La fiesta por el año nuevo lunar, en el Barrio Chino de la ciudad de México, contempla la tradicional danza del león desde la tarde hasta entrada la noche. Quienes ya han ido antes, saben que los bailarines son en su mayoría mexicanos con pasión por la cultura china.
Mochilazo en el Tiempo entrevistó a uno de los maestros de artes marciales más experimentados de CDMX, y quien además de enseñar la disciplina y virtudes orientales del combate y la defensa, también da clases de danza.
De aficionado a maestro de la cultura china
Adalberto Marín Ortiz es mexicano y ha sido un entusiasta de las artes marciales desde su adolescencia. Recuerda que tendría 16 años cuando ya se hallaba inmerso en un mundo ancestral de movimiento corporal y filosofía del lejano oriente; hoy ya tiene 57.
En 1993, gracias a su empeño por mantener cercanía con esta cultura y durante un viaje que hizo a Taiwán fue espectador por primera vez de una danza del león a nivel profesional,
Con sus conocimientos en wu shu (como llaman en China a las artes marciales), desde los años 90 comenzó a practicar la danza “muy empíricamente, fusilándome los movimientos”, según narra en entrevista para EL UNIVERSAL.
Explica que el baile, conocido en su país de origen como wushi, tiene dos variantes: fo shan (tradicional) y he shan (contemporánea). De los lugares de la República Popular China donde es posible aprenderla, él tuvo la oportunidad en Nan Hai, en el año 2000.
No mucho después, en 2005, el empresario David Lei patrocinó el viaje de Adalberto y otros cuatro mexicanos a San Francisco, para actualizarse en el arte de la danza del león.
En el famoso barrio chino de la costa oeste estadounidense practicó bajo la guía de maestros como Daniel Leong, Cory Chen y al menos un tercer maestro, cuyo nombre ya no recuerda, pero de quien también valora lo aprendido.
Marín Ortiz afirma que estas artes se llevan a cabo como una práctica permanente, y así lo confirma su experiencia como maestro desde 1995. También asegura que, desde su primera presentación escénica en el Barrio Chino, alrededor de 1992 o 93, sólo un año no se ha presentado a bailar bajo la máscara de un león o de un imponente dragón.
A lo largo del viaje que ha sido su aprendizaje, el maestro Adalberto también ha aprendido a hablar mandarín y adquirió formación como terapeuta de acupuntura y medicina tradicional china.
La danza que aleja malas energías y atrae prosperidad
Este 2024 el año nuevo lunar será un año del dragón para la cultura china, y por su simbolismo los locatarios del callejón de Dolores no dudan en contratar grupos como el de Adalberto Marín, que bailarán desde las 3 de la tarde hasta las 9 de la noche.
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La señora Meimei de Hong King, el restaurante más antiguo del Barrio Chino de la colonia Centro, comentó para EL UNIVERSAL el significado de esta tradición. El acto del león que “devora y escupe” lechugas, colgadas en la entrada de cada comercio, representa prosperidad para el año entrante.
Toca a los establecimientos colocar su respectiva lechuga, por lo general en lo alto de su entrada principal. En cambio, la música que derrocha percusiones de tambores, platillos y gong, es parte de la presentación de cada colectivo.
El regio león y el mítico dragón no son criaturas al azar, sino que forman parte de las antiguas creencias taoístas: el león atrae la energía de la tierra y el dragón hace lo propio con la energía del cielo. Mientras uno aleja malos augurios, el segundo atrae la abundancia.
Para darse una mejor idea del recurso humano detrás de esta ceremonia, basta un dato que comparte el maestro: cada león lo forman dos personas, mientras que un dragón requiere hasta nueve compañeros.
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Fernando Perales, quien comenzó a practicar la danza del león a sus 11 años, con el maestro Marín Ortiz, comparte que cada danzante debe entrenar como mínimo de seis meses a un año (dependiendo su avance y dedicación), pero indica que el tiempo de práctica no lo es todo.
“Tienes que ser estudiante virtuoso y comprometido”, aclara en referencia a la filosofía taoísta, que guía las tradiciones de las que no deja de formar parte a sus 25 años.
En el taoísmo, se tiene en alta estima una frase del Libro de la Iluminación del Sabio Emperador Guan que menciona ocho virtudes necesarias para ser “completamente humanos”: devoción filial, armonía fraternal, dedicación, honradez, decoro, sacrificio, honor y sentido de la vergüenza.
Además de esa filosofía, que permea desde sus actividades deportivas hasta su estilo de vida, Adalberto también le ofrece al público sus servicios como acupunturista y terapeuta. Es el caso de Fernando, que días antes de danzar como cabeza de león decidió atenderse un resfriado.
Recostado bajo una cobija, con agujas desinfectadas en puntos clave del cuerpo, reposa antes de que su maestro le coloque frascos calientes en la espalda, tal y como se vio en la película Karate Kid de 2010, con el legendario artista marcial Jackie Chan y el joven actor Jaden Smith.
Cuando le retiran las agujas, Fernando comenta la sensación de que algo sale por los diminutos agujeros que dejó el metal, y su maestro explica que es parte de lo que la terapia retira del cuerpo humano. Al irse, Marín Ortiz le indica que sólo resta tomar un té de canela con jengibre y descansar.
En la película dirigida por Herald Zwart el señor Han (Chan) cura las lesiones de Dre (Smith) aplicándole calor, de acuerdo con la medicina tradicional china. Tomado de YouTube.
Mexicanos continúan legado cultural de China
Según recuerda el maestro Adalberto, a inicios de los noventa se abrió una convocatoria para las escuelas mexicanas de artes marciales que contaran con equipos de leones y dragones, para presentarse en los festejos del año nuevo. Por supuesto, él y sus compañeros tomaron la oportunidad, y desde entonces hacen gala de su entrenamiento.
Aquellas primeras presentaciones las integraban sólo dos leones, pero en años recientes se unen hasta 27 leones y 5 dragones. También llama la atención que este año nuevo exhibirán sus danzas desde el jueves hasta el domingo en distintos puntos de la ciudad de México y Cuernavaca.
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Ya sea en espacios culturales en Coyoacán y en la UNAM, o negocios como restaurantes, tiendas orientales y hasta el consultorio de acupuntura y quiropraxia del doctor Lin Chun Sheng, locatario taiwanés en la calle de Dolores desde 1982, cada vez son más los sitios de México que reciben esta tradición con los brazos abiertos.
Sin duda uno de los mayores atractivos para ese éxito son los llamativos disfraces de león y de dragón. El maestro Adalberto procura usar disfraces traídos desde China, aunque reconoce que es común ver un mayor número de leones en estos eventos porque los vestuarios de dragón son mucho más caros y “más engorrosos de importar”.
Acerca de los participantes de la danza, señala que lo usual es tener alumnos nacionales. “Sólo hemos llegado a tener dos estudiantes que tenían ascendencia china, los demás siempre han sido mexicanos”.
Para Marín Ortiz, no se puede comparar la experiencia de ejecutar esta danza, ya sea desde el león o desde los tambores, ante tantas personas emocionadas y con el acompañamiento de pirotecnia.
“Después de 30 años, seguimos disfrutando igual”, expresa en entrevista al interior del Centro Mexicano de Cultura y Artes Marciales de China, en la alcaldía Iztapalapa, donde da clase desde hace unos cuatro años.
Por supuesto, extiende la invitación a quienes tengan interés por practicar no sólo danza o artes marciales (como kung fu, tai chi chuan o formas de boxeo chino), sino también en aprender el idioma chino mandarín o por encontrar opciones de viajes turísticos a China, Japón e India.
- Fuentes:
- Entrevista con Adalberto Marín Ortiz, acupunturista y maestro profesional de artes marciales, danza y chino mandarín.
- Entrevista con Meimei Marx, locataria del Barrio Chino de CDMX.
- Entrevista con Fernando Perales, practicante de artes marciales y de la danza del león desde hace 14 años.