Raúl Calvillo Villalobos
En Irapuato, Guanajuato, hace 4 años, comenzó un repunte de homicidios dolosos. De acuerdo con datos del recuento hemerográfico que realiza el Observatorio Ciudadano local, en 2017, pasamos de 64 víctimas en el primer trimestre (promedio mensual de 10.66 víctimas) a 98 víctimas en el segundo semestre (promedio mensual de 16.33 víctimas), registrando en un solo mes 31 víctimas por homicidio doloso, algo nunca visto en nuestro municipio.
En el primer semestre de 2017, la mayoría de los homicidios dolosos estaba relacionado con robos o riñas, mientras que la clasificación de crimen organizado apareció en agosto de ese año. Pasamos de homicidios por arma blanca a la presencia de armas de fuego de diversos calibres, ataques armados directos y contra grupos de personas en lugares públicos y a cualquier hora del día.
Al cierre de 2017 tuvimos un recuento de 162 víctimas en 133 eventos, destacando el hallazgo de personas ejecutadas en diversos puntos de la ciudad sin indicios de haber sido ultimados en el lugar donde se encontraban los cuerpos. Esto llevo a la autoridad a generar una hipótesis (que no fue comprobada): las víctimas fueron asesinadas en otro estado y abandonadas en Guanajuato, específicamente en las ciudades de Pénjamo, Irapuato y Salamanca.
Pasamos de un 2017 con ataques armados y hallazgos de personas ejecutadas, a un 2018 en el que recrudeció la violencia. Ya no sólo había balaceras y personas asesinadas en vía pública, si no que comenzaron a aparecer cartulinas alusivas a grupos delictivos que daban indicios de que se mantenía una guerra por el control del territorio en nuestra ciudad. Al cierre de 2018 se registró un total de 479 víctimas, 94% hombres y 6% mujeres.
Para el 2019, además de incrementar las víctimas por homicidio doloso, se comenzó a observar un fenómeno delictual que relaciona a los homicidios con las desapariciones forzadas o privaciones ilegales de la libertad. Ese año tuvimos un recuento de 517 víctimas por homicidio doloso en Irapuato. Cabe señalar que actualmente seguimos sin información oficial sobre el número de personas privadas ilegalmente de su libertad.
En 2020, los homicidios siguieron la tendencia al alza, solo que esta vez comenzaron los hallazgos de fosas clandestinas. Si bien en otros años se habían encontrado cuerpos semienterrados en Irapuato, aun no se reconocía el término fosa clandestina. Algunos de los cuerpos de las víctimas resultaban ser personas desaparecidas y/o privadas ilegalmente de su libertad en meses anteriores.
El segundo semestre de 2020 tuvo otra historia. El 1º de julio, tuvo lugar el ataque perpetrado en un centro de atención a personas con adicción a algún tipo de droga, conocidos como anexos, en el cual fueron ejecutadas 27 personas. La noticia dio la vuelta al mundo, posicionando a nuestro municipio en los encabezados internacionales por esa masacre.
A raíz de ese hecho lamentable, es posible identificar un descenso en los homicidios dolosos. Pasamos de promediar 51 víctimas mensuales en el primer semestre del 2020, a 21 víctimas mensuales en el segundo semestre de 2020. Es claro que la presencia de uno de los grupos delictivos que disputaban el territorio se ha mermado, tanto por las bajas en esta guerra como por las detenciones de los líderes del grupo local. Si bien los homicidios dolosos en Irapuato continuaron, ya no alcanzaron los niveles de 2018 y 2019. Es de notar que, mientras en Irapuato disminuyeron los homicidios dolosos, se observa un incremento de este delito en León y Celaya, en donde la problemática es similar, pero con circunstancias distintas.
Han transcurrido 3 meses del 2021 y en Irapuato tenemos un promedio 24 víctimas mensuales por homicidio doloso, que comparado con el primer trimestre del 2020 muestra una tendencia a la baja, similar a la tendencia del segundo semestre de 2020.
En este contexto nos hacemos muchos cuestionamientos referentes a las víctimas de homicidio doloso. Tales como ¿porqué no existe en el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública una estadística de víctimas por municipio? ¿por qué las Fiscalías y Procuradurías no transparentan ese nivel de datos? Aun cuando la estadística por carpetas de investigación es importante, es indispensable que se publique el número de víctimas desagregados por municipio. Otra pregunta es ¿cuántos niños, niñas y adolescentes huérfanos ha dejado esta guerra? ¿qué va a pasar con todos estos niños al cabo de 5-10 años? Hoy son víctimas indirectas de estos ataques armados.
Las autoridades de los tres niveles de gobierno, de acuerdo con sus facultades, deben hacer uso de los datos e información de inteligencia para confeccionar sus estrategias de seguridad y coordinarse. Las estadísticas desagregadas contribuyen no solo a caracterizar el delito, sino también a construir guiones criminales sobre el homicidio doloso, a partir de los cuales se desarrollen estrategias focalizadas para su reducción. Es importante analizar los fenómenos y mercados criminales para comprender de forma más integral los factores que impactan en su comportamiento.
Director de Irapuato ¿cómo vamos? Observatorio ciudadano
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