Durante los últimos días, hemos escuchado a ciertas autoridades mexicanas hablar sobre presuntos avances en seguridad derivados del “Entendimiento bicentenario sobre seguridad, salud pública y comunidades seguras entre México y Estados Unidos”. Por ejemplo, escuchamos que el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) expresó que si las 32 mil armas decomisadas estuvieran en México y si no se hubiera trabajado conjuntamente, los homicidios no se habrían reducido 9.2%.
A la par al ser interpelado en una conferencia de prensa, Marcelo Ebrard expresó que en nuestro país no había impunidad en torno a los homicidios de periodistas, que por primera vez se estaban investigando las desapariciones, entre otras tantas maravillas que invitan a cuestionarnos si estas expresiones se refieren a México o a ese país imaginario llamado Mágico de las novelas de Daniel Sada.
Nadie puede negar que dadas las características del problema de seguridad vinculado con la delincuencia, la cooordinación y colaboración internacional tiene resultados evidentes en algún momento determinado. No obstante, las afirmaciones proferidas por las autoridades federales tras el “Diálogo de alto nivel sobre seguridad México – Estados Unidos” revelan un pensamiento mágico ad hoc a una contienda electoral, en lugar de una evaluación objetiva del Entendimiento Bicentenario.
¿Por qué es posible realizar esta aseveración? Si se tomara en consideración la declaración sobre la disminución del homicidios doloso como ejemplo, más allá de diferir en torno a la interpretación del comportamiento de este delito a partir de datos oficiales; destaca que en este contexto el gobierno mexicano optó por eliminar cualquier otra variable que incide en el fenómeno delictivo y la violencia. El cuento de siempre: si la incidencia baja fue por algo que el gobierno hizo, pero si sube, la causa siempre se encuentra en el pasado y fue culpa de otros.
El gobierno federal también opta por hacer invisible que dadas las características del tráfico de armas de fuego hacia Centroamérica, algunas de estas no terminarían necesariamente en manos de grupos delictivos que operan en México. Al respecto, vale la pena recordar que acorde con el informe de de la Oficina Gubernamental de Rendición de Cuentas de Washington, al menos 40% de las armas recuperadas por autoridades centroamericanas son de origen estadounidense. Además, otras investigaciones han documentado como algunas de estas armas de fuego son traficadas a Centroamérica cruzando tanto la frontera norte como sur de nuestro país.
Respecto a este tema destaca la siguiente declaración del titular de la SRE al hablar de los principales condados estadounidenses de donde provienen más armas de fuego :“¿Qué es lo que México pide respetuosamente? El esfuerzo para que en estos condados, que son 10, se impida que estas armas estén cruzando hacia México”1. Nuevamente, esta podría considerarse como una expresión de pensamiento mágico, en el cual pareciera que para resolver nuestros problemas en la frontera todo depende del gobierno de Estados Unidos, que no es necesario hacer un revisión objetiva de los problemas en nuestras aduanas y que no tenemos por qué hacernos responsables de lo ilícito que se trafica a través de ellas.
En nada afecta que durante este sexenio, ya llevemos 3 titulares de aduanas que prometieron blindar el país en algún momento u otro y que dijeron estar listos para sepultar la corrupción en estas. Bien dice el presidente que las escaleras se barren de arriba para abajo. Solo que este es Mágico y se hace todo al revés.
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@Dorsvel