En México, diciembre es importante para todos, por varias razones. Primero, porque es un mes en el que todas las empresas hacen sus cierres de año, aunque también hay festejos en actividades sociales, culturales y deportivas. Sin olvidar el recuerdo de la aparición de un pilar del catolicismo: La Virgen de Guadalupe.
No comparto la mentalidad de los que, con el pretexto de la Virgen, hablan de hacer el maratón Guadalupe-Reyes: Aflojando en el trabajo el 12 de diciembre y terminando el 6 de enero.
El maratón al que quiero hacer referencia no tiene nada que ver con esa mala costumbre, sino con la buena costumbre de nadar.
Hablo de lo que se ha conocido como “Maratón Guadalupano”, aunque ya no lleva ese nombre por motivos que explicaré. Tendrá su edición 65 en Acapulco.
Se trata de un evento bien organizado, que reúne a muchos nadadores y nadadoras; peligroso, al tratarse de aguas abiertas, y que al mismo tiempo tiene un gran simbolismo para el mexicano, el católico, el guadalupano.
Y es aquí donde me quiero detener. Se me ha acusado de registrar el nombre de “Maratón Guadalupano” para lucrar con él, lo cual es mentira. Si hice este movimiento, fue para evitar que unos cuantos siguieran lucrando con el sentimiento del pueblo mexicano, sin darle nada de regreso a Acapulco.
Claro que eso me ha generado enemistades, pero siempre he pensado que sería muy bueno que cada año que se lleva a cabo este maratón, todos pudieran salir ganando: Los nadadores, con un buen evento; los organizadores, con ganancias, porque de eso se trata hacer una competencia de esta magnitud. Sin olvidar a Acapulco, su gente y su natación, con algo de recurso para rescatar esta actividad.
Hay que recordar que Acapulco fue la cuna de la natación en México, con grandes representantes, como Clemente Mejía, quien fue cuarto lugar en los Juegos Olímpicos Londres 1948.
Acapulco, además, requiere apoyos económicos para su restablecimiento, después de ser terriblemente golpeado por dos huracanes. Y es en donde me pregunto si estos personajes no podrían devolver algo de lo que les ha dado el puerto. Se recaudan cerca de cinco millones de pesos y, de eso, la natación del puerto no se beneficia.
En lo que se refiere a la competencia, que ahora tiene el nombre de “Maratón Internacional de Acapulco”, no hay queja en cuanto a la organización, pese a las complicaciones que pudiera tener y algunos accidentes mortales. Este año, se llevará a cabo el 7 y 8 de diciembre, con el tradicional recorrido de Caleta a Roqueta, en donde está la Virgen Reina de los Mares.
Sería muy buena actitud de quien organiza este Maratón, que algo de lo que se recaude se direccione para apoyar a mucha gente que ha sufrido la devastación.
Estoy seguro de que el evento será un éxito, pero me gustaría todavía más, que ayudara a los acapulqueños y a su natación, que hoy tanto lo necesitan.