El 14 de octubre del 2000 además de marcar la entrada del nuevo milenio, para la comunidad apache en Chihuahua quedó grabado como el inicio de una nueva época de paz entre el gobierno estatal y estas legendarias comunidades indígenas.
Aquel año, el entonces gobernador Patricio Martínez firmó la paz de forma oficial con el representante de los pueblos apaches, pues no existía un documento que lo avalara. Según la prensa local, fue así que luego de 120 años de distanciamiento, aquel día de octubre se escucharon de nuevo aquellas danzas, cantos y bailes indígenas en esta entidad.
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Este 2024 se cumplen 24 años de aquel encuentro histórico, logro que costó sangrientas batallas y la muerte de centenares de apaches a quienes, en pro del exterminio, se puso precio de hasta doscientos pesos por cada indio de armas muerto presentado a las autoridades, ciento cincuenta pesos por cada india o persona menor de cartoce años, en los territorios de Chihuahua, Sonora, Coahuila y sur de los Estados Unidos como Arizona, California y Texas.
Pero fue en Chihuahua donde se concentraron varias de estas tribus entre los siglos XVI y XVII que ya combatían a los españoles.
Eran 11 los grupos que conformaban estos pueblos asentados en el norte de México y sur de Estados Unidos: coyoteros, chiricauis, faraones, gileños, jicarillas, lipanes, llaneros, mimbreños o mimbreñeros, mezcaleros, mogolloneros y navajos o navajoes.
La sublevación comenzó por las normas y castigos de los españoles
Apache es el término que les fue dado por los españoles, pudo derivarse de la palabra Zuñi Apachu, que significaba enemigo; los Yavapai los llamaban apatich o apadje; y los utes los llamaban awatche.
La mayoría se alimentaban de carne de caballo y cíbolo la cual consumían como carne seca, o bien, calentaban piedras al fuego para luego colocar la carne sobre ellas para cocinarlas.
También comían ardillas, conejos, liebres y serpientes producto de la caza, siendo sus armas favoritas el arco y la flecha, así como la lanza que conocieron de los blancos, más tarde fueron adquiriendo práctica y habilidad en el manejo de las armas de fuego.
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En su etapa primitiva vestían sólo usando un taparrabo, con el paso del tiempo utilizaban trajes de cuero y gamuza producto de la caza de cíbolos u otros animales de las zonas donde habitaban.
Estas razas carecían de un gobierno organizado y tampoco tenían religión, solo se dedicaban a adorar a un ser supremo al que llamaban El Capitán del Cielo.
Fue justo con la llegada de los Misioneros Franciscanos que comienzan a atraerlos radicándolos en pueblos fundados por ellos mismos en el siglo XVII, pero todo cambió cuando los apaches comenzaron a verse sometidos a normas impuestas por religiosos y autoridades españolas. No sólo eso fue abriendo camino a sublevarse, también los duros castigos aplicados a sus hechiceros y líderes.
Los primeros ataques a los españoles atribuidos a los apaches se dan en el año de 1600. Las primeras sublevaciones ocurrieron en la región de Nuevo México, de ahí se generaron en otras regiones del norte de la Nueva España. A raíz de ello, muchos españoles se dispersaron por los pueblos y reales de minas de la Nueva Vizcaya.
Se celebró una Junta de Guerra con la presencia del Virrey, en la cual ordenaba que los españoles regresaran a Nuevo México y quienes desobedecieran la orden serían tratados como “traidores al rey”, pues el propósito era poblar las tierras de la Nueva Vizcaya y para la defensa contra los ataques de apaches, se crearon los Presidios.
Fortificaciones militares o presidios resguardaban a los españoles
Para defenderse de las correrías de los bárbaros se levantaron varias fortificaciones militares o presidios entre 1684 y 1688 como: El Gallo, El Paisaje, Santa Rosa y San Francisco de Conchos.
Con el tiempo, los apaches se dedicaron a vivir de robos y latrocinios asediando la Provincia incluso los Gobernadores de la Nueva Vizcaya tuvieron que situarse en la Villa de Chihuahua para atender personalmente las operaciones militares.
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En 1751 se comisionó al Asesor del Virreinato para visitar las Provincias Septentrionales y propusiera a la Corona medidas para remediar la situación, además de asegurar el dominio del gobierno en aquellas regiones.
Luego dicha comisión se encargó a Don José de Gálvez, con las facultades para tomar medidas militares y administrativas. A finales de 1771 se presentó en la Villa de Chihuahua al Teniente Coronel Hugo de O'Conor, nombrado Inspector General de Presidios, siendo quien reorganizó la línea de los presidios desde la costa de Texas hasta la parte occidental de Sonora.
Durante su gestión entró en vigor el reglamento de 10 de septiembre de 1772, en el cual se estableció la normatividad que debía seguir cada elemento militar, según su rango, los sueldos y los uniformes que debían portar para distinguirse de otros regimientos.
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Cuando se creó la Comandancia General de Provincias Internas, las operaciones contra los bárbaros quedaron a cargo de “El Caballero de Croix” o Teodoro de Croix, quien años más tarde se convertiría en Virrey de Perú, siendo también quien introduce por primera vez en el norte el uso de armas y renueva el tipo de protección de los soldados intercambiando el metal por “la cuera”, de ahí el término “Dragones de Cuera”; este personaje impulsó un premio de cien pesos por cada apache de guerra muerto, que debería comprobarse con la presentación de las orejas.
Así, entre negociaciones y obligaciones a rendirse, se provocó la reactivación de guerras y la persecución de los indios rebeldes. En octubre de 1788 se restablecieron los precios para quienes mataran o aprehendieran a los apaches en guerra.
Los primeros ataques contra apaches por parte de los mexicanos se registran en 1821. En 1825 comenzaron a asentarse los indios de Coyame y Ojinaga en Chihuahua.
El exterminio apache se consideró la primera urgencia del estado
En 1830 el General José Joaquín Calvo suspendió las raciones alimenticias y subsidios otorgados a “los bárbaros” para mantenerles apacibles argumentando problemas económicos, motivo que reactivó la chispa.
La lucha contra los apaches fue larga y cruel y pronto la Ley de Milicia y Guerra declaró que la lucha contra los indios bárbaros era “la primera urgencia del estado”.
En 1837 se creó un fondo de guerra para poder contratar cazadores de cabelleras y recompensarlos por exterminar a los indígenas, en ese mismo año se hizo la Junta de Guerra que pretendió imponer precios sobre las cabelleras de indios muertos en acción de guerra, pero el Consejo de Gobierno desaprobó esa medida por considerarla inmoral.
En 1839 se contrató al irlandés Santiago Kirker para combatir a los bárbaros organizando una partida de doscientos hombres armados a quienes se les pagaron elevados sueldos. Joaquín Terrazas formó parte del grupo de Kirker. Por su destacada labor de corta- cabelleras se le nombró el “azote de los indios”.
Ante la situación grave en que se encontraba Chihuahua por las incursiones de apaches y comanches, en 1849 la Legislatura Local determinó poner precio a las cabezas de los apaches para estimular su aniquilamiento; decreto vetado por el entonces Gobernador Trías por considerarlo inhumano y anticonstitucional, pero al final la mayoría de los diputados lo aprobó y se publicó enseguida.
Para recibir el pago se debía presentar las cabelleras previamente escalpeladas, para lo cual la autoridad municipal debía expedir un certificado, luego con su presentación ante la Oficina de Rentas se realizaba el pago. Dichos convenios recibieron como nombre popular “Contratas de Sangre”.
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El autor estadounidense George Frederick Ruxton menciona en el Capítulo XIX de su libro Adventures in Mexico al referirse a su visita a la ciudad de Chihuahua:
“Frente a la entrada principal de la Catedral [de Chihuahua], sobre los portales que forman un lado de la plaza, colgaban los siniestros sellos de ciento setenta apaches, que recientemente habían sido masacrados de la manera más traidora e inhumana por los cazadores de indios a sueldo del estado".
"Los cueros cabelludos de hombres, mujeres y niños fueron llevados a la ciudad en procesión encabezados por las autoridades y los sacerdotes, con bandas de música escoltándolos y colgándolos como trofeos”, agregó Frederick Ruxton.
Luis Terrazas combatió a los indígenas, Victorio el gran jefe apache los defendió
A mediados del mes de agosto de 1867, el Coronel Joaquín Terrazas llegó a Chihuahua de regreso de la campaña contra el Imperio.
En 1879 los bárbaros entraron en un período de actividad intensa aniquilando en la Sierra de la Candelaria dos partidas de vecinos del Carrizal. Para 1880 el General Luis Terrazas toma posesión de nueva cuenta como gobernador el 4 de octubre de 1880 a 1884.
Las razones que motivaron a la legislatura cuando se designó a Terrazas en lugar de Trías atienden a que “… el escogido es el únicamente aclamado por la opinión pública, como el único que puede hacer con éxito la guerra a los bárbaros y dominar las dificultades de la situación”, para lo cual organizó una persecución en busca del exterminio apache y asignó al Coronel Joaquín Terrazas la mencionada tarea quien se quedó a cargo del Escuadrón de Chihuahua.
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Para poder enfrentarlos militares, rancheros, campesinos y hacendados se armaron y organizaron.
En ese momento el principal líder apache era el “Jefe Victorio”, de quien existen varias teorías sobre su origen de nacimiento sobre si fue mestizo o de sangre apache.
Leyendas sostienen que el sucesor de Mangas Coloradas -nombre que pudo originarse por ser parte de la tribu de los mimbreños “los que se pintan de rojo”, además otro de sus apodos fue “fuerte”- nació en tierra chihuahuense en la Hacienda de Encinillas y fue robado luego de ser arrebatado de los brazos de su madre a los seis años de edad por un grupo de apaches, su nombre era Pedro Cedillo.
De joven, estuvo en la reservación norteamericana de Warm Spring, lugar donde conformó a un grupo de gente para emigrar a nuestro país. Desde pequeño conoció de cerca a la muerte, situaciones que lo curtieron hasta convertirse en el legendario líder.
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La famosa trilogía apache se conformó por los jefes Victorio, Gerónimo y Juh, según lo considera la historia, según varios autores y expertos del tema.
La batalla de Tres Castillos marcó el fin de la apachería
Varios autores consideran la Batalla de Tres Castillos marcó el final de los pueblos apaches y que uno de los primeros abatidos fue el gran líder Victorio, según el testimonio de dos cautivos que se salvaron en el combate y de varios que lo conocieron en las reservaciones americanas, aunque sus restos nunca fueron localizados.
El 14 de octubre de 1880 Victorio encabezó una insurrección y durante un año de enfrentamientos casi a diario se trasladó a la zona de Tres Castillos en compañía de su gente, mujeres y niños custodiados por veinte guerreros mal armados, casi sin municiones, quienes aquel día de octubre fueron sorprendidos y masacrados, en su gran mayoría, por un grupo de más de trescientos mexicanos, tarahumaras y navajos encabezados por Joaquín Terrazas y Juan Mata Ortiz.
Se atribuye al tarahumara Mauricio Corredor, oriundo de Arisiachic, Chihuahua, del bando de Terrazas, el certero disparo al pecho del jefe Victorio. Nana quedó en el lugar del respetado líder ya muerto y encabezó al grupo de sobrevivientes desatando una ola de terror, muerte y destrucción a fin de vengar la muerte de Victorio.
A la par, Gerónimo y Juh continuaban con ataques en el oeste de Chihuahua y este de Sonora. Después de rendirse ante los norteamericanos, Gerónimo y Juh se refugian en el suroeste de Casas Grandes.
Juh tiene tanto éxito, que según el presidente Porfirio Díaz llega a concretar una reunión con él para negociar la paz, pero la intervención de Luis Terrazas impidió cualquier acuerdo. “¿Porqué tienen que morir de hambre nuestros hijos con enormes manadas de ganado pastando en las llanuras?” preguntó Juh a Díaz en uno de sus encuentros.
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Gerónimo y Juh lograron atacar Galeana y capturar a Juan Mata Ortíz pasando a la historia por las palabras que Juh había jurado para el cautivo: “Gordo Mata Ortíz como traidor que eres, para ti no balazos, no cuchillo, no lanza, no flecha, para ti lumbre!” para luego ser quemado vivo.
Juh murió en 1883 luego de caer a un abismo en su caballo, aunque algunas versiones fueron que fue a causa de embriaguez a fin de desprestigiarlo, el hecho lo desmintió su hijo Daklugie, quien le acompañaba esa noche asegurando que su padre se había abstenido de beber alcohol y todo había sido un accidente.
La muerte de los líderes provocó la división y el quiebre apache
Tras la muerte de Juh se desató una marcada división entre los apaches, pues los más longevos pretendían que Gerónimo fuera el sucesor de Juh, mientras los más jóvenes se inclinaban a que fuera el hijo de Juh.
Estos problemas poco a poco se corrieron de voz en voz hasta llegar a oídos de los jefes militares blancos, quienes tomaron como estrategia poner en contra de Gerónimo a cuanto emisario de paz se acercara.
Cinco jefes apaches tuvieron problemas para la elección del líder, los cuales regresaron con los soldados, pero son traicionados y aprehendidos. La consigna de la milicia era acabar con todos los indios; sin embargo, el grupo de apaches que esperaba el resultado de las pláticas de paz logró escapar hacia el norte.
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Los prisioneros fueron enviados a la Ciudad de México donde fueron encarcelados y murieron de viruela.
Gerónimo, el último estratega de la trilogía apache se presentó a las tropas norteamericanas en marzo de 1886 ante el General Miles en la Sierra Madre, de ahí es enviado a la reservación de Fort Still,en Oklahoma, donde permaneció hasta su muerte.
El famoso grito de valor ¡Gerónimoooo! tuvo su origen durante un salto en la Segunda Guerra Mundial, ya que los paracaidistas tomaron la idea de gritar “Gerónimo”, bajo la idea de quitarse los nervios durante su primer salto y con el tiempo se hizo costumbre que la persona que salta de gran altura grita “Gerónimo” antes de lanzarse al vacío.
En una escena de la película sobre su vida, se observa al protagonista huyendo, y para escapar salta a un río desde una gran roca. Mientras se lanza grita su nombre a todo pulmón: ¡Gerónimooooo…!
En el año 2011 la misión en Afganistán que emprendieron las fuerzas armadas de los Estados Unidos para capturar vivo o muerto a Bin Laden llevó por nombre “Gerónimo”, justo en honor del líder apache.
- Fuentes:
- Adventures in Mexico de George Frederick Ruxton. From Vera Cruz to Chihuahua the days of the Mexican War (1915)
- The Warrior Apaches de Gordon C. Baldwin. 1965
- Diccionario Historia, Geografía y Biografía Chihuahuense de Francisco R. Almada. Segunda Edición 1968
- Chihuahua Imagen y Destino. 275 Aniversario 1709-1984 Gobierno del Estado Terrazas y su Siglo de Zacarías Márquez Terrazas. Primera Edición 1991
- La Frontera con los Indios de Nueva Vizcaya en el Siglo XVII de Guillermo Porras Muñoz. Segunda Edición 2006
- El Presidio de Max Leon Moorhead. Tercera Edición 2012
- La Hacienda en Chihuahua, su evolución histórica. Primera Edición 2017. GCC Chihuahua, Nuevo México y Texas, una historia compartida de Carlos González Herrera, Hazel Dávalos Chargoy, Sarahí Sánchez León. Noviembre 2019. GCC
- El sol de parral, periódico.