En 2013, trabajado por la Comisión de la Cámara de Diputados y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), aceleradamente se hizo una nueva Ley General de Cultura Física y Deporte. Esta ley, básicamente, logró eliminar funciones del que hasta entonces fuera el órgano encargado de regular las elecciones de los consejos directivos en federaciones nacionales y asociaciones estatales.
Esa especie de árbitro, que fungía desde hace 70 años, era la Confederación Deportiva Mexicana. La idea fundamental de los funcionarios en turno fue la de eliminar lo que representaba la Codeme. Pero no solamente eso, se creía que se iba a sustituir con un órgano fiscalizador que vigilara el proceso selectivo de todas las elecciones en el deporte mexicano. De nombre Consejo de Vigilancia electoral Deportiva (Coved), éste jamás fue instituido a pesar de que la Ley se implementó en el 2013. Desde esa fecha, muchas de las federaciones y asociaciones hacen lo que se les pega la gana, manipulan las elecciones sin que nadie las vigile. Ese organismo que la ley prevé para poder legitimar las elecciones, básicamente no existe y ha sido así como se han sostenido varios directivos sin que alguien pueda decir algo, lo cual es increíble. Es increíble que hagan y deshagan como mejor les conviene.
En el caso de la natación, hay un individuo que tiene 10 años con una dirección oscura, y sólo buscando beneficios personales. Alguien que nunca ha dado la cara para defender las situaciones anómalas en el uso de los recursos y mucho menos para defender a sus atletas.
Lo que es gravísimo es que la máxima autoridad en el deporte no diga nada y siga sin el Coved. Lo peor, es que la Codeme sigue fungiendo como asociación civil explotando un inmueble valiosísimo en la Magdalena Mixhuca. Un espacio que en el año 2000 un servidor logró convencer a Marcelo Ebrard, entonces jefe de gobierno del DF, a que devolviera más de la mitad que era utilizado por la Policía Bancaria. Amablemente accedió, pero ahora es explotado por una bola de “presidentes” que lo manejan como una caja chica.
Volviendo al tema de origen, desgraciadamente no existe el equivalente del INE en el deporte nacional, y esto viene al caso y vuelve a preocupar, ya que este año las federaciones tendrán que renovar consejo directivo. Muchos de ellos ya con sus planes para seguir manejando a su beneficio, sin una legitimidad real y democrática, con las presiones para que los votos vayan a su presidente en turno y se eternice en el puesto como ha sucedido en la natación, boxeo, atletismo, esgrima, halterofilia, entre otras disciplinas. Claro, si nadie los vigila, ellos se las arreglan para no soltar el hueso, lo cual es un daño irreversible al deporte federado en México.
Profesor