Por: Mario Maya
El argumento de la austeridad republicana, uno de los pilares fundamentales del gobierno actual, está resultando muy caro y peligroso. Los recortes del gasto público han tenido efectos negativos para la gobernabilidad a todos los niveles, principalmente en el ámbito local.
De acuerdo a un artículo publicado por la revista Voces México titulado Pilares de la Austeridad Republicana[1], el autor argumenta que esta bandera debe constituir su base en dos elementos principales: la responsabilidad y la ética pública.
La responsabilidad gubernamental es un principio que asumen los gobernantes al momento de tomar posesión de un cargo público y es una obligación legal que abarca la esfera social, política y administrativa para enfrentar y resolver los problemas que se presenten.
Por otro lado, la ética se trata de trabajar con vocación de servicio, de tener un compromiso social y de conocer las implicaciones de las decisiones que se puedan tomar.
En este sentido, ¿qué tan responsable y ética ha sido la austeridad republicana para efectos y resultados de la gobernabilidad?
Actualmente vemos un gobierno que, en su afán de no gastar o peor, de malgastar, ha “enfrentado” graves problemas en su administración: el aumento de la incidencia delictiva a niveles históricos por el recorte al presupuesto en el ramo de seguridad pública, el desabasto de medicamentos a partir de la centralización del gasto y del nuevo esquema para su compra, los problemas operativos en las oficinas de gobierno por la falta de espacios y equipo de trabajo o, mucho más grave, los derrumbes de obras públicas por falta de mantenimiento.
Un gobierno austero debe tener la capacidad de identificar, con precisión, el gasto público necesario para implementar sus políticas de tal forma que resulten eficientes. Ahorrar por ahorrar resulta peligroso y hasta puede costar vidas humanas. Por mencionar algunos ejemplos: 26 víctimas por el desplome de la línea 12 del metro, personas que viven con VIH y que sufren desabasto de medicamentos antirretrovirales o al menos 1,600 menores de edad que han perdido la vida por la falta de tratamientos oncológicos[2].
“Este año tiene que ser destinado a seguir fortaleciendo la política de austeridad republicana; no a la corrupción y no a los lujos del gobierno…que no le cueste tanto al pueblo mantener al gobierno porque si hay menos aparatos burocráticos, se liberan fondos para el desarrollo”, afirmó el presidente durante las primeras mañaneras de 2021 desde el lujoso palacio nacional y su residencia oficial.
Parece que se apuesta a que las instituciones trabajen con el mínimo de personal y de recursos para pagar profesionalización y equipamiento en un -ya considerado- contexto precario.
No me refiero a los altos funcionarios de gobierno que despachan desde lugares privilegiados en las grandes ciudades. Hago referencia a aquellas presidencias municipales alejadas de las zonas urbanas donde los problemas locales superan el presupuesto para atenderlos; a aquellas secretarías de seguridad ciudadana donde hay un arma para tres policías; a aquellas fiscalías especializadas que tienen coches para acudir al lugar de los hechos, pero sin gasolina.
No se trata de derrochar dinero, se trata de destinar el dinero necesario para atender los problemas. La inversión pública es fundamental para garantizar el desarrollo. No se puede escatimar en el bienestar de todas y todos.
“Primero los pobres” es una ideal que está lejos de cumplirse. Por el contrario, los sectores con más carencias están siendo víctimas de un gobierno austero y con una responsabilidad ausente.
Investigador del Observatorio Nacional Ciudadano
@MarioMayaol
[1] Castelazo, José. 2020. “Pilares de la Austeridad Republicana, 2ª parte”. Voces México. Recuperado de: https://elsemanario.com/opinion/pilares-de-la-austeridad-republicana-responsabilidad-y-etica/
[2] Zaira de la Rosa. 2021. “Han muerto 1600 niños de cáncer por falta de medicamentos”. W Radio. Recuperado de: https://wradio.com.mx/radio/2021/03/09/nacional/1615329423_833040.html
