La violencia de género, específicamente la violencia en la pareja, orilla a una mujer a interpretar diferentes manifestaciones de violencia como actos de amor. El violentómetro que el Instituto Nacional de las Mujeres comparte en la página del gobierno de México considera 27 conductas de riesgo, desde las bromas hirientes hasta el asesinato, sin existir mención de ataques con sustancias como el ácido.
Lamentablemente en México son cada vez más recurrentes este tipo de agresiones contra las mujeres, lo cual además de poner en riesgo severo su vida, la transforma por completo. Las complicaciones en temas de salud son de tal magnitud que las víctimas que sobreviven requieren tratamientos y cirugías durante años; situación a la que habría que añadir las graves consecuencias psicológicas que van desde vivir atemorizadas hasta ideas suicidas.
En abril del año pasado trascendió en medios nacionales que las autoridades del municipio de Huixquilucan en el Estado de México borraron sin justificación alguna un mural realizado por los artistas Pedro Peña Reyes, Trom y Miguel Sant que plasmaba cuatro casos de mujeres víctimas de ataques con ácido. El mural, pintado en marzo de 2021, fue una forma de protestar y visibilizar los casos de Esmeralda Millán, Carmen Sánchez, Elena Ríos y Ana Saldaña.
Carmen fue atacada por su expareja en febrero de 2014, permaneció 8 meses hospitalizada y le han realizado 63 cirugías desde entonces. Carmen ha reconocido que, tras la elaboración del mural, la atención de la sociedad y de las autoridades hacia el fenómeno incrementó. Su lucha personal se convirtió en colectiva y ahora, a través de su fundación, no solo ayuda a otras víctimas de ataques con ácido, sino que se dedica a posicionar el tema entre los tomadores de decisiones para que los cambios jurídicos sean una realidad.
Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad revisó los 32 Códigos Penales Estatales y el Código Penal Federal, encontrando que únicamente 5 estados tipifican la tentativa de feminicidio, figura donde se adscribiría el ataque con ácido. Campeche, Durango, Nuevo León, Puebla y Yucatán son las entidades donde sí se reconoce esta figura cuya pena podría ser hasta de 40 años de prisión y los sentenciados no podrán gozar de libertad condicional, libertad anticipada o libertad preparatoria.
Esmeralda fue atacada por el padre de sus hijos un día por la mañana cuando salió con su madre de su hogar. El ácido le dañó la cara, deshaciendo nariz y boca, provocándole ceguera en el ojo derecho y quemaduras en cuello, brazos y manos. Durante dos meses le fue imposible ingerir alimentos dada la afectación en el esófago, permaneció 3 meses en el hospital y ha sido operada en 16 ocasiones.
Elena Ríos recientemente compartió en su cuenta de Twitter (@_ElenaRios) que el 23 de octubre de este año acudió a la inauguración del mural “Nucuāj” que significa “Fuerza” en triqui, donde se puede apreciar su rostro con cubrebocas alzando la mano izquierda en señal de resistencia. Usando los hashtags #ViolenciaFeminicida y #MiAgresorSigueLibre, Elena continúa resistiendo y exigiendo justicia por el ataque en septiembre de 2019 con ácido sulfúrico que le causó graves quemaduras en cara y cuerpo.
Resulta admirable la fortaleza, la valentía y el coraje de las mujeres víctimas de ataques con ácido para sobreponerse de tal experiencia y encontrar energía suficiente para luchar no solo por justicia personal sino también para exigir los cambios legislativos necesarios que impidan que la impunidad continue siendo la constante en estos cobardes ataques.
Investigadora del Observatorio Nacional Ciudadano
@dani_cristob
Referencias:
Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad. (Sin fecha). El apoyo para mujeres que no fue. https://contralacorrupcion.mx/violencia-contra-la-mujer/
Rojas, A. (6 de septiembre de 2021). La historia de Esmeralda Millán, víctima de los ataques con ácido en México: “Me decía que si yo no era suya, no iba a ser de nadie. Lo dejé y me atacó.” BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-58442459