Este domingo inicia en Acapulco, Guerrero, una reunión del Sistema Nacional del Deporte (SINADE), organización que, por ley, concentra a los actores más importantes para el desarrollo del deporte en nuestro país.
El SINADE debe realizar reuniones periódicas cada año para planificar y dar seguimiento a las acciones necesarias en el deporte mexicano, no solo en el ámbito de alto rendimiento, sino también en el deporte social. Además, abarca áreas como las olimpiadas nacionales, el deporte universitario y, en general, todo lo relacionado con la actividad física en México.
La existencia de este organismo es fundamental. Lamentablemente, durante todo el sexenio pasado se utilizó más como un espacio para convivir, sociabilizar y amarrar intereses ajenos al verdadero desarrollo deportivo de México.
Ahora que inicia esta nueva reunión, esperamos que las autoridades deportivas entiendan que estos encuentros son clave para definir el rumbo que debe seguirse.
Para trazar una guía clara en la política deportiva del país, es vital la participación de la CONADE como cabeza del Sistema Nacional del Deporte, así como la colaboración de todas las federaciones nacionales, asociaciones civiles —como el Comité Olímpico Mexicano—, el Consejo Nacional del Deporte Estudiantil y otras instituciones que promueven la actividad física a nivel nacional.
Se presenta una gran oportunidad para que, esta vez, se trabaje de manera seria y se defina con claridad qué se quiere para el deporte social, qué se busca en el deporte de alto rendimiento y cuáles son los objetivos en el deporte estudiantil. También es fundamental establecer criterios transparentes para la asignación de apoyos y becas a los deportistas.
Recuerdo bien que cuando el doctor Julio Frenk Mora era secretario de Salud; el licenciado Reyes Tamez Guerra, secretario de Educación; Rafael Macedo de la Concha, Procurador General de la República; Eduardo Medina Mora, secretario de Seguridad Pública; Felipe Muñoz, presidente del Comité Olímpico Mexicano; Alonso Pérez (q.e.p.d.), de la Confederación Deportiva Mexicana; y un servidor, como parte de la CONADE, se creó un trabajo sistemático que sesionaba al menos seis veces al año para atender todo lo relacionado con el control de dopaje. Desgraciadamente, esta iniciativa desapareció de un plumazo en la pasada administración.
La decisión de eliminar el laboratorio de control de dopaje, reconocido por la WADA, ha sido una de las más cuestionadas y extrañas, ya que el país contaba con todo lo necesario para su operación, luego de una importante inversión millonaria. Sin embargo, inexplicablemente, fue cerrado.
Ojalá que en esta nueva reunión del SINADE, en Acapulco, exista una verdadera organización y un seguimiento efectivo de las acciones en el deporte nacional. No se trata solo de asistir para platicar: se debe entender que estas reuniones son fundamentales para establecer estrategias, coordinar esfuerzos entre los distintos niveles de gobierno y organismos deportivos, asegurar el cumplimiento de los objetivos en materia de cultura física y deporte, y analizar la infraestructura que se necesita en todo el país a través de una planeación adecuada en los institutos estatales del deporte.
Profesor