El anuncio de que la Ciudad de México regresará a semáforo epidemiológico anaranjado y con ello se recuperarán varias de las actividades económicas que más han sufrido en esta pandemia, llena de esperanza a muchas personas en diferentes sectores, aunque por supuesto todavía falta y no se puede bajar la guardia.
Se han dado nuevas medidas para restaurantes, actividades teatrales al aire libre, templos e iglesias, gimnasios y albercas, además de plazas y centros comerciales… todos y cada uno de ellos bajo las medidas y protocolos para reducir al máximo el riesgo por el Covid-19.
En el caso de los gimnasios y las clases de natación (actividad en albercas), que es el sector que conozco y que he visto cómo ha sufrido millonarias pérdidas, hace tiempo que se está preparado para el regreso. Se ha trabajado fuerte para poder dar el servicio y ayudar a la gente a regresar.
Sabemos, entendemos y creemos firmemente en los beneficios que hacer ejercicio trae al ser humano, pero estamos conscientes de que deben hacerse sin escatimar en medidas. Al final de cuentas, es a los empresarios y dueños de estos lugares deportivos (y en general de todos los negocios que estarán retomando de alguna manera sus actividades), a quienes les conviene que la gente regrese.
Por eso es que todos debemos de poner de nuestra parte e invitar a los “clientes”. Hoy más que nunca, debe existir una sociedad entre el prestador de servicios y los usuarios, una complicidad máxima para evitar riesgos de contagio y con ello que se deba tomar la determinación de volver a cerrar. Ante esta necesidad, la invitación será la de llevar al pie de la letra cada una de las indicaciones, respetar las citas, los espacios y los protocolos. Esto aplica para los gimnasios, albercas, instructores, administrativos y público en general. Con uno solo de esta importantísima cadena que se salga del camino, las cosas se pueden ir para atrás y volver a cerrar.
Y lo mismo en los restaurantes, tiendas, centros comerciales. Hemos llegado al punto en que todos necesitamos de todos sin arriesgar la salud, pero reactivando la economía. Vamos para un año de pandemia y todos hemos sufrido, pero hoy se nos presenta una gran oportunidad para ser responsables y salir adelante.
Profesor