A lo largo de la historia humana, siempre ha habido personajes que realizan fraudes a escala mayor o menor. Desde la venta de boletos falsos hasta crearse toda una identidad, son delitos que no son novedad, pero que tampoco dejan de asombrar.

Un caso que quizá afectó a más gente que ningún otro fue el de Gregor MacGregor, quien llevó las estafas a un nuevo nivel cuando convenció a miles de europeos de haber fundado todo un país en Centroamérica.

En esta ocasión,hace un breve recuento de los engaños que orquestó Gregor MacGregor para presentarse en Europa como el autoproclamado “príncipe de Poyais”.

MacGregor se rodeó de lujos y privilegios cada que tuvo la oportunidad, sin importar si necesitaba presumir méritos o contactos que no tenía, pero que de todos modos le abrían puertas. Wikimedia Commons.
MacGregor se rodeó de lujos y privilegios cada que tuvo la oportunidad, sin importar si necesitaba presumir méritos o contactos que no tenía, pero que de todos modos le abrían puertas. Wikimedia Commons.

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Se casó con la prima de Simón Bolívar

MacGregor nació en 1786 en Escocia y desde su juventud se enlistó en el ejército del Reino Unido y trabajó como oficial de 1803 a 1810, lo que lo llevó a servir durante la Guerra de Independencia Española, entre su patria y Portugal contra España y Francia.

En esa época estuvo casado con Maria Bowater, lo que le dio un estatus social privilegiado porque su familia política tenía una considerable fortuna económica.

El periodista David Sinclair, autor de la biografía “La tierra que nunca fue”, señala en su libro que a lo largo de la primera década del siglo XIX, MacGregor se hizo conocido por el afecto que le guardaba a la vida de lujos y pompa, que lo llevó a fingir posiciones aristocráticas y parentescos, sin que le pusieran un alto.

Todo el modus operandi de MacGregor se reflejaba en las medallas con su nombre por la toma de la isla de Amalia (Florida) en 1817. El evento pasó, como se suele decir, "sin pena ni gloria", pero él se aseguró de recibir una medalla con las palabras "Vine, vi y vencí" del emperador Julio César. Wikimedia Commons.
Todo el modus operandi de MacGregor se reflejaba en las medallas con su nombre por la toma de la isla de Amalia (Florida) en 1817. El evento pasó, como se suele decir, "sin pena ni gloria", pero él se aseguró de recibir una medalla con las palabras "Vine, vi y vencí" del emperador Julio César. Wikimedia Commons.

Su situación cambió con la muerte de su esposa en 1811, porque los Bowater cortaron su fuente principal de ingresos. Sin embargo, se cree que un año antes pudo haber conocido a Simón Bolívar o al general venezolano Francisco de Miranda cuando visitaron Inglaterra.

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Para inicios del año siguiente, Gregor MacGregor ya había vendido los terrenos que heredó de su padre y zarpó a Venezuela, donde ofreció sus “servicios” al general de Miranda para la causa independentista.

A Simón Bolívar (izq.) se le conoce también como "El Libertador" por su papel clave en la independencia de los actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá. Su prima Josefa MacGregor (ider.) vivió con Gregor en domicilios de América y Europa hasta su muerte en 1838, año en que su viudo decidió pasar el resto de sus días en Venezuela. Wikimedia Commons.
A Simón Bolívar (izq.) se le conoce también como "El Libertador" por su papel clave en la independencia de los actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá. Su prima Josefa MacGregor (ider.) vivió con Gregor en domicilios de América y Europa hasta su muerte en 1838, año en que su viudo decidió pasar el resto de sus días en Venezuela. Wikimedia Commons.

De Miranda se encontraba en un momento complicado y desconocía que la reputación de MacGregor como militar era una farsa, por lo que de inmediato le concedió al escocés el rango de coronel.

Para mediados de 1812, ya tenía una nueva vida al lado de Josefa Aristeguieta y Lovera, prima del revolucionario Simón Bolívar. Al término de aquella década, irónicamente, contaba con méritos reales (aunque no extraordinarios) en el campo de batalla.

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Este grabado de los consejeros del Reino Mosquito (un protectorado disputado entre Inglaterra y España) nos dan un vistazo a la sociedad con la que MacGregor buscaba buenas relaciones para su beneficio personal. Wikimedia Commons.
Este grabado de los consejeros del Reino Mosquito (un protectorado disputado entre Inglaterra y España) nos dan un vistazo a la sociedad con la que MacGregor buscaba buenas relaciones para su beneficio personal. Wikimedia Commons.

Su mayor “éxito” fue engañar a miles

El fraude del “Principado de Poyais” no fue un incidente aislado que se pueda marcar en una fecha del calendario. Los expertos concuerdan en que fue una estafa recurrente que inició en 1820 y cuyos últimos intentos se registraron hasta 1837.

Así como hubo billetes poyaisianos, existen mapas que marcaban el territorio de Poyais para uso y conveniencia de Gregor MacGregor, como en este caso que se señala en rosa a la "Nación Poyaisiana". Wikimedia Commons.
Así como hubo billetes poyaisianos, existen mapas que marcaban el territorio de Poyais para uso y conveniencia de Gregor MacGregor, como en este caso que se señala en rosa a la "Nación Poyaisiana". Wikimedia Commons.

De acuerdo con el diario The Economist, la década de 1820 era una época en que invertir en gobiernos emergentes era por demás atractivo. El colapso del Imperio Español con los movimientos de independencia en Latinoamérica fue clave para esto.

Además de las ganancias por bonos extranjeros para los inversionistas británicos, la clase obrera también ganaba más que nunca gracias al aumento salarial. En cierto modo, pareciera que las circunstancias le sirvieron una oportunidad “en bandeja de plata” a un timador como MacGregor.

Gregor MacGregor les comunicó a los inversionistas británicos que había sido nombrado cacique de “Poyais”, en la actual Honduras y que, a nombre de su gobierno, les solicitaba préstamos en libras esterlinas.

Mientras que Mosquitia, la región en cuestión, era una zona escasamente productiva, MacGregor logró que se imprimieran hasta notas bancarias por "Un Dólar Sólido del Banco de Poyais". Wikimedia Commons.
Mientras que Mosquitia, la región en cuestión, era una zona escasamente productiva, MacGregor logró que se imprimieran hasta notas bancarias por "Un Dólar Sólido del Banco de Poyais". Wikimedia Commons.

Los expertos en finanzas de The Economist estiman que a lo largo de aquella década, el fraude de MacGregor a nombre de “Poyais” escaló hasta 1 millón 300 mil libras, que luego de una conversión equivalen a más de 3 mil 600 millones de libras del año 2012.

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En su momento, los acaudalados cayeron porque, a pesar de que en la zona de Poyais no había ni un sistema de recolección de impuestos, él argumentó que los recursos naturales eran tan abundantes que las exportaciones pagarían los préstamos a ritmos acelerados.

Así se veía la Costa de Mosquitos que MacGregor vendía en Europa como una ciudad próspera y lujosa. Wikimedia Commons.
Así se veía la Costa de Mosquitos que MacGregor vendía en Europa como una ciudad próspera y lujosa. Wikimedia Commons.

Se apoyó de mapas, planos y toda clase de proyectos en papel que engatusaron a los inversionistas, al grado de existir papel moneda del país ficticio: el dólar poyaisiano.

De parte del sector popular, cientos de ciudadanos escoceses dejaron todo atrás y hasta le dieron a MacGregor sus ahorros de toda la vida con la promesa de recibir empleos y tierras en extremo prósperos en el Nuevo Mundo.

Este es el tipo de navíos en que los británicos hacían viajes a través del mundo durante los 1820s, en este caso usados para transportar opio desde el Lejano Oriente. Wikimedia Commons.
Este es el tipo de navíos en que los británicos hacían viajes a través del mundo durante los 1820s, en este caso usados para transportar opio desde el Lejano Oriente. Wikimedia Commons.

Fue hasta 1823 que comenzó a descubrirse la verdad entre los estafados británicos, pero MacGregor actuó rápido y decidió radicar en Francia, donde intentó repetir el fraude.

Los franceses, sin embargo, sospecharon pronto y para finales de 1825 lo encarcelaron en París para enjuiciarlo, pero tanto esa ocasión como en su eventual arresto en Londres, sus contactos lo libraron de enfrentar el proceso legal.

El tiempo pasó, las estafas en nombre de Poyais se hicieron cada vez a menor escala y “pasaron de moda”, con un último intento en 1837.

Mientras MacGregor murió en Venezuela en 1845, pensionado como pionero de la independencia, la economía mundial resintió durante años las pérdidas por el “Pánico de 1825”, cuando la banca inglesa colapsó, en buena medida por el charlatán de Escocia.

  • Fuentes consultadas:
  • “An interview with David Sinclair”, en Bookbrowse: your guide to exceptional books.
  • Annuaire anecdotique, ou Souvenirs contemporains. París, Chez-Ponthieu, Palais-Royal, 1826.
  • Sinclair, David. The land that never was: Sir Gregor MacGregor and the Most Audacious Fraud in History. DaCapo Press, 2004.
  • The anual register, or a view of the history, politics, and literature, of the year 1824. Londres: Baldwin, Cradock and Joy, 1825.
  • The Edinburgh Magazine, and literary miscellany; a new series of the Scots Magazine. Julio-diciembre 1823, Vol XIII. Edimburgo: Archibald Constable and Company.
  • “The king of con-men”, en The Economist, 22 de diciembre 2012.
  • The Modern Traveler. A popular description, geographical. historical and topographical, of the various countries of the globe. Vol. VII. Mexico and Guatimala. Vol. 2. Boston: Wells & Lilly, 1830.

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