En un sondeo que este diario realizó en 1991 acerca de las imágenes que los capitalinos consideraban como “imborrables del cine”, un joven estudiante de 18 años mencionó “cuando el Terminator sale de entre las llamas, convertido en una imagen cibernético-fantasmagórica”.
Y es que a México y el mundo les sorprendió la novedosa historia sobre una máquina creada para matar y su versión del porvenir apocalíptico de la humanidad. La idea parecería excesiva y fácil de fracasar, pero Terminator de 1984 logró su consagración en el séptimo arte.
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La cinta de James Cameron, el ahora “Rey Midas” de Hollywood, llegó a las salas mexicanas el 5 de julio de 1985, casi un año después de su estreno en Estados Unidos. En su momento, la crítica habló bien y simple de la visión del cineasta canadiense, pero sólo necesitó un par de años para convertirse en un fenómeno cinematográfico.
Después de una película fallida, Cameron le atinó con Terminator
Cuando se piensa en la trayectoria de James Cameron, sólo se enlistan éxitos de taquilla y premios –Titanic y Avatar son los más relevantes–, pero se ignora que su primera película fue un fiasco.
En 1982, Cameron escribió y dirigió su ópera prima, Pirañas II: Los vampiros del mar, con pésimos resultados. Varios años después, el cineasta reconoció que la cinta “se aprecia mejor en un autocinema, con un ‘sixpack’ de cervezas”, de tan mala que es.
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Después de Pirañas II, las productoras perdieron la confianza en el director, pero Cameron quiso limpiar su imagen con un guion innovador y aventurado sobre un exterminador robótico, viajero en el tiempo y proveniente de un futuro apocalíptico controlado por las computadoras.
La historia impresionó a la productora Orion Pictures e hicieron una oferta para comprarla, pero James Cameron exigió dirigirla. Sin tener otra opción, los productores aceptaron el trato, pero sólo le dieron un presupuesto de 6 millones de dólares, para evitarse pérdidas irreparables.
Su papel como el exterminador T-800 fortaleció la fama de Arnold Schwarzenegger, sin importar que apenas tuvo 17 líneas en toda la película. El famoso diálogo “I’ll be back” era diferente en la primera versión del guion, pues decía “I’ll come back”, pero resultó más largo y complicado con el acento de Schwarzenegger. Fuente: YouTube.
Orion Pictures buscó para el protagónico al siete veces ganador del concurso de fisicoculturismo Mr. Olympia, Arnold Schwarzenegger, pero James Cameron se negó. “Sentía una verdadera repulsión por él”, según dijo el cineasta canadiense en una entrevista para EL UNIVERSAL en 1991.
La distribuidora arregló una comida entre Cameron y Schwarzenegger para que se conocieran. Tras ese primer encuentro, ambos hicieron una gran amistad y el actor austríaco obtuvo el papel del exterminador. Linda Hamilton, como la entonces ingenua Sarah Connor, y Michael Biehn, como el soldado Kyle Reese, completaron el reparto principal.
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Debido al bajo financiamiento de la cinta, los efectos especiales tuvieron fallas, pero no disminuyó el asombro de los espectadores al ver un esqueleto metálico arrastrándose detrás de Sarah Connor. Su taquilla a nivel mundial alcanzó 78 millones de dólares, unos 103 actuales según la inflación.
La crítica se mantuvo positiva, con algunos elogios por la acción y suspenso en las persecuciones, además de un gran recibimiento por el manejo de la ciencia ficción. El principal atractivo fue Schwarzenegger, quien se consagró como un actor rentable.
Escena final de la cinta de 1984. Apenas concluyó la filmación de la primera entrega, Arnold Schwarzenegger entrenó a Linda Hamilton para su transformación en Terminator II: El Juicio Final. Fuente: YouTube.
El androide asesino tuvo un desempeño regular en México
Las salas mexicanas tardaron varios meses en exhibir Terminator, justo cuando los videocasetes eran populares. Según un breve reporte en EL UNIVERSAL, algunos tramposos consiguieron la cinta antes de su estreno en cines y la piratería reprodujo varias copias para uso casero, sobre todo en la capital.
A pesar de eso, la cinta tuvo una asistencia decente durante sus primeras semanas de estreno. Entre los 18 recintos que la proyectaron estuvo el cine Hollywood, La Raza, Plaza del Ángel, Universidad y Churubusco, donde permaneció hasta septiembre de 1985, una semana antes del terremoto.
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Terminator se clasificó como “apta para todo público”. El periodista y colaborador de EL UNIVERSAL, Vernon Scott, la consideró “para niños” por atraer a “mentes infantiles”, lo cual es irónico, pues el proyecto de James Cameron tiene escenas de violencia y “vulnerabilidad física” o gore, no recomendables para audiencias jóvenes.
Las páginas de este diario resaltaron la actuación de Arnold Schwarzenegger, quien era famoso por su protagónico en Conan, el Bárbaro y Conan, el Destructor. También destacó el ambiente cyber-punk de la fotografía, algo que desapareció en la segunda entrega.
Los resultados de éxito se multiplicaron con el estreno de Terminator II: El Juicio Final, en 1991. La aparición de una Sarah Connor fuerte y agresiva, un exterminador de metal líquido y un presupuesto de 99 millones de dólares transformaron a su predecesora en una cinta de culto.
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Entre Terminator y Terminator II, se sostuvo toda la calidad y fama de la saga creada por James Cameron. La primera entrega se abrió camino con una historia sólida, para después consagrarse con el estreno de su segunda parte.
En la actualidad, la película de 1984 todavía se enlista como uno de los mejores trabajos de ciencia ficción, con un concepto revolucionario para su época y determinante para cintas futuras, imborrable dentro de la mente colectiva mundial.
Según el tráiler oficial, la creación del exterminador T-800 fue con un único propósito: viajar al pasado y prevenir el futuro, matando a la madre del comandante de la resistencia humana, antes de que nazca su hijo. “No tendrá piedad, remordimiento, dolor o miedo”. Fuente: YouTube.
- Fuentes:
- Hemeroteca EL UNIVERSAL
- IMDb – Internet Movie Database
- Box Office Mojo
- Rotten Tomatoes
- Looper
