La trilogía que enmarcó la magnífica colaboración entre Silvia Pinal y Luis Buñuel es, tal vez, la más olvidada de todas. Simón del Desierto tiene los típicos rasgos surrealistas del director español, así como los típicos problemas económicos que lo acompañaron durante su etapa en México.
Protagonizada por Silvia Pinal como el Diablo, en diferentes facetas, y con Claudio Brook como Simón, un hombre decidido a cumplir una penitencia sobre una columna, sin bajar nunca a tierra firme.
Gustavo Alatriste fue el productor de la cinta, cuanto todavía era esposo de la primera actriz sonorense.
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Según comentó el mismo Buñuel, la filmación sólo aguantó 18 días, pues les faltó dinero y ya no tenían posibilidad de producir más escenas, por eso tuvo que cortar la historia y dejar la cinta en escasos 45 minutos.
Su estreno se dio en el Festival de Cine de Venecia, donde ganó el Premio del Jurado y estuvo nominada a León de Oro.
Aunque queda debajo de Viridiana y El Ángel Exterminador, esta cinta merece su propio lugar como una de las mejores interpretaciones de Silvia Pinal, mostrando su malévola sonrisa y su diabólico encanto que nunca abandonará al cine mexicano.
“No te dejes arder en el fuego de una contemplación vana”
La historia se basó en la vida de Simeón el Estilita, un santo de Alepo, Siria, quien pasó una penitencia de 37 años viviendo sobre una pequeña columna. Buñuel ocupó a la bella y seductora Silvia Pinal como el diablo perfecto para tentar al hombre y hacer que bajara de su condena.
La primera escena donde Satanás aparece, lo hace como una sencilla mujer cargando un cántaro de agua, pero con uñas largas y afiliadas y una sonrisa seductora, rasgo inolvidable de Pinal. “No te dejes arder en el fuego de una contemplación vana”, comentó el personaje de Claudio Brook, ante los monjes que no resistieron el paso de la bella mujer.
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Su segunda aparición fue vestida de una infante futurista, cantando una sencilla canción en latín. Entre sus juegos infantiles e inocentes, el diablo se sube el vestido y muestra sus torneadas piernas con un sensual liguero, para después bajarse la parte superior de su prenda y exhibir sus seductores senos; Simón sobrelleva tal tentación, ignorando las agresiones de Satanás.
Para su tercera aparición, la primera actriz lució una barba, una túnica y un angelical cordero en sus brazos. Se disfrazó de Dios para tentar al decidido hombre, quien por un momento flaquea.
“Tú eres mi hijo predilecto, Simón […] me entristecen tus penitencias, el exceso de tus sacrificios”, dice el engañoso Dios mientras intenta hacer que Simón baje de la columna y comience a gozar del mundo terrenal.
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La cuarta y última aparición del diablo es la más rara de todas, pues aparece semidesnuda y dentro de un ataúd para transportar a Simón al Nueva York de los años 60, donde parece que ya lo derrotó y demostró que la humanidad eligió el deseo terrenal por sobre la salvación divina.
Fue su primer desnudo en pantalla
La historia de Simón del Desierto quedó incompleta debido a su apretado presupuesto y eso también afectó al salario de Silvia Pinal, quien aceptó hacer su papel sin cobrar un solo peso.
En entrevista exclusiva para EL UNIVERSAL del 5 de julio de 2009, la primera actriz aseguró que rechazó un millón de pesos por desnudarse para una película “y luego lo hice gratis con [Luis] Buñuel en Simón en el Desierto […] Yo supe fijar mi posición en ese sentido. No se crea, es difícil salir como Dios la trajo a una al mundo”.
En otra entrevista para otro medio, Pinal comentó lo divertido que fue interpretar al diablo, con diferentes momentos y actitudes, y hasta hablando en latín.
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“Salía de niña, enseñaba mi liguero, me subía el vestido, enseñaba los senos. ¡Qué horror! Me costó mucho trabajo enseñar los senos, era mi primer desnudo en la pantalla”, comentó la diva del cine de oro.
Según compartió, la idea original era que esta historia sobre Simeón el Estilita se dividiera en tres episodios, uno dirigido por Buñuel y otro en manos del aclamado director italiano, Federico Fellini.
Tal posibilidad se canceló por la petición del italiano de poner como protagonista a la actriz Giulietta Masina, algo que nunca pasaría. La siguiente opción era trabajar con el director estadounidense Jules Dassin, pero él pedía que fuera la griega Melina Mercouri la protagonista.
“Yo fui la que impidió que se hicieran los cuentos [la división en tres partes de la película] con esos directores, porque no querían hacerlos conmigo, sino con sus mujeres”, comentó Silvia Pinal, quien defendió su protagónico y terminó dejando el proyecto en las solitarias manos de Buñuel.
“Trabajar con Buñuel fue la parte más importante de mi carrera, me regaló estar en los museos, en las cinetecas, en la historia del mundo”, palabras de Silvia Pinal, última diva del cine mexicano y luminaria eterna en la cinematografía mundial.
“Simón del Desierto”, película de 1965, bajo la dirección de Luis Buñuel. Fuente: YouTube
- Fuentes:
- Hemeroteca EL UNIVERSAL
- IMDb - Internet Movie Database