según los estados de la Unión Americana arruinan la vida a los adolescentes”), la redacción de Wired refiere que, en 2019 el principal directivo en Instagram, Adam Mosseri, declaró en televisión que Instagram estaba “repensando toda la experiencia” para priorizar el “bienestar” de los usuarios por encima de todo.
Los fiscales generales que representan a 42 estados señalaron que los comentarios de Mosseri formaron parte de un patrón de engaños orquestado por Meta, el cual se prolongó a lo largo de una década, afirmando que Instagram y Facebook eran seguros, cuando en realidad estaban dañando a los jóvenes.
La prioridad de Meta -señalan los fiscales- radica en la participación del usuario y no les importa la seguridad.
Los fiscales generales acusan; "A pesar de una abrumadora investigación interna, análisis de expertos independientes y datos disponibles públicamente de que sus plataformas de redes sociales perjudican a los usuarios jóvenes, Meta aún se niega a abandonar el uso de funciones dañinas conocidas y, en cambio, ha redoblado sus esfuerzos para tergiversar, ocultar y restar importancia al impacto de esas características en la salud física y mental de los usuarios jóvenes”.
Los fiscales denuncian que los resultados de las investigaciones que tienen en su poder permiten establecer que las redes sociales de Meta producen "depresión, ansiedad, insomnio, interferencia con la educación y la vida diaria, y muchos otros resultados negativos" en la vida diaria de millones de niños y adolescentes.
En las primeras filtraciones de Frances Haugen a la prensa, en los inicios del tercer cuatrimestre de 2020, la “garganta profunda de Facebook” reveló que algunas investigaciones internas realizadas en Facebook concluyeron que Instagram provocaba una baja autoestima entre niñas y adolescentes. Incluso algunas se volvían propensas a la bulimina, la anorexia, la depresión y el suicidio.
Zuckerberg -denunció Haugen- oportunamente conoció los resultados que arrojaron esas investigaciones. Los investigadores pidieron a Zuckerberg modificar los algoritmos en Instagram, pero él se negó.
Zuckerberg entonces pretendía liberar una versión de Instagram concebida exclusivamente para niños y adolescentes. Sin embargo, la presión mediática le obligó a postergar tal iniciativa.
Los niños -señalan los fiscales generales- han sido durante mucho tiempo un grupo demográfico atractivo para las empresas, que esperan atraerlos como consumidores a edades en las que pueden ser más impresionables y solidificar la lealtad a la marca. Para Meta, los consumidores más jóvenes pueden ayudar a conseguir más anunciantes que esperan que los niños sigan comprando sus productos a medida que crecen.
En respuesta a los fiscales generales, la portavoz de Meta, Liza Crenshaw, destacó los cambios que ha introducido la compañía -más de 30 herramientas, como controles parentales y límites de uso-, fueron desarrolladas para ayudar a los usuarios jóvenes, quienes, reviró la vocera “también sufren una creciente presión académica, una creciente desigualdad de ingresos y servicios limitados de atención de salud mental”.
"Compartimos el compromiso de los fiscales generales de brindarles a los adolescentes experiencias seguras y positivas en línea (…) Estamos decepcionados de que, en lugar de trabajar productivamente con empresas de toda la industria para crear estándares claros y apropiados para la edad de las muchas aplicaciones que usan los adolescentes, los fiscales generales hayan elegido este camino".
Los fiscales señalan que los algoritmos de Instagram fueron diseñados para determinar qué contenidos ven los usuarios en sus feeds para mantenerlos enganchados.
Al presentar las publicaciones en orden de interés en lugar de cronológicamente, Meta puede aprovechar aquello que los psicólogos designan como "programas de recompensa variables", como las máquinas tragamonedas, las cuales van suministrando pequeñas recompensas a los jugadores mientras ellos pierden la perspectiva de todo lo que han venido perdiendo.
Tal trampa permite mantener a los jóvenes enganchados a la plataforma.
Además, los algoritmos de Instagram estimulan que niños y adolescentes se comparen con sus pares.
Para los fiscales, estimular tal proceder resulta tan negativo como el ciberacoso. El simple recuento de los “Me gusta” en publicaciones en Instagram favorece realizar comparaciones con los demás.
Varias organizaciones han pedido a Meta ocular la visibilidad de los “likes” en niños y adolescentes, a lo cual Meta se ha negado.
El fiscal general de California, Rob Bonta, afirmó tener conocimiento de que el tema incluso fue abordado al interior de Meta; sin embargo, Meta sigue empeñado en mantener los likes a pesar de las advertencias vertidas sobre los negativos efectos que genera en niños y adolescentes.
Otro aspecto que objetan los fiscales son los sistemas de alertas que emplea Instagram.
Durante todo el día los niños y adolescentes son “invitados” a revisar sus perfiles. Ellos resultan particularmente fáciles de convencer.
Los sistemas para pausar o desactivar las notificaciones fueron diseñados de tal manera que deliberadamente complican tal operación, forzando a que los usuarios mantengan activado todo el tiempo el sistema de alertas.
Los filtros que los usuarios emplean para retocar imágenes y videos efectivamente generan la ilusión óptica de mejorar su apariencia, suavizar las arrugas y las imperfecciones pero promueven estándares de belleza e imagen corporal que son poco realistas para millones de personas, generando, particularmente entre niños y adolescentes, gran cantidad de trastornos en su alimentación y salud.
Si los jóvenes intentan moderar el uso de Instagram, Meta consigue desalentarles. Por ejemplo, el contenido efímero -historias de Instagram-, las cuales solo es posible consultar 24 horas antes de desaparecer. Ello propicia que los usuarios se vean en la necesidad de reconectarse constantemente para ver las nuevas publicaciones antes de que desaparezcan.
La fiscal general de Massachusetts, Andrea Joy Campbell, señaló que si el propósito único son las ganancias no está mal hacerlo con una “conducta sin escrúpulo”. Meta -denunció la fiscal- “sabía exactamente cómo estas decisiones de diseño podrían llevar a los jóvenes hasta el punto de la adicción y, sin embargo, [Meta continuó] usándolas y, en muchos casos, rechazó el uso de alternativas viables que mitigarían el daño a nuestros jóvenes”.
Instagram fue creada por Kevin Systrom y Mike Krieger, Fue incorporada a la web el 6 de octubre de 2010. En abril de 2012 alcanzó 100 millones de usuarios. Ese año, Mark Zuckerberg compró Instagram por 1,000 millones de dólares. Tenía el temor de que Instagram pudiera convertirse en un firme competidor de Facebook.
En octubre de 2021, al anunciar el nuevo nombre de su corporativo -Meta-, Mark Zuckerberg decretó el fin de la era de las redes sociodigitales y anunció el inicio de la edad de su metaverso: Meta
Sin embargo, las redes socodigitales siguen siendo de capital importancia en el imperio Zuckerberg. Además, Meta no despega.
De acuerdo con lo asentado en el reporte Digital 2023 Global Overview Report, realizado por las firmas We Are Social y Meltwater, el total de usuarios de los nuevos medios sociales en el mundo fue estimado en 4,760,000,000 y la penetración de las redes sociodigitales en la población mundial fue establecido en 59.4%
Instagram es la tercera red sociodigital con el mayor número de usuarios en el mundo, con 1,000,000,000 de usuarios -en empate técnico con WhatsApp-.
WhatsApp también forma parte de Meta Platforms, al igual que Facebook -la red sociodigital con mayor número de usuarios en el mundo (2,958,000,000), así como Facebook Messenger (931,000,000).
Si los usuarios de las plataformas y redes sociodigitales de Mark Zuckerberg (Facebook, WhastApp, Instagram, Facebook Messenger) fuesen usuarios únicos, el total de súbditos del imperio Zuckerberg ascendería a 7,889,000,000 personas.
Si consideramos el total de la población mundial en 8,010,000,000 personas, los súbditos de Zuckerberg representarían el 98%. Afortunadamente, no es así.
Del total de usuarios de los nuevos medios sociales, 46.3% son mujeres y 53.7% son hombres. En el caso particular de los usuarios de Instagram, 48.2% son mujeres y 51.8 son hombres.
Los usuarios de internet en promedio dedican al día 2 horas con 31 minutos a las redes sociodigitales. En Estados Unidos, en promedio se destinan a las redes sociodigitales 2 horas con 16 minutos y, en México, dedicamos 3 horas con 21 minutos.
A Instagram, los usuarios de redes sociodigitales dedican un promedio de 12 horas mensuales. A TikTok, la red a la que se destina mayor tiempo, el total estimado de horas al mes asciende a 23 horas con 28 minutos.
A otras redes virtuales de Meta Platforms, los usuarios de internet invierten también gran cantidad de tiempo. A Facebook destinan un promedio mensual de 19 horas y 43 minutos, y a WhatsApp 17 horas con 20 minutos.
Al igual que Google, Meta y, en general, las llamadas Big Tech han incurrido en recurrentes abusos. No pocas de sus aportaciones admiten ser consideradas notables.
El ánimo de lucro fue transformando las buenas intenciones que, quizá en sus principios tuvieron alguna vez los creadores de estas plataformas. Hoy, deben admitirlo, resultan tan apartadas de sus ideales y valores. Hoy resultan irreconocibles.