Seguramente poca gente a la que le guste el deporte, e incluso de aquella que está pendiente de la historia de la humanidad, no sabe quién es Edson Arantes do Nascimento, Pelé, el mejor futbolista que ha visto este planeta, a pesar de la constante polémica que ha surgido en torno de esta afirmación y la figura de otro grande como Diego Armando Maradona. Pelé acaba de celebrar su cumpleaños 80. Una vida en la que ha tenido de todo, éxitos y fracasos que la han hecho todavía más interesante.
Este hombre debutó como profesional a los 15 años con el Santos de Brasil en 1956 y dos años más tarde ganó su primer Mundial en Suecia; cuatro años más tarde, en Chile 1962 consiguió el segundo; y finalmente se consagró con su tercer Copa del Mundo en México 1970. Y fue la justa en nuestro país la que se considera la mejor en su carrera, ya que llegó a ésta en plenitud.
En México, claro, miles disfrutaron de la presencia del astro brasileño y lo adoptaron como suyo, es un consentido de la afición tricolor, que desde ese 21 de junio de 1970, tras la victoria de 4-1 sobre Italia en el Estadio Azteca, se rindió a sus pies.
Tener la oportunidad de conocer a una leyenda como Pelé no es algo que mucha gente pueda platicar. Y no solamente me refiero a poder saludarlo o tomarse una fotografía, sino a tener la posibilidad de platicar con él, de conocer de su voz lo que ha vivido dentro y fuera de la cancha.
Eso nos sucedió a un grupo de personas en 2004, era finales de julio-principios de agosto, cuando recibí una llamada del periodista José Ramón Fernández para organizar una cena en honor de esta personalidad. La sorpresa es que José Ramón pidió que la reunión fuera en mi casa, lo que acepté de inmediato. En ese año me desempeñaba como director de la Conade y había sido invitado a la reinauguración del estadio Hidalgo del club Pachuca, ceremonia a la que también asistió Pelé.
Organizada la cena, fue una velada espectacular en la que estuvieron José Ramón, mis hijos Nelson y Fernando, además de otros periodistas. Fueron horas de una charla inolvidable con una leyenda viviente, que nos contó de todo el éxito que acumuló a lo largo de los años en el futbol.
Sin embargo, el tema que más recuerdo en esa plática no tiene qué ver con el futbol, aunque sí con el deporte. Pelé fue nombrado ministro del deporte en Brasil en 1995 y ocupó el cargo hasta 1998 y me contó que fue una de las pesadillas más grandes en su carrera, ya que nadie estaba contento con lo que hacía, y le criticaban diciendo que de lo único que sabía era de futbol y que no tenía autoridad para opinar de otros deportes.
Me quedé sorprendido cómo un hombre con tal éxito (que claro ha tenido errores también, como todos), había sufrido tanto profesionalmente en esa etapa de su vida y la manera de afrontar los retos. Hace unos días, Pelé cumplió 80 años y recuerdo con mucho orgullo el día que me contó esa anécdota abriéndose realmente, dejando el traje de la gran figura para demostrarnos, a todos los presentes en esa cena en mi casa, que siempre hay obstáculos por vencer, aunque seas el mejor del mundo.