En las últimas dos décadas, más de 50 mil millones ha entregado el Gobierno Federal para el desarrollo deportivo, a través de y no tenemos tan claro en qué se han gastado. Es impresionante que, con esos recursos, no hayamos podido implantar un sistema de desarrollo deportivo en el país que pudiera atender todos los problemas del deporte y la activación física.

Sería interesante echarse un clavado en los números, acciones y resultados, para ver qué ha pasado, por ejemplo, con los más de 21 mil millones que se otorgaron de presupuesto durante la administración de Enrique Peña Nieto. Sería interesante saber qué se hizo con los poco más de siete mil millones que entregó el Gobierno Federal a la Conade en 2013. ¿Qué se hizo, qué infraestructura levantaron, qué programas sobreviven?

Todo esto sale a colación por lo que ha dicho la Unidad de Inteligencia Financiera en el sentido de que va a revisar qué se ha hecho con el dinero otorgado al deporte mexicano. Sería interesante que la UIF se echara un clavado para saber de qué manera han utilizado estos recursos los diferentes organismos deportivos, llámense institutos del deporte, el Condde, las federaciones nacionales, el COM y hasta la propia Conade.

El recurso que se le ha dado a la Conade en los últimos 20 años ha sido suficiente para el desarrollo deportivo y no hemos sido capaces —me incluyo, por supuesto, tras mi gestión en la Comisión— de administrarlo de manera correcta. Es infame que hayamos llegado al punto de que ahora son los deportistas, junto con la iniciativa privada, los que traten de hacer una figura para tener recursos, manejados con transparencia.

Pero si nos ponemos a pensar, ¿qué instalaciones deportivas se han levantado en estos 20 años? Lo que más se recuerda es la obra para los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, que seguramente fue de un extra y no del presupuesto normal. Pero, aparte de eso, últimamente no se ven obras grandes. En el sexenio de Vicente Fox se hicieron el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR), en CDMX y en Tijuana. Con menos recurso, se hizo más. Por eso da gusto que la iniciativa privada esté apoyando y esperemos que de aquí al ciclo olímpico de 2024 haya más empresarios con el deseo de aportar al deporte mexicano, sin que esto signifique quitarle responsabilidad a las autoridades deportivas, que deben cumplir.

El que se esté hablando de la transparencia en el deporte es interesante, porque hará, o al menos eso se espera, que los dirigentes deportivos utilicen los recursos de manera adecuada. Qué bueno que haya ese tipo de supervisiones, porque ha sido bastante el dinero que se ha designado para desarrollar el deporte, pero no dejan de salir las quejas por la falta de recursos o el poco apoyo que reciben.

Es por eso que se necesita certeza para este ciclo olímpico, para los deportistas, entrenadores, para los empresarios que quieren apoyar, siempre y cuando sepan que su dinero será para lo que lo destinaron. Hoy, el deporte mexicano necesita limpiarse para no sufrir de lo mism o rumbo a París 2024.

deportes@eluniversal.com.mx

Google News

TEMAS RELACIONADOS