Texto: Ruth Gómez y Carlos Villasana.
Fue en la década de los cincuenta que la moda para las mujeres volvió a ser “femenina” después de todos los años de la posguerra y las carencias que tuvo la industria en los años 40 por los conflictos bélicos mundiales, así lo considera Fátima Aguilar Hernández, comunicóloga y experta en las tendencias de aquellas épocas.
Después de un periodo de reajuste, el glamour y los lujos regresaron a los armarios aunque acompañados de una incipiente rebeldía, debido a que cada joven buscaba que su ropa expresara su identidad o personalidad.
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Al mismo tiempo que se empezó a utilizar más tela en las prendas de las mujeres, se popularizó el estilo llamado “New Look” creado por el diseñador Christian Dior a fines de los años cuarenta en el que las faldas eran amplias pero bien ceñidas al cuerpo para lucir las diminutas cinturas.
Los vestidos ceñidos a la cintura con amplias faldas predominaban en la tendencia de la moda de los 50. La ropa se podía acompañar con zapatos de tacón de todos tamaños, eso sí, que combinaran con la vestimenta. Aquí una mujer en 1956 sentada en un camellón de la colonia Roma de esta capital. Cortesía Gabriela Soto Villaseñor.
En cuanto a los sacos, la hombrera dejó de utilizarse tanto y las telas utilizadas empezaron a llenarse de diferentes texturas, colores o estampados.
Como muchas mujeres no contaban con las medidas que se promovían en la industria de la moda -tal como pasa con algunas marcas hoy en día-, diseñadores locales crearon y ofrecieron modelos en los que diferentes tipos de cuerpos se podían sentir cómodos, muestra de ello fue la falda de tubo y ciertos vestidos con escotes “pronunciados pero elegantes”.
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En la foto antigua una mujer luce un vestido de los 50 en una zona de Ciudad Universitaria; acompaña su indumentaria con unas zapatillas negras de tacón. La imagen es de la colección Carlos Villasana. La de color demuestra que algunas personas jóvenes gustan de vestir y confeccionar prendas al estilo de aquella época. Cortesía de Fátima Aguilar.
¡Arriba las fajas y los brassieres en pico!
Si bien no todas las mujeres eran delgadas, en una sociedad como la de aquel entonces, algunas se sentían más cómodas si usaban fajas que estilizaran su figura y les permitiera tener un cuerpo parecido al de la actriz norteamericana Marilyn Monroe, con una figura conocida como “reloj de arena”: ni muy delgadas, ni muy “cuadradas”, ni muy corpulentas.
Otra prenda muy popular fue el brassier con las copas en pico -llamados “bullet bra”-, para que el busto pudiera verse más prominente. Por otro lado, empezaron a llegar los pantalones tipo capri, los shorts y los jeans a la cintura, que eran los preferidos por las jóvenes de la época:
“Este tipo de prendas permitió que las jóvenes pudieran dejar de usar faldas largas o tener que utilizar sólo vestidos. Inició una transición en la moda”, comentó Fátima.
Una mujer con falda y blusa sin mangas a juego y otra con vestido camisero, posando frente a la Catedral Metropolitana a inicios de los 50. Destacan el cinturón y las gafas “de ojo de gato”, la atención al corte del cuello de los vestidos y el uso de colores pastel. Imagen: Gaceta UNAM.
Los sombreros pequeños y las boinas empezaron a ganar territorio en los gustos de las mujeres ya que las ayudaban a peinar o controlar a su cabello, que para ese entonces se usaba muy corto. Sin embargo, las mujeres que preferían el cabello largo solían portar un trozo de tela en forma de diadema que combinara con su vestimenta.
Los guantes y los diferentes tipos de tacones empezaron a popularizarse. Entre las mujeres era muy común combinar los colores, si el vestido era azul, se buscaba que los accesorios combinaran con la ropa.
Algo distintivo de esta época son las solapas integradas al llamado vestido camisero, así como la forma sencilla pero eficaz de resaltar la cintura. Cortesía de Gabriela Soto Villaseñor.
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Los jóvenes del mundo buscaron su propia identidad
El cambio generacional hizo que los jóvenes de todo el mundo buscaran una identidad propia y la llegada del rock and roll , en consumo masivo, permitió que se empezaran a crear estilos que no tenían precedentes. Los jeans, las chamarras de cuero y las camisas sustituyeron a los pantalones un poco más formales.
La idea que seguían las mujeres mexicanas era muy tradicional, es decir, estar en casa, siempre lucir femenina, que regresara a su hogar después de que en la época de posguerra tuvo que salir a hacer labores que no eran para ellas, así la sociedad buscaba que cada sexo estuviera en “su lugar”.
Mujeres en clases de corte y confección en Michoacán, abril de 1952, vistiendo prendas al estilo de aquella década. Se alcanza a distinguir las máquinas de coser que para la época se consideraban modernas, en sus habituales bases de madera y herrería en el caso del pedal. Colección Carlos Villasana.
Las películas seguían siendo una influencia importante para el desarrollo de la moda en México. Las revistas se habían convertido en libros que hacían referencia a todos los estilos del mundo y su combinación dio por resultado la adopción de nuevos modelos e ideas de vestimenta en el país. La moda se renovó.
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Entre las películas internacionales que Fátima considera clave para observar la moda de estos años están “Funny Face” (1957) y “The Seven Itch” (1955), protagonizadas por Audrey Hepburn y Marilyn Monroe, respectivamente. Tomados de YouTube.
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En el país, María Félix seguía siendo el ícono de la moda y la belleza. Ejemplo de ello son las películas “Doña Diabla” y “El reportaje”, en las que se muestra la moda de los años cincuenta desde el peinado hasta la ropa. En “Dos tipos de cuidado” se puede ver como se “mexicanizó” la moda de esta época, desde estilos más locales hasta los que se ocupaban en el extranjero.
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La actriz María Félix en “El Reportaje”, película de 1953.
De carpas para los jóvenes al California Dancing Club
Uno de los sitios más famosos en la ciudad que abrió sus puertas en 1954 fue el California Dancing Club; antes había carpas en las orillas de la capital que permitían que los jóvenes encontraran sitios de esparcimiento. También nacieron las cafeterías para salir con amigas, la pareja o novio:
“Estos lugares eran clave para conquistar a tu chica y en los que al mismo tiempo disfrutabas de la música. Era muy romántico tener estos sitios donde podías bailar y tomar bebidas como malteadas en vez de bebidas alcohólicas”, lo cual distinguió a espacios, dijo la comunicóloga.
Un hombre viste un traje clásico de los 50 mientras manipula una rockolla, la icónica reproductora de música. Además de la hechura a la medida, se aprecia el corte de cabello, que contrario al uso de décadas posteriores se prefería corto. Archivo EL UNIVERSAL.
Los años cincuenta regalaron a la época contemporánea no sólo el amor por los coches “clásicos”, que varios llamaron “viejos”; la televisión a color o los teléfonos fijos que poco a poco van cayendo en desuso, pero que marcaron la diferencia entre los años cuarenta y el mundo actual.
A manera personal, Fátima considera que de las tendencias de los cincuenta están regresando las chamarras de piel o cuero, aunque sean de material más amable con la naturaleza o ciertos vestidos con toques muy amplios o accesorios como las boinas. Mucha de la estética que se usó en estos años, sigue siendo visible en quienes disfrutan de la subcultura del rockabilly .
Actualmente Fátima disfruta mucho vestir a la moda de los años 50 que ella misma confecciona; faldas amplias de variados estampados que acentúan la cintura femenina. Los zapatos y el peinado también son de la época con toque juvenil. Cortesía Fátima Aguilar.
- Fuentes:
- Fátima Aguilar Hernández. Comunicóloga y locutora con gran interés en la moda y música de los años cuarenta y cincuenta.