María Amparo Hinterholzer Rodríguez
El modelo policial mexicano tiene un enfoque importante: son los primeros respondientes ante cualquier conflicto. Al estar en las calles resulta más fácil acudir a estas autoridades para solucionar su problema. No obstante, la ciudadanía ha manifestado en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2019 (ENVIPE) que su percepción de confianza hacia la policía municipal es de 52.8%, siendo esta, la segunda institución peor calificada en esta encuesta.
En teoría, la cercanía constante con la ciudadanía y conductas posibles a hechos delictivos deberían contribuir a la prevención o en su defecto, detección temprana de los delitos. Sin embargo, las ultimas reformas constitucionales han restado sus facultades para abordar delitos. Entonces ¿Qué papel juega la policía municipal en la tarea de brindar seguridad?
La experiencia demuestra que la policía no está del todo capacitada para esto. Al carecer de una planificación basada en diagnósticos, resultados y evidencias, los cuerpos policiales de las entidades federativas han seguido un enfoque reactivo que se basa en esperar que los delitos sucedan para detener en flagrancia.
Esto ha causado que sea más común que la ciudadanía denuncie por abuso de poder, corrupción o colusión al crimen organizado. Y como resultado de este enfoque reactivo es la poca legitimidad que refleja la ENVIPE. ¿Estas conductas son causadas por las condiciones precarias en las que trabajan? Si bien, existe una relación no es una condición suficiente para explicarlo.
Desde el 2017, el gobierno federal pretendía realizar cambios sustanciales en las policías municipales a través del Modelo Óptimo de la Función Policial, donde establecen metas, buenas prácticas y áreas de oportunidad de las instituciones policiales por entidad. De esta manera, las recomendaciones van dirigidas a aspectos específicos de las capacidades de prevención y combate a la delincuencia.
El diagnóstico emanado de este Modelo1 revela que el 6.4% de los policías evaluados no aprobaron los controles de confianza, lo que significa que deberán ser removidos de sus actividades. Como resultado, el país cuenta con 55.39% de policías preventivos para cumplir con el indicador de estado mínimo de fuerza.
Por otro lado, las capacitaciones que se les han brindado a raíz de la implementación del Modelo han sido, 1) función de primer respondiente y ciencia forense aplicada al lugar de hechos, 2) función policial y su eficacia en los primeros actos de investigación y, 3) investigación criminal conjunta (policía de investigación y policía preventivo). Hasta el último corte de datos, se obtiene que 48.1% se ha capacitado en el primer curso, el 45.1% en el segundo curso y el 16.8% en el tercer curso. 2
Otro de los avances importantes que se muestran en el Modelo, han sido las mejoras de las condiciones labores. Los policías preventivos de las 32 entidades federativas, cuentan con seguro de vida. Pero, solamente 24 estados han bridado un salario neto por arriba del promedio nacional y 23 estados brindan créditos para la vivienda.3
Si bien, la tarea de mejorar las policías municipales es titánica, no es imposible. Los gobiernos municipales deben continuar cumpliendo las recomendaciones del Modelo Óptimo de la Función Policial para mejorar las condiciones laborales de los policías.
Estas acciones deben ser acompañadas por capacitaciones constantes sobre el uso de la fuerza, derechos humanos, mediación, funcionamiento del sistema penal acusatorio, técnicas comunicativas, instrumentos normativos, presentación de pruebas e inculpados, entre otros.
Al dotarlos de estos conocimiento y habilidades lograrán que se involucraren y puedan resolver los problemas cotidianos de la ciudadanía y ganar su confianza. El hecho de implicar al policía a que busque solución pronta y eficaz a los problemas favorecerá en gran medida a la percepción ciudadana que se tiene hacia ellos.
Para el diseño de nuevas estrategias es necesario que la institución cuente con la información necesaria. El implementar o en su defecto, fortalecer la recolección de información de manera cotidiana para conocer a profundidad las condiciones del municipio. Al poseer esta información clave, el diseño de diagnósticos resultaría una tarea más sencilla.
La prevención debe ser pilar de las nuevas estrategias. El diseño de diagnóstico debe contener metas y objetivos que busquen más allá de solo detener a infractores. Es decir, buscar y entender las causas de los problemas para evitarlos. Si la institución policial comienza a realizar estos cambios, los procesos de toma de decisión, la creación de estrategias y su implementación podrán tener éxito.
Investigadora del Observatorio Nacional Ciudadano
@Amphinterholzer
Con información del SESNSP y del INEGI
https://www.gob.mx/sesnsp/articulos/modelo-optimo-de-la-funcion-policial-172616
https://www.inegi.org.mx/programas/enecap/2017/
https://www.gob.mx/sesnsp/articulos/modelo-optimo-de-la-funcion-policial-172616
1 Con datos del último corte del Modelo Óptimo de la Función Policial (30 de junio del 2018)
2 SEGOB (2018), Modelo Óptimo de la Función Policial: Diagnóstico Nacional sobre las policías preventivas de las entidades federativas, Ciudad de México, obtenido de https://www.gob.mx/sesnsp/articulos/modelo-optimo-de-la-funcion-policial-172616
3 Ibid